“Los que trabajamos por la refundación de la IVª estamos sintiendo el pulso de la situación revolucionaria que se está creando”

del Partido da Causa Operaria, Brasil

Nuestra participación en este acto público que se realiza a los 150 años del Manifiesto Comunista y a los sesenta años de la fundación de la IVª Internacional, tiene para nuestro Partido de la Causa Operaria, un motivo adicional de satisfacción. Es que en este año, se están cumpliendo veinte años de un trabajo extraordinariamente fecundo en común entre nuestro Partido y el Partido Obrero. Espero que muchos compañeros presentes en este acto concuerden cuando digo que estos veinte años de trabajo tienen un significado muy grande para la tarea que queremos realizar ahora: la refundación inmediata de la IVª Internacional.

 

Cuando el año pasado, realizamos una de estas reuniones internacionales en Génova, en el mismo momento estaba ocurriendo en la vecina Albania una gigantesca revolución. En aquel momento, señalamos en una resolución, que las tendencias revolucionarias de las masas que se expresaban en aquella revolución, constituían el indicio más seguro de la necesidad de la inmediata refundación de la IVª Internacional. Para muchas personas, aquella resolución podía parecer una declaración de buenas intenciones, que la revolución sería un hecho aislado en el marco internacional, que el imperialismo continuaba teniendo un completo control de la situación política mundial. Esa impresión se acentuó con la ocupación de Albania por las tropas italianas y por la enérgica intervención del imperialismo, en oportunidad de la segunda reunión que realizamos.

 

A poco de esa segunda reunión, una ola barrió a los gobiernos conservadores de Europa en Francia, en Gran Bretaña y lo mismo sucederá en poco tiempo más en Alemania. Ya la reunión que hicimos en San Pablo, ocurrió en medio de un fantástico derrumbe de las Bolsas de Valores en todo el mundo, lo que confirmaba que la revolución albanesa no era un hecho aislado sino parte de un proceso político más general.

 

Mientras los analistas del imperialismo pretendían mostrar que la crisis de Asia era un hecho aislado, esta reunión que acaba de terminar en Buenos Aires fue precedida por un levantamiento revolucionario de masas en Indonesia que puso fin a todas las expectativas de estabilización económica mundial del imperialismo. Quiero pensar que esta reunión y este acto se están realizando en las vísperas de la apertura de una crisis de proporciones gigantescas en el Cono Sur de América Latina, en Brasil y en América Latina.

 

La reflexión que estas coincidencias me sugieren es que los partidos revolucionarios que vienen trabajando por la refundación de la IVª Internacional, son el único sector del movimiento obrero internacional que está sintiendo el pulso de la situación revolucionaria que se está creando en el mundo en este momento. En cuanto a la mayoría de la izquierda internacional, continúa viendo como un espejo la estabilidad y la fuerza del imperialismo.

 

Me gustaría relacionar este panorama con la situación política de Brasil. El movimiento obrero brasileño atraviesa, desde mediados de la década del 80, una situación de reflujo. La inestabilidad política en Brasil se manifestó a través de otros movimientos sociales como, por ejemplo, el movimiento de los trabajadores rurales ‘sin tierra’. Los últimos cuatro años fueron años en los que la clase trabajadora de conjunto sufrió uno de los mayores ataques jamás vistos en toda la historia del país. Una serie de acontecimientos de los últimos meses, sin embargo, señalan que Brasil camina aceleradamente hacia una nueva etapa política. En primer lugar, tuvimos a fines del año pasado, por primera vez en muchos años, la resistencia de los trabajadores de la mayor concentración obrera del país, que es el ABC paulista, donde asambleas de más de 10.000 trabajadores, contra la orientación de la burocracia de la CUT, rechazaron de manera categórica cualquier tentativa de reducción de salarios, incluso con la amenaza de miles de despidos. Esa actitud de los trabajadores con su dirección, marcó un principio de reversión de la situación de la clase trabajadora y el principio de la crisis del régimen político en el país.

 

La situación del régimen político se agravó cuando en los últimos dos meses asistimos a un fenómeno político que se manifestó por última vez en 1983, la realización de centenares y hasta de millares de saqueos en el Nordeste brasileño, que llevó a los gobiernos estaduales y al gobierno federal a una situación de impotencia política, inclusive con los almacenes de alimentos que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso guardaba como munición electoral siendo saqueados por los ‘sin tierra’.

 

Un mes atrás, un nuevo ministro de Trabajo del gobierno de FHC declaró que en Brasil no había problemas de desempleo, cuando las tasas de desocupación en el Brasil son las más altas desde la década del 30. La movilización de los trabajadores desempleados, que reunió cerca de ochenta mil personas en el Distrito Federal y se enfrentó con la policía, hizo que el gobierno tuviera que ir a la televisión a pedir disculpas a la población, reconociendo la situación insoportable de la desocupación.

 

Podemos afirmar, con toda tranquilidad, que los saqueos del Nordeste brasileño podrían reproducirse en cualquier momento en las principales capitales del país.

 

En este momento, el gobierno brasileño está en una situación de parálisis como consecuencia de la quiebra del plan económico. El país tiene un déficit público del 7% del PBI, lo que llevó a una situación que podemos ver en el Clarín de hoy, donde los operadores de la Bolsa de San Pablo declaran que es más fácil encontrar una aguja en un pajar que un inversor extranjero en la Bolsa. Esto hizo que el gobierno se viera obligado a postergar la privatización de Telebras, establecida para el 15 de junio, que debía ser la mayor privatización a realizarse en todo el mundo, esto a causa de la fuga del capital extranjero del país.

 

Al mismo tiempo, el gobierno de Cardoso enfrenta una huelga de los docentes de la universidades federales que ya tiene sesenta días de duración. En los diarios de hoy en San Pablo podemos ver que la candidatura del principal dirigente obrero del país, Lula del PT, empató ‘técnicamente’ con la candidatura del gobierno, lo que abre la mayor crisis que este gobierno haya tenido. Y lo que es presentado como la causa de esta situación es, por un lado, la crisis económica mundial y, por el otro, el crecimiento extraordinario del desempleo.

 

El gran problema político en el Brasil se refleja justamente en las elecciones presidenciales. Esto porque aunque la candidatura de Lula está subiendo en las encuestas y ese ascenso se debe al crecimiento de la movilización popular y al principio de descomposición del gobierno de Cardoso y a pesar de que esos indicios tienen un significado revolucionario, la candidatura de Lula está apoyada en la más sólida alianza que las organizaciones obreras jamás hayan realizado con los partidos y personalidades de los explotadores y la burguesía. Y esa alianza es una verdadera camisa de fuerza para la acción de las organizaciones obreras y las tendencias en desarrollo en el seno de las masas.

 

La dirección del PT fue obligada, para mantener esa alianza, a anular la Convención del partido en el segundo mayor Estado del país, a pisotear de manera insultante la voluntad de las bases partidarias, que rechazaban el apoyo a las candidaturas burguesas en el Estado de Río de Janeiro. Lo mismo deberá suceder en las próximas semanas en el Estado de Pernambuco, uno de los más importantes del Nordeste, donde el propio PT regional tiene un nuevo choque con el gobernador del Estado. Pero la dirección nacional del PT ya les indicó a los militantes del PT que deberán apoyar las candidaturas burguesas también en aquel Estado. De esa manera, a través del frente popular con la burguesía, el propio PT se transforma en un campo de concentración de los militantes de izquierda y de los activistas combativos.

 

Este choque entre el PT y el movimiento de masas tuvo una expresión aguda el 20 de mayo, cuando en la Capital Federal, Brasilia, una movilización convocada por la CUT contra el desempleo fue duramente reprimida por la policía militar. Las tendencias reaccionarias de la dirección del PT frente al movimiento de las masas se demostraron también frente a los acontecimientos que siguieron a la represión, cuando por la televisión, en cadena, el gobierno del estado de Brasilia atribuyó las responsabilidades de la violencia a nuestro partido, el Partido da Causa Operaria y al Partido Socialista de los Trabajadores Unificados. Esto significa que la próxima etapa política va a estar marcada por una reestructuración de las propias organizaciones del movimiento obrero en Brasil, comenzando por las propias elecciones, donde los aliados burgueses del PT, en la CUT y en el Movimiento de los Sin Tierra, van a tratar a la candidatura de Lula como un arma contra el movimiento obrero.

 

Yo creo que nuestro Partido tiene la posibilidad de ocupar un papel fundamental en esos acontecimientos. Para nosotros el problema central no está colocado en las elecciones, y tampoco lo está para el movimiento obrero. El problema central en la próxima etapa está en constituir un frente de lucha de las organizaciones obreras frente a la catástrofe social. Que sea capaz de orientar y desarrollar la lucha contra la desocupación, contra la flexibilización laboral, contra la tentativa de reducir los salarios, contra el hambre en el Nordeste, y que permita el desarrollo de las ocupaciones de tierra de todos los trabajadores rurales sin tierra del país.

 

La situación política en Brasil es, a mi juicio, una completa confirmación de los planteos y pronósticos de las organizaciones que nos reunimos aquí en Buenos Aires, luego del reciente congreso del Partido Obrero. Pero inclusive estas tendencias que se manifiestan en nuestros países son apenas un episodio de las tendencias y de las crisis que se van a desenvolver en la próxima etapa en los grandes centros capitalistas, en Europa y en Estados Unidos.

 

Para concluir, compañeros, yo quería rescatar una frase que dijo un compañero que me antecedió: “… que la refundación de la IVª Internacional va a ocurrir porque la historia trabaja a nuestro favor” y a mi me gustaría destacar lo siguiente: que no sólo la historia trabaja de una manera general a nuestro favor, sino que también la situación política inmediata trabaja en favor de la refundación de la IVª Internacional y a favor de la construcción de partidos revolucionarios en todos los países. Muchas gracias.