Los yanquis al rescate de una causa perdida

En toda América Central, el imperia­lismo norteamericano interviene de manera directa para sostener a los Estados cuya inviabilidad económica es manifies­ta. “El dinero que en los ‘80 sostenía a los ejércitos que luchaban contra los insur­gentes, ahora está yendo a la policía, al sistema judicial y a los investigadores de fraude” (Financial Times, 3/5). Una serie de acuerdos marítimos y aéreos permiten a Estados Unidos vigilar las costas y los cielos de Centroamérica.


Esto vale también para Panamá, que acaba de firmar un tratado con Estados Unidos que le permite dejar de lado la prohibición constitucional de que los estados extranjeros posean tierras panameñas. Gracias a este acuerdo, la OPIC (el brazo del gobierno norteamericano para las inversiones públicas en el exterior) podrá “proveer seguridades contra el riesgo político y financiero” a las compañías que se radiquen en Panamá (ídem), Se espe­ran inversiones norteamericanas en los próximos años por 3.000 millones de dólares, principalmente en plantas “maquiladoras”. En otras palabras, se prepara una nueva ola colonizadora en Panamá.


La devolución del Canal a Panamá, el 31 de diciembre pasado, fue saludada por la “izquierda que se un” como una “victoria antimperialista”. Particularmente el PC batió el parche de esta “conquista contra los gringos” En ese momento escribimos que, pese a la devolución, “Panamá sigue siendo una colonia” (Prensa Obrera,  N° 652).


No nos equivocamos.