Internacionales
7/11/1996|518
¿Llegó la hora del ‘revisionismo histórico’?
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El Estado de Israel ha sido proclamado históricamente por los sionistas como la consagración del derecho nacional judío. Tres noticias recientes, venidas precisamente de Israel, muestran la espantosa crisis en que ha concluido este planteo.
La primera. Un joven rockero, que dice en sus canciones “carga tus valijas y huye de Israel”, con cuyas letras se identifica masivamente la juventud israelí, ha sido consagrado la “personalidad del año” (.International Herald Tribune, 13/9).
Avi Geffen, el joven artista — dice el International Herald Tribune— “sacude los temores israelíes”, porque “para todos los israelíes mayores de 30 años él representa la desconfianza de las jóvenes generaciones que parecen haber perdido las raíces sionistas”. Geffen, qué ironía, es sobrino del célebre Moshe Dayan, el ‘héroe’ de la guerra de los 6 días, que produjo la ocupación de los ‘territorios’.
“El establishment —dice siempre el International Herald Tribune— podría no contenerlo mucho tiempo más”, y prueba de ello es que el gobierno derechista, la oposición laborista y aun la centroizquierdista del Meretz-Mapam, han salido a enfrentar los multitudinarios recitales de Avi Geffen. El ministro de educación “exhortó a la juventud a boicotear a Geffen” (ídem).
La segunda. Se acaba de publicar, también en Israel, un libro que reexamina la historia del principal movimiento juvenil sionista, el Hashomer Hatzair (“Juventud en búsqueda de un ideal: el movimiento del Hashomer Hatzair 1911-1921", de Matitiahu Mintz), que destruye toda la ‘mitología’ que lo presentaba como la fusión del marxismo y el sionismo. El libro de marras descubre la adulteración que “fijó la fundación (del H. Hatzair) en 1913, como es habitual en la historiografía inspirada por los líderes del movimiento, (el autor) Mintz habla de 1911. Esos dos años tempranos no fueron olvidados por error o por ignorancia. Hubo un olvido deliberado: (...Sus fundadores y) sus ideas formati- vas no incluían ni el kibutz ni la colonización, ni siquiera la obligación de emigrar a Eretz Israel” (Nueva Sión, 10/96).
Quiere decir, entonces, que no sólo Teodoro Herzl, el ‘fundador’ del movimiento sionista, no propuso inicialmente al territorio de Palestina como futuro ‘hogar’ de los judíos perseguidos de Europa oriental, sino que tampoco planteó de este modo el derecho nacional judío ninguna de las futuras corrientes sionistas. Fue después de la primera guerra, a partir de la ‘Declaración Balfour’ del imperialismo inglés, bajo cuyo dominio estaba Palestina, que tomó impulso el planteo de colonizar un territorio ya ocupado.
El Estado sionista no nació como una ‘criatura’ estricta del movimiento nacional judío. Esto es lo que, precisamente, ponen de manifiesto las críticas que aparecen a las ‘raíces sionistas’ del país.
Tercero, el Estado sionista, lo dice ahora el primer diputado israelí de origen etíope, tiene características “racistas”... “Estoy considerando —dice Adissu Messele, el nuevo legislador por el laborismo— si elevar una propuesta de ley que proteja a los ciudadanos del racismo”. Pero reflexiona él mismo: “Parece absurdo promulgar una ley de tales características. ¿Qué bien puede hacer enviar a un niño etíope a un jardín de infantes en el que no es querido? Preferiría persuadir a la escuela para que acepte a los niños etíopes de buen grado. Tener leyes es bueno, pero se deben modificar las actitudes de la sociedad” (Mundo Israelita, 27/9). Los inmigrantes, lejos de hallar un ‘hogar nacional’ —como dicen las canciones de Avi Geffen—van al encuentro de una sociedad antidemocrática, hastiada del mesianismo sionista y preñada de las mayores contradicciones sociales.
Del ‘progresismo’ israelí no quedan sino los despojos: los kibutz —las cooperativas de aquellos ‘pioneros’ que creían construir el socialismo en Israel— están reducidos a escombros, o se han transformado en empresas capitalistas, que son punta de lanza hoy de la nueva ‘colonización’ en los ‘territorios’. Estas colonizaciones sirvieron al mismo objetivo de expulsar de sus tierras a los palestinos. Ayer, con ropaje ´progre’: hoy bajo el militarismo y el clericalismo más ultramontano, de donde salieron los Goldstein y los Amir, que intentan transformar a Israel en otro Afganistán talibanes.