Internacionales
8/5/2018
Lo que está en juego en las luchas salariales en Alemania
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Luego de la huelga metalúrgica en febrero pasado por aumento de salario y reducción de la jornada laboral, se están dando una serie de luchas en varios sectores a lo largo del país.
Los trabajadores de los principales aeropuertos se han declarado en huelga por la exigencia de un aumento de salario del 6%. Los trabajadores de Amazon se encuentran en lucha ante las condiciones laborales y los bajos salarios en comparación con la rama de las agencias de correos. Los principales diarios prevén que se pueden sumar los trabajadores de los hospitales, recolectores de basura y el transporte.
El acuerdo “Carrefour-Comercio” en Alemania
Todas las cámaras empresariales expresan sus quejas ante la “obsolescencia de los actuales acuerdos colectivos” (Handelsblatt 2/4). Ante ello, la cadena de hipermercados Real decidió “renegociar” el acuerdo colectivo con el sindicato (Ver.di). La empresa presiona al gobierno por la subvención de los salarios y un acuerdo a la “par del sector industrial” que fue del 4% en dos cuotas hasta 2020. Además plantea un plan de restructuración con la incorporación de trabajadores a “tiempo parcial” y el despido de trabajadores de planta. La ventaja sería una reducción de los aportes patronales a la vejez y la aplicación de una mayor flexibilización a partir de un nuevo esquema de horarios. El diputado Henning Gieseke expresó que “incluso si los sueldos y salarios no se recortaran de inmediato, no aumentarán durante mucho tiempo” (Junge Welt 24/4).
Cierre de acuerdos por 4-5% en cuotas y…
Debemos recordar que el convenio firmado entre la cámara patronal y el sindicato metalúrgico (IG Metall) trajo consigo un incremento salarial que no contrarresta la pérdida de los dos últimos años, así como la reducción de la jornada laboral a cambio de una reducción del salario y bajo potestad de la empresa.
El segundo sindicato más importante de Alemania, el Ver.di que alberga a trabajadores estatales, bancarios y de comercio ha venido cerrando paritarias por sector y de manera atomizada. En el caso del sector correos firmó un 5% en dos cuotas y hasta el año 2020. Pero lo peor fue que la burocracia sindical no colocó sobre la mesa varios reclamos esenciales de los trabajadores: el caso del Lohndrückerei (dumping salarial) que aplican las compañías como Amazon donde los salarios son menores a los de la rama; y el empleo de subcontratistas cuyo empleados no cuentan con seguridad social y ganan menos. De hecho este acuerdo deja a los trabajadores de Amazon aislados y a la deriva. Tampoco existe un reconocimiento de los clickworkers, quienes realizan la labor de la digitalización y se encuentran sin cobertura social.
En un comunicado por el 1 de mayo, el secretario general del Ver.di, Franz Bsirske sólo se limita a exigirle al gobierno alemán: “fortalecer la cohesión en la sociedad y hacer más por la justicia social”. Los acuerdos colectivos donde se impone una rebaja salarial y la introducción de cláusulas que atentan contra las condiciones y conquistas de los trabajadores reflejan que la burocracia sindical es el eje donde se asienta el ajuste que está perpetrando Merkel y la Unión Europea. De hecho, “el Banco Central Europeo se encuentra monitoreando todos los acuerdos colectivos (…) ya que su resultado depende de la eliminación de estímulos” (Reuters 14/4).
Mediante los acuerdos en cuotas y por sector la burocracia sindical intenta no sólo atomizar a los trabajadores sino evitar que el espíritu de lucha que se reflejó en la huelga metalúrgica y que se manifiesta en la de los aeropuertos genere una confluencia cuyo desenlace pueda culminar en una huelga general que golpearía duramente al ya debilitado gobierno de Coalición de Angela Merkel.
Todos miran a Francia
Los principales economistas y CEOs de las empresas alemanas apoyan la reforma laboral que Macron quiere imponer en Francia. La reforma laboral francesa “alinearía con el modelo alemán y será seguido por nuevos pasos en Europa” (zeit.online 2/2). Aunque la política del gobierno de Coalición y la burocracia sindical alemana va en ese sentido, existe un amplio reclamo en el arco capitalista germano por impulsar una reforma laboral a la medida de la francesa. Tanto Angela Merkel como Mauricio Macri en Argentina miran con atención lo que transcurre en Francia.
Como venimos afirmando, “la burguesía es consciente que una derrota de la clase obrera abriría una crisis de poder y un nuevo panorama para las aspiraciones de los trabajadores, no sólo en Francia, sino en toda Europa” (Prensa Obrera 15/4). La lucha contra el plan de guerra del capital que se está librando en Francia, Alemania o Argentina plantea la necesidad de la elaboración de un programa que las unifique y una estrategia revolucionaria que las pueda llevar a la victoria.
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