Los yanquis amenazan a América Latina

Por la unidad socialista de America Latina

Mientras masacra al pueblo de Afganistán, el imperialismo norteamericano amenaza a los pueblos de América Latina con nuevas agresiones y matanzas.


El primer “blanco” son los explotados colombianos. El “coordinador de contraterrorismo” del Departamento de Estado, Francis Taylor, amenazó con “utilizar la fuerza (militar) contra las organizaciones insurgentes (…) en territorio colombiano” (Clarín, 19/10). No se refería a la utilización de la fuerza militar colombiana contra las Farc o el ELN (que ya se encuentra combatiendo), ni al “asesoramiento” de esas fuerzas por “expertos” del Pentágono o la CIA (lo que también ya está ocurriendo), ni tampoco, al suministro de helicópteros de combate y agentes químicos *la auténtica guerra bacteriológica* (que también está ocurriendo). Taylor amenazaba con la intervención directa de las tropas y la maquinaria bélica norteamericana “como estamos haciendo en Afganistán” (ídem). No se trata, sin embargo, de una opinión individual: el parlamentario Zell Miller, del partido demócrata, es decir, del otro partido al que pertenece Taylor, calificó a Colombia como “el país más peligroso y terrorista del mundo” (ídem). Para que no queden dudas, “el Pentágono anunció que creará un Comando p ara las Américas dirigido contra las guerrillas izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y Ejército de Liberación Nacional…” (La Prensa, 17/10).


Además, “la frontera de Argentina, Paraguay y Brasil -dice Miller- es un sitio sin ley donde miembros de Hamas, Hezbollá y otros grupos vinculados a Osama Bin Laden probablemente planifican sus próximos atentados terroristas” (Clarín, 19/10). La intervención militar en la “triple frontera”, además de “sitiar” a Colombia, pondría tropas yanquis en Argentina, donde el mismo Miller teme las consecuencias de un “inminente colapso financiero” (ídem). El antecedente es la realización del “Operativo Cabañas 2001”, en Salta, que tuvo como “hipótesis” una “situación insurreccional”. Pero le permitiría, también, “rodear” a Brasil y a Uruguay, donde se esperan victorias del PT y del FA en las próximas elecciones presidenciales. Todo esto serviría, a su vez, para “cercar” a Venezuela, que *recuerda Miller* “tiene un presidente que es hostil a Estados Unidos” (ídem).


Todo el continente es el blanco de la agresión imperialista porque, para Miller, “desde el extremo de América del Sur hasta Tijuana, El Paso y otras ciudades de la frontera norteamericana fluye un oleoducto (sic) de drogas ilegales y de armas” (ídem).


William Pfaff, uno de los analistas más reputados de Washington, dijo que “durante una reciente reunión, en Washington, escuché explicar a un miembro de la comunidad académica universitaria (…) que había comenzado una nueva era. Que los Estados Unidos y sus aliados, después de Afganistán, debían proseguir hasta derrocar a otros regímenes de Estados terroristas, sustituyéndolos por nuevos gobiernos, y luego intervenir en los Estados desposeídos, donde la pobreza y el desorden generan fanatismo y antinorteamericanismo. El académico hablaba de una guerra que los Estados Unidos jamás podrá ganar” (La Nación, 24/10).


Hay que enfrentar estos enemigos con una lucha común, que tiene como objetivo la expulsión del imperialismo y la unidad socialista de América Latina.