Llamamiento de la III Conferencia Internacional del Centro Socialista Balcánico “Christian Rakovsky”

Por un plan de acción en los Balcanes y Europa

Entre el 18 y 20 de mayo se realizó en Atenas la III Conferencia Internacional del Centro Socialista Balcánico “Christian Rakovsky”. Su tópico central fue la llamada “guerra contra el terror” lanzada por el gobierno de Bush Jr. y el imperialismo mundial y sus implicaciones en la región, en el Medio Oriente, particularmente en Palestina, en los Balcanes, así como también internacionalmente.


Delegaciones de quince partidos, organizaciones y colectividades de Grecia, Turquía, Rumania, Palestina, Rusia, Kurdistán, Italia, Sudáfrica, y de Argentina tomaron parte en la Conferencia.


Después de dos días completos de debates sobre el informe internacional presentado por el Comité Coordinador del Centro Socialista Balcánico así como también sobre los informes nacionales presentados por las delegaciones, la Conferencia Internacional discutió, enmendó y votó por unanimidad un Programa de Acción para el próximo período (que se reproduce).


El 20 de mayo, se realizó un acto público en la Universidad Politécnica de Atenas, al que concurrieron alrededor de 200 trabajadores y jóvenes, en el que oradores de todas las delegaciones presentaron los resultados políticos de la Conferencia. Fue una real celebración del internacionalismo. Como señaló el compañero Jorge Altamira, del Partido Obrero, en su intervención llamando a toda la izquierda revolucionaria de Grecia a unirse al Centro Rakovsky: “después de tres vueltas de guerras imperialistas, en los Balcanes, Afganistán y Palestina, la línea de demarcación está claramente establecida en la izquierda internacional entre quienes están del lado del imperialismo o de una falsa ‘neutralidad’, y los que defienden a las naciones oprimidas del imperialismo luchando por la revolución mundial”.


1. Con el pretexto del 11 de septiembre, el imperialismo norteamericano y sus aliados lanzaron una cruzada mundial, la llamada “guerra contra el terrorismo”. En nombre de los “valores occidentales”, una ya devastada Afganistán fue bombardeada hasta llevarla de nuevo a la edad de piedra; en nombre de la democracia occidental, amenazada por los Bin Laden de este mundo, la población civil de Jenín, en Palestina, fue enterrada viva por los tanques de Sharon. Toda la hipocresía que siguió al 11 de septiembre queda ahora expuesta en la bárbara guerra de exterminio del pueblo palestino que lleva adelante Sharon con el apoyo de Bush y la complicidad de la Unión Europea. El conjunto de la trágica situación actual hoy en Palestina es incomprensible sin el contexto y la naturaleza de conjunto de la “guerra contra el terrorismo” como la doctrina oficial y la estrategia mundial del imperialismo norteamericano para la dominación mundial.


2. La “guerra contra el terrorismo” no es más que la contrarrevolución imperialista dirigida contra los pueblos oprimidos desde Asia Central, el Medio Oriente y las Filipinas hasta América Latina y Africa. Pero también está dirigida contra los derechos sociales y democráticos de los trabajadores en Europa y los Estados Unidos. Esto se pone de manifiesto en las nuevas leyes antipopulares y represivas aprobadas en los Estados Unidos (Patriot Act) y en la Unión Europea. El FBI anunció la formación de “super-escuadrones” para operar internacionalmente. Y en la locura de la nueva doctrina militar del “uso táctico de las armas nucleares” que se filtró del Pentágono norteamericano y la paranoia del discurso de Bush de apertura de las sesiones parlamentarias sobre “el eje del mal”.


3. El jefe de la CIA, Tenet, puso en primera fila en la lista de países amenazados por poseer “armas de destrucción masiva” a la propia Rusia, a pesar del hecho de que el régimen de Putin es ahora el mejor aliado de Bush en la llamada “guerra contra el terrorismo”. El éxito más importante del imperialismo norteamericano en la nueva guerra de Afganistán no fue, por cierto, en el terreno de las operaciones militares sino en el establecimiento de bases militares y personal en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central y el Cáucaso, un área con las segundas mayores reservas petroleras del mundo. La presencia del imperialismo tiene que ver, naturalmente, con el petróleo, pero también con el control del proceso de la restauración del capitalismo con sus insolubles contradicciones, particularmente en Rusia, como también en China.


4.En la medida en que colapsó la “cumbre” de los países del Mar Caspio (Azerbaiján, Kazajztán, Turkmenistán, Rusia e Irán), del 24/25 de abril pasado, el único beneficiario es Estados Unidos y su esquema del oleoducto Baku-Ceyhan. Pero este desarrollo exacerbará también el conflicto entre Europa y Estados Unidos en la región, como se ve en los proyectos, promovidos por Grecia y Turquía bajo la supervisión de la Unión Europea, de un oleoducto Tabriz-Ankara-Komotini, que una los campos petroleros iraníes con Italia y Europa Occidental.


5. Hay una conexión objetiva entre la crisis en Asia Central, el Medio Oriente, el Cáucaso, la antigua Unión Soviética y la devastación actual de los Balcanes. Después de la última guerra de la Otan contra Yugoslavia y el derrocamiento del régimen de Milosevic, se aceleró la desintegración de lo que quedaba de Yugoslavia, culminando actualmente con el establecimiento de una entidad espuria llamada “Serbia y Montenegro” como nuevo protectorado de la Unión Europea y la Otan, después de Bosnia, Kosovo y Macedonia. Este último pequeño estado, que en el pasado reciente pareció evitar el amargo destino de las otras repúblicas yugoslavas, finalmente se ha unido a ellas. Los violentos conflictos entre albaneses y eslavos aparentemente se han reducido, pero la amenaza de una nueva ronda de violencia siempre está presente. La descomposición social y económica en Bulgaria y Rumania alcanza dimensiones catastróficas. Las elites dominantes están difundiendo ilusiones reaccionarias de que la integración a la Unión Europea y a la Otan mejorará su situación. Los Estados Unidos sólo están interesados en la integración de los países de Europa Oriental a la Otan para transformarlos en “estados-guarniciones” dejándole todos los costos financieros a la Unión Europea. Por otra parte, ésta intenta evitar cualquier costo suplementario. En la actual estructura controlada por el imperialismo, los países de Europa Oriental y los Balcanes enfrentan un amargo dilema: o se integran a la Unión Europea y quedan reducidos a un status semicolonial, o serán marginalizados en las orillas del capitalismo de Europa Occidental. Una renovación de los conflictos, después del actual período de agotamiento, está en la agenda en la medida en que toda la crisis es alimentada por la inminente crisis de la UE y su enfrentamiento con los Estados Unidos. La III Conferencia Internacional del Centro Socialista Balcánico “Christian Rakovsky” resuelve preparar en el futuro próximo una Conferencia Europea Oriental y Occidental, incluyendo a Rusia, a realizarse en Europa Central, para discutir los problemas comunes y buscar una salida socialista común, la cual, de acuerdo a nuestro punto de vista, está asociada con la disolución de la Unión Europea imperialista y la unificación socialista del continente en los Estados Unidos Socialistas de Europa.


6. La crisis mundial no comenzó el 11 de septiembre sino mucho antes, con el colapso de todos los equilibrios de posguerra y la transformación de la expansión del capitalismo mundial posterior a la última guerra mundial en una crisis sin precedentes de sobreacumulación del capital. El intento de encontrar una salida con la globalización financiera no sólo fracasó sino que además exacerbó todas las contradicciones a nivel mundial. El retroceso económico no fue revertido por el aumento de la liquidez por parte de la Fed (Banco Central de los Estados Unidos) después del 11 de septiembre; una conclusión opuesta puede extraerse de una cuidado salectura de los informes de Alan Greenspan, con sus insistentes llamados de atención por una estabilidad efímera que no puede durar mientras “la crisis de sobreinversión continúe”. Las últimas medidas de guerra comercial de los Estados Unidos contra la Unión Europea y otros países con las tarifas sobre el acero y los subsidios agrícolas son una clara manifestación de la crisis en curso. Japón, después de una década de recesión, marcha a un colapso. Argentina es el espejo en el cual el mundo capitalista puede ver su destino *pero también los trabajadores y las masas populares pueden reconocer en ella su propio futuro.


7. La “guerra contra el terrorismo” también toma el carácter de un golpe preventivo. La presión plantea lisa y llanamente los términos de una extorsión: o uno se integra al llamado “proceso democrático” o es señalado como terrorista, desde Kurdistán y Turquía hasta Francia o incluso los Estados Unidos. Rechazamos aceptar a cualquier Chirac u otros políticos burgueses como “el mal menor” en nombre de la “democracia” ante la amenaza de la ultra-reaccionaria extrema derecha de Le Pen, Haider, Fini y Bossi. Para luchar contra el fascismo necesitamos la unidad independiente de clase, organización y conciencia, no cualquier tipo de frente colaboracionista con la burguesía en crisis. El llamado de fuerzas de la izquierda en Francia, como la LCR, a votar por Chirac en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fue un vergonzoso llamado a rendirse a esta forma de terrorismo “republicano-democrático” y una disolución del potencial del giro de las masas hacia la izquierda revolucionaria en busca de una solución. El terrorismo de Estado y el terrorismo “democrático” de la disidencia tienen que ser enérgicamente combatidos y derrotados por la acción unida de la clase obrera, masas populares y la juventud, y por el frente único de sus organizaciones. Contra las nuevas leyes represivas y las listas negras de la Unión Europea y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que etiquetan como “terroristas” a los movimientos de liberación nacional y a las organizaciones de los pueblos oprimidos, llamamos a todos los trabajadores y a las organizaciones populares en Europa y en los Balcanes a luchar y defender a las víctimas de sus carniceros. Nos oponemos resueltamente a todos los intentos de los capitalistas europeos de construir la “Fortaleza Europa” que combina la erección de una “muralla china” contra las masas empobrecidas que llegan a los países de la Unión Europea de Europa del Este, los Balcanes, la ex Unión Soviética, Asia y Africa, con la más monstruosa superexplotación del trabajo barato. ¡Saquen las manos de los inmigrantes! ¡Por la unidad del movimiento obrero europeo con sus hermanos y hermanas de clase del Este y del Sud! ¡Abajo la Unión Europea imperialista! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!


8. En los Balcanes en particular, una región que está en el cruce de caminos y bajo el fuego cruzado de todas las contradicciones internacionales, en un espacio comprimido entre dos mojones, la crisis de la Unión Europea y el volcán de Medio Oriente, tenemos que luchar con una fuerza renovada tanto contra la intervención imperialista como contra las clases dirigentes locales y las cliques burocráticas restauracionistas, contra la trampa del llamado “Pacto de Estabilidad” y una muy dudosa, en cualquier caso, integración en la Unión Europea y en la Otan, por la unidad internacionalista de los pueblos de los Balcanes y por una Federación Socialista Balcánica. El Centro “Christian Rakovsky”, que fue fundado sobre la base de esta perspectiva, tiene que expandir su trabajo con un programa de actividades colectivas de todos sus participantes en todos los países de la región, en el próximo período inmediato. Se debe prestar particular atención a países donde ya tenemos una base establecida y/o relaciones, como Grecia, Turquía, Kurdistán, la ex Yugoslavia y Rumania, así como también otros países de la península balcánica y Medio Oriente. Palestina está en el centro de nuestras preocupaciones: tenemos que organizar una amplia y constante campaña de solidaridad con el pueblo palestino, sus heroicos luchadores revolucionarios y sus movimientos de liberación. Debe darse particular atención y ayuda a la vanguardia que lucha por la ruptura de los trabajadores y pobres judíos con el sionismo y para unirlos con las masas árabes palestinas en una lucha por la autodeterminación del pueblo palestino, el derecho al retorno de todos los refugiados palestinos, la destrucción del Estado sionista y la construcción de una Palestina laica y socialista, en el contexto de una Federación Socialista de Medio Oriente.


9. La III Conferencia condena todos los preparativos e intentos imperialistas de una nueva agresión militar contra Irak. Declara su incondicional apoyo a Irak y su solidaridad con el pueblo iraquí, que sufre los bárbaros efectos de un embargo de una década de duración.


10. Defendemos y apoyamos plenamente la lucha por la libertad y autodeterminación del pueblo kurdo. Nos oponemos a cualquier control imperialista y colonial de las tierras kurdas, incluyendo el Kurdistán del Sur, que defendemos contra todos los ataques del régimen iraquí y otras potencias regionales e imperialistas. ¡El pueblo kurdo puede y será emancipado en un Kurdistán unido, libre y socialista!


11. Los trabajadores europeos no pueden emanciparse a sí mismos sin unir su lucha con la lucha por la emancipación nacional de las masas oprimidas en Medio Oriente y Africa. Esta es una tarea particular para el movimiento contra la globalización capitalista en desarrollo desde Seattle a Génova, Barcelona y más allá. Este movimiento tiene que desarrollarse como una poderosa fuerza política internacional, rompiendo las barreras que intentan imponerle las fuerzas proimperialistas y burocráticas confundiéndolo en la reaccionaria utopía de un capitalismo mundial “regulado, reformado y humanizado” en el espíritu de Attac, de las ONG y de los organizadores del Foro Social de Porto Alegre. Es absolutamente necesario que se establezca y fortalezca un polo marxista revolucionario dentro de este movimiento.


12. Sólo la lucha por derrocar al propio sistema capitalista a nivel internacional, una lucha por el poder de la clase obrera apoyada por las masas desposeídas, puede dar la respuesta al desafío de la nueva cruzada inspirada por el imperialismo. Sobre esta base se plantea el desafío: o capitulación ante las presiones de la “guerra contra el terrorismo” imperialista, o lucha por la Internacional revolucionaria del proletariado y los oprimidos, que para muchos de nosotros coincide con la lucha por refundar la IV Internacional.