Londres: medio millón de trabajadores en las calles

Contra el ajuste de Cameron

El sábado pasado, más de medio millón de personas se movilizó en Londres para repudiar los planes de ajuste de la coalición liberal-conservadora que encabeza el primer ministro David Cameron. Se trató de la manifestación más importante desde las gigantescas movilizaciones contra la guerra de Irak en el año 2003. Sobre el final de la marcha hubo incidentes, decenas de heridos y más de doscientos detenidos cuando la policía reprimió a grupos de manifestantes y se produjeron destrozos en oficinas bancarias, hoteles y locales comerciales, algunos de los cuales fueron ocupados durante más de una hora.

Los organizadores habían declarado, en los días previos, que esperaban una asistencia de cien mil personas -es decir cinco veces menos que la que se registró finalmente. El error de cálculo es ilustrativo de la distancia que existe entre la gigantesca demostración de fuerza de la clase obrera británica que pudo observarse el sábado y la limitada perspectiva de los organizadores. La movilización fue convocada por la burocracia del Trade Union Congress, la confederación de sindicatos británicos, bajo la consigna “Trabajo, crecimiento y justicia” y concluyó con un acto en Hyde Park, donde se contó entre los oradores a Ed Miliband, líder del Partido Laborista (del ex primer ministro Tony Blair, quien planteó que no debería hacerse el ajuste “de forma tan rápida ni tan profunda”). El secretario general de Unite, otra coalición de sindicatos, señaló que el gobierno “tiene que concentrarse en la lucha contra la evasión fiscal para promover la inversión y concentrarse en el crecimiento” (Financial Times, 26/3). Palabrerío.

Entre los manifestantes, se hizo sentir el reclamo por un plan de acción contra los recortes gubernamentales que se convierten en una carga insoportable en el marco de la crisis mundial. En el último año, se perdieron casi 150 mil puestos de trabajo sólo en el sector público, mientras el desempleo trepó a niveles récord en las últimas dos décadas y ya alcanza a casi tres millones de personas. Se han triplicado los aranceles universitarios y reducido las prestaciones sociales a jubilados, discapacitados y familias en riesgo. La dirección de los sindicatos no ha convocado a ninguna huelga contra estos brutales ataques: Brendan Barber, el secretario general del TUC, llegó a decir que no habían convocado antes a una manifestación de estas características porque querían esperar a que “los recortes se hicieran sentir” (The Guardian, 14/3). ¡Increíble! El TUC se tomó un año para convocar a la primera manifestación contra los recortes, pero tuvo mucha más prisa, en cambio, para pronunciarse a favor de los bombardeos imperialistas contra Libia iniciados en la última semana.

A fines del año pasado, un masivo “estudiantazo” sacudió el escenario político de las islas británicas y mostró que los coletazos de la crisis mundial impulsaban también allí la movilización popular. Ahora es la clase obrera británica la que amenaza con ponerse en movimiento. Como señaló en su discurso en la plaza de Trafalgar Square la madre de un estudiante que salvó su vida de milagro luego de ser brutalmente golpeado durante las manifestaciones juveniles del año pasado: “En este país, tenemos una enorme tradición de protesta. Ahora tenemos que hacer nuestra propia revolución”.