Informe Goldstone: Los criminales de guerra de Israel van a recibir un premio humanitario

El Estado de Israel exigió que la ONU retire el llamado Informe Goldstone sobre la invasión a Gaza (diciembre 2008-enero 2009), luego de que quien presidiera la investigación, el juez sudafricano Richard Goldstone, se retractara desde el Washington Post de las conclusiones que firmó en 2009. El Informe había acusado tanto a Hamas como al ejército israelí de haber cometido crímenes de guerra y fue considerado un golpe fortísimo contra el Estado sionista. Pero el juez escribió que ya no cree que Israel haya ordenado atacar deliberadamente a la población civil y dijo que los tribunales militares sionistas, que juzgan a los propios soldados, prueban que los crímenes fueron aislados y sin amparo gubernamental. Habría que darles un premio humanitario.

Este “vergonzoso giro llega tras más de año y medio de una campaña sostenida de intimidación y difamación contra el juez”, puntualizó el historiador Ilan Pappe. Goldstone, un sionista autodeclarado, cuyos hijos viven en Israel, nunca cesó de manifestar su lealtad a Israel, pero igualmente fue sometido a una campaña de demolición pública por el lobby sionista, al punto que la Federación Sionista de Sudáfrica lo amenazó con un piquete si concurría al bar mitzvah de su nieto.

Es difícil saber cuáles cuerdas pulsó el Mossad para producir el viraje final. Pero la retractación no desmiente muchas denuncias del informe. Que Israel perpetró ataques a gran escala en flagrante violación de las leyes de guerra. Que esos ataques incluyeron el uso de artillería pesada y fósforo blanco en zonas densamente pobladas. Que destruyó masiva y deliberadamente escuelas, hospitales y la infraestructura civil de Gaza. Que atacó ex profeso a personal sanitario y de la ONU. “Esa conducta fue tan generalizada y sistemática que refleja claramente la política israelí”, señala el diario inglés The Guardian (5/4).

El sudafricano tampoco explica por qué los criminales de Hamas sólo anotaron 13 víctimas (incluyendo las de fuego amigo), mientras que los humanistas de Tel Aviv asesinaron 1.400 palestinos -la mitad de ellos, niños-, incluidas familias enteras a las que habían ordenado o abandonar o encerrarse en sus casas.

Cuando Goldstone festeja la autoinvestigación del ejército israelí, soslaya que no se ha investigado ni a uno solo de los jefes políticos y militares del ataque a Gaza, sino a soldados rasos. Que Human Rights Watch denunció que los fiscales militares cierran las investigaciones aunque sea evidente la violación a las leyes militares. Y que, a la fecha, han acusado sólo a cuatro soldados y condenado a tres. Uno estuvo siete meses preso, pero por robar una tarjeta de crédito. Los otros dos tuvieron una pena condicional de tres meses por usar a un chico palestino como escudo humano. The Guardian califica esos juicios de “teatralización”.

Cedric Sapey, portavoz del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, “rechazó rotundamente” las observaciones de Goldstone y dijo que: “La ONU no revocará un informe sobre la base de un artículo periodístico. Las opiniones expresadas por el señor Goldstone son sus puntos de vista personales”. La anulación de un informe exige que los cuatro signatarios lo repudien formalmente o que sea votada por la asamblea general de la ONU o por el Consejo de Derechos Humanos. El paquistaní Hina Jilani ya se distanció de Goldstone y recordó que las conclusiones de Human Rights Watch y Amnesty International, entre otras, corroboran y agravan las del Informe Goldstone.

En tanto, el ministro del Interior sionista, Eli Yishai, informó que Goldstone se comprometió a bregar por la anulación del documento. Es un momento “especialmente sensible”, porque el Consejo de Derechos Humanos recomendó que el Consejo de Seguridad remita a Israel y a Hamas a la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra. Esto se da, a su vez, cuando ministros de Benjamin Netanhayu proponen una segunda invasión a Gaza y cuando la ex canciller israelí Tzipi Livni -responsable junto con Ehud Olmert de la primera- ha dicho, el 27 de marzo, que había que “llevar adelante otra operación similar y con más fuerza”. El periodista israelí Gideon Levy apuntó: “Goldstone ha allanado el camino para una segunda guerra a Gaza” (Haaretz, 7/4).