Una caracterización adecuada de la crisis política en Ecuador requiere que se la coloque en el cuadro más amplio de las relaciones que ha ido tejiendo el gobierno de Correa con el Pentágono de Estados Unidos.

Entre el 18 y 26 de agosto pasados, el gobierno ecuatoriano fue uno de los principales colaboradores de los ejercicios militares impulsados por la Segunda Flota de los Estados Unidos realizados en el Canal de Panamá, en Colombia y en los estados norteamericanos de Florida y Virginia.

El operativo militar, denominado Panamax, contó con la presencia de todos los países de la región, incluida Argentina, a excepción de Venezuela, Bolivia, Costa Rica, Cuba y Haití. El dato más destacado fue la participación de la delegación del ejército golpista hondureño, con la complicidad del resto de los presentes.

Panamax, uno de los ejercicios más grandes en la región, se encuentra bajo la responsabilidad de la ONU, que encomienda el liderazgo de la operación a los Estados Unidos. Estas maniobras militares conjuntas se realizan desde la década de 1950, en el marco de la llamada la guerra fría. En las décadas de 1970 y 1980 facilitaron tecnología de punta a las dictaduras militares en la región.

En esta oportunidad, los ejercicios militares tuvieron lugar un mes después de que el gobierno panameño acusara de terroristas a los trabajadores de la construcción empleados en la ampliación del Canal, quienes protestaban por los salarios bajos. La hipótesis bélica del operativo Panamax apuntaba a "la amenaza de fuerzas campesinas e indígenas desestabilizadoras" contra el Canal. Durante los ejercicios, se simuló que una organización terrorista buscaba tomar el control de diferentes gobiernos latinoamericanos para desestabilizar la región, incluido un ataque al Canal para afectar la economía. Los gobiernos latinoamericanos pusieron a sus fuerzas armadas al servicio de una política explícita de contra-insurgencia al estilo del nefasto Plan Colombia. Son los mismos que se ufanan de una supuesta autonomía regional frente "al imperio" o de la unidad sudamericana -que, en este caso decisivo, fue una división digitada por el Comando Sur. La ONU dio su respaldo a este despropósito.

El jefe de la Fuerza Naval de Honduras destacó, luego de los ejercicios militares, que su país "ha calificado nuevamente para integrarnos internacionalmente a defender la paz mundial y a estar prestos para enfrentar cualquier amenaza terrorista futura". ¿Existe una evidencia más rotunda que ésta de la complicidad de los Kirchner, Lula, Correa o Mujica con el imperialismo yanqui?