Los trabajadores de Viome ante la amenaza de liquidación de la empresa


Los trabajadores de Viome en Tesalónica vienen desarrollando una larga lucha para autogestionar la fábrica ocupada. Desde hace dos años, han estado produciendo y comercializando productos de limpieza ecológicos en la fábrica ocupada.


 


Los ex propietarios de la fábrica nunca han dejado de intentar obstruir el proceso, presentando obstáculos legales en estos años. Hace cuatro años abandonaron la fábrica. Los ex propietarios fueron condenados a 123 meses de prisión en primera instancia por los millones de euros adeudados a los trabajadores, el tribunal de apelaciones redujo esta condena a 43 meses de sentencia suspendida, absolviendo, en efecto, a los ex propietarios de tener que compensar a los trabajadores. Hoy vuelven a aparecer, conspirando con los síndicos y el sistema judicial con el fin de liquidar la empresa.


En un nuevo juicio que va a tener lugar se evaluará la petición del administrador de liquidar la maquinaria y las instalaciones.


 


Para enfrentar esta situación, se ha puesto en marcha una gran movilización nacional e internacional. Con concentraciones en Tesalónica y Atenas. Los trabajadores de Viome y el movimiento de solidaridad que rodea a la fábrica ha advertido que va a resistir una posible venta con todos los medios a su alcance. Independientemente de la decisión del tribunal, los compañeros han señalado su voluntad de mantenerse firmes y defender la ocupación y su lugar de trabajo.


 


La movilización de Viome constituye un capítulo más de la lucha contra la troika y su política de austeridad. Lo que está colocado sobre el tapete es quién va pagar la crisis: el capital o la población trabajadora. Viome forma parte de esta gran pulseada, que pone a la orden del día un programa que privilegie el interés de la clase obrera y no de la patronal vaciadora: expropiación sin pago a su antiguos dueños y su entrega gratuita a los trabajadores; que Viome se convierta en proveedor privilegiado del Estado; otorgamiento de subsidios a sus trabajadores para cubrir el piso salarial de convenio; créditos baratos ya cesibles para asegurar su funcionamiento.


 


Habrá que ver cuál es la conducta del gobierno de Syriza frente al conflicto, con más razón en caso de confirmarse una sentencia desfavorable. Pero lo que está claro es que los trabajadores no están de brazos cruzados sino que están empeñados en un plan de acción para imponer un desenlace a la medida de sus intereses.