Los saqueadores dirigen el país

Cuando el pasado 31 de julio y 1 de agosto, un numeroso sector de los explotados decidió obtener, a como dé lugar, los alimentos que les permitieran comer aunque más no sea por algunas horas, no podían imaginarse que iban a inaugurar una de las campañas políticas más vergonzantes y reaccionarias de la historia del Uruguay, impulsada de “izquierda” a derecha, por todo el arco político con representación parlamentaria.


La Coalición de gobierno, a través del ministro Stirling, salió apresuradamente a reprimir a los hambrientos con la acusación de que eran “grupos organizados para desestabilizar el país”, y a este carro se subieron todos los partidos defensores del régimen, sean oficialistas o de “oposición”.


Plomo, gases, garrote y cárcel, fue la respuesta de la “democracia” a los que luchan desesperadamente por un plato de comida. Precisamente en nombre de la defensa de la democracia burguesa fue que la mesa Política del FA declaró su repudio “…a las manifestaciones violentas y delictivas… procedentes de cualquier ámbito…” (Búsqueda, 8/8). Para el cretino pequeñoburgués, es lo mismo la “violencia” de un sector de los oprimidos en lucha por la supervivencia, que la violencia organizada y sistemática del régimen opresor que ejerce el monopolio del uso de la fuerza.


Todos los jerarcas bien alimentados del FA se sumaron al repudio de la población más empobrecida. El diputado Bonomi (MPP) señaló “…fue coordinado por la derecha con la participación de funcionarios policiales” (ídem). Sin ninguna duda que participó la policía, pero no en el sentido que lo señala Bonomi, sino para balear, apalear y encarcelar a mujeres y niños que pretendían llevar a sus hogares unos kilos de comida. En la misma línea de Bonomi, el diputado Raúl Sendic creyó ver en la reacción desesperada del pueblo “…una operación militar de generación de caos…” (ídem). Parece obvio que el diputado no ha aprendido nada, ni siquiera de su padre.