Internacionales
12/2/2004|837
Los planteos del Ampliado de la Central Obrera
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La cuestión del poder
El nudo del programa político votado en el Ampliado fue el planteo de disolver el Parlamento y convocar a una Asamblea Popular. El MAS de Evo Morales lo caracterizó como "antidemocrático", y a la COB como "golpista".
El planteo de la COB, sin embargo, no reclama que "todo el poder" pase a manos de la Asamblea Popular. Es decir que lo que se plantea es un "co-poder": por un lado, la Asamblea Popular; por el otro, el gobierno de Mesa y el Poder Judicial actual, con todos sus órganos represivos. En este cuadro, el papel de la Asamblea Popular se reduciría a "controlar" al Ejecutivo, es decir que ésta tendría como misión ser el "comisario político" del gobierno burgués. Esta "división de tareas" fue la que cumplieron los soviets dirigidos por los mencheviques entre febrero y octubre de 1917.
El "co-poder" que plantea la COB – una Asamblea Popular al lado de un gobierno burgués – pretende copiar la experiencia de la Asamblea Popular de 1971, para cuya mayoría, nacionalista y democratizante había que cogobernar con el Presidente, el general Torres, y convertir a la Asamblea Popular en el parlamento que le faltaba a éste. Pero mientras la Asamblea Popular del ‘71 estableció un "co-poder" con un gobierno militar que había nacionalizado el petróleo, el "co-poder" votado en el Ampliado se refiere a un gobierno al servicio de las multinacionales petroleras.
Estatización y gobierno obrero y campesino
El programa aprobado por el Ampliado reclama también la anulación de las privatizaciones y la refundación de YPFB (la petrolera estatal) y la Comibol (la minera estatal) bajo el control de los trabajadores.
En la historia política y programática del proletariado boliviano, siempre se planteó la necesidad de superar la nacionalización de contenido burgués, para lo cual esta medida debía estar asociada a la ocupación general de las minas y el control obrero como manifestación de una acción revolucionaria. Sin la ocupación de las minas, la nacionalización se reducía a una consigna burguesa, ejecutada por los medios burocráticos. Este programa histórico tenía en cuenta el papel político estratégico del proletariado minero en la clase obrera y el país.
El Ampliado no planteó la ocupación general de los pozos, yacimientos, refinerías y minas. Pero tampoco los obreros del petróleo juegan el papel político estratégico del proletariado minero del pasado. La nacionalización revolucionaria del petróleo y el gas debe estar ligada a la consigna del gobierno obrero y campesino. Pero el Ampliado no ligó la nacionalización a la cuestión del poder. Como la consigna del gobierno obrero y campesino está en la tradición y en la conciencia colectiva del proletariado del Altiplano, su omisión es conciente. La ANT de Argentina, en un país sin la tradición revolucionaria de Bolivia, sí planteó el gobierno de los trabajadores. El gobierno obrero y campesino es la salida revolucionaria a los problemas claves de los explotados bolivianos, como la cuestión de la tierra y las reivindicaciones indígenas.