Los yanquis “arma(n) a los musulmanes”

Los últimos acontecimientos en la ex Yugoslavia han confirmado que la con­signa “Armas para los musulmanes de Bosnia” que vienen levantando organizaciones de diversos países, es equivalente a la intervención del impe­rialismo norteamericano.


“Washington, protector de los musulmanes”


A fines de febrero, aviones de com­bate norteamericanos derribaron cuatro naves serbias que sobrevolaban áreas musulmanas en Bosnia central. Pocos días antes, en Washington y bajo la “inspiración” yanqui, las burocracias croata y musulmana habían firmado un acuerdo para establecer una “federa­ción croata-musulmana” en Bosnia y una “confederación” de ésta con Cro­acia.


La “federación” divide a la mitad de Bosnia en una serie de “cantones étni­cos”. Así, la “fórmula"' norteamericana impone una nueva partición de Bosnia, esta vez en dos “repúblicas", una “occidental” bicéfala —la “federa­ción”—- y otra serbia, bajo la “Influen­cia” rusa. La “confederación bosnio-croata”, por su parte, establecerá “un mercado común para el libre movi­miento de las mercancías y la unión monetaria y aduanera” (Financial Ti­mes, 3/3), un “molde” para la restauración capitalista bajo el tutelaje norte­americano.


El acuerdo croata-musulmán es de pura inspiración de Estados Unidos, “que actuó al margen tanto de Rusia como de la Unión Europea y la Nato” (El Mercurio, 6/3). “Washington ha he­cho su trabajo silencioso con el go­bierno alemán, el más firme aliado de Croacia, para que presione al presi­dente Tudjman (a entregar a los musul­manes) un corredor seguro que lle­gue hasta el mar,... condición última de los musulmanes para admitir la división de sus territorios en tres “cantones étnicos” (La Nación, 25/2). Clinton “enfrentó a Croacia con un ultimátum... se les manifestó que se olvidaran de la anexión del territorio croata bosnio. También se les dijo que si se sumaban a las conversaciones de paz ello abriría el acceso a beneficios políticos y económicos occidentales, y si no Croacia se vería aislada y tal vez sería objeto de sanciones económicas” (La Nación, 3/3).


La conclusión que saca de todo esto La Nación (3/3) es que “los musulma­nes (que) han considerado desde hace largo tiempo a Washington como su protector... han buscado que entre en el conflicto de su parte, lo que ahora han logrado básica­mente en el campo diplomático”. Aunque, en realidad, ha sido la diplomada norteamericana la que ha llevado a la burocracia musulmana a colocarse a su rastra.


“Los musulmanes están ganando la guerra en Bosnia central”


La federación croata-musulmana” le ha permitido a Tudjman “cubrir la admisión de su derrota” en Bosnia central... a manos de los musulmanes (Financial Times, 9/3). Porque lo cierto es que “En Bosnia central los mu­sulmanes han estado ganando la guerra (y) el ejército regular de la República de Croacia ha sido incapaz de reparar ese desastre” (ídem). Si los musulmanes han podido lanzarse a la ofensiva es porque en los últimos meses “han tenido éxito en romper el em­bargo de armas de la Onu” (Was­hington Post, 24/1).


¿Quiénes han aportado las “armas para los musulmanes de Bosnia”? Los regímenes reaccionarios musulma­nes de Pakistán, Turquía e Irán y, para bochorno de muchos partidarios de “armas para Bosnia”, el imperialismo norteamericano. Efectivamente, desde hace tiempo “algunos (diplomáticos) europeos sospechan que la adminis­tración Clinton se ha embarcado en las recientes semanas en un progra­ma encubierto de aprovisionamiento de armas pequeñas a los musulma­nes” (Washington Post, 8/2) ¿Armas pequeñas? L 'Express de París (ver La Nación, 19/3) sostiene sin ambages que los turcos y la CIA norteamericana vie­nen montando “operaciones negras”


... “que arman desde agosto una fuerza bosnia (musulmana) reorgani­zada”. Resulta claro que los norteame­ricanos y los turcos arman a los musul­manes, así como los rusos a los serbios y los alemanes a los croatas, para ase­gurar y profundizar la partición de la Bosnia multiétnica. El desarrollo de los acon­tecimientos ha revelado el acierto del pronóstico del PO, cuando señaló que la consigna “armas para los musulma­nes de Bosnia” era “nada menos que un reclamo de intervención imperia­lista en la guerra” (Prensa Obrera, nfl 404,19/10/93).


Incluso hasta el régimen menemista se ha sumado a este aprovisionamiento de armas: las reiteradas denuncias de la existencia de armas argentinas en Bos­nia han sido indirectamente confirma­das por la reciente anulación de una venta de armas pesadas a Liberia, en una operación de “triangulación” cuyo destino final sería Croada, ahora “alia­da" de los musulmanes (Clarín, 10/3); el embarque se frustró en el último minuto porque su destino original, Liberia, se encuentra bajo embargo de la Onu. Que el régimen menemista, que no mueve un dedo sin la aprobación norteamericana, venda armas a Bosnia, es toda una confirmación de quiénes están detrás del “rearme" musulmán.


“Una alianza militar antiserbia liderada por Estados Unidos”


La “federación” aparece obviamen­te como una presión sobre los serbios. Sintomáticamente, el tratado firmado en Washington “reparte” entre musulma­nes y croatas el 50% del territorio bosnio... cuando éstos dominan, por ahora, apenas el 30%. Ya los norteamericanos han dejado claro que no permitirán ni el reconocimiento internacional de Krajina (el territorio croata dominado por los serbios) ni de la Bosnia serbia, ni su unión con la república serbia a menos que se avengan a un “acuerdo de paz global” sobre Bosnia y toda Yugoslavia. Sin embargo, no se trata del único “de­sarrollo” posible.


“Los musulmanes, ahora apoya­dos por Estados Unidos, pueden usar el plan federal para asegurar la paz en Bosnia occidental y entonces lanzar una ofensiva de primavera para reconquistar sus territorios en el este” (Financial Times, 3/3). Un editorialista del mismo diario llega a sostener que “es tentador pensar que Karadzic y sus secuaces pueden ser derrota­dos por una corta, profunda ofensiva de primavera con apoyo occidental” (Financial Times, 9/3). Lo que está claro es que sí los norteamericanos ya han “dejado caer” en los hechos el embargo de armas a los musul­manes, no van a imponerlo justa­mente ahora que Itzebegovich se ha plegado a sus planes de intervención en los Balcanes.


Por eso, “con o sin levanta­miento formal del embargo, el ejército musulmán será fortalecido por el cambio de bando de los croatas y la apertura de rutas de aprovi­sionamiento desde la cos­ta” (Financial Times, 9/3).


Todo esto explica por qué el acuerdo firmado en Was­hington ha sido caracteriza­do nada menos que como “una alianza militar anti-serbia liderada por Esta­dos Unidos” (Clarín, 3/3).


Por la unión libre y socialista de los pueblos de Yugoslavia


La burocracia musul­mana ha logrado “resol­ver”—y bastante efecti­vamente, por cierto— la cuestión del aprovisio­namiento de armas. Pero esto no ha acerca­do ni un milímetro una salida democrática para los pueblos a (a guerra que desangra a los Balcanes; más bien la ha alejado. Es que, como lo ha señalado reiteradamente el PO, el “problema” no eran las armas sino la política de quie­nes las empuñarían y de quienes las proveerían.


“Armas para los musulmanes de Bosnia” equivale a “armas para la burocracia musulmana”, que abando­nó la defensa de la unidad de una Bosnia multiétnica y multinacional, para defen­der una “Bosnia musulmana" o, en todo caso, una "Bosnia binacional" bajo la tutela norteamericana. “Armas para los musulmanes de Bosnia” equivale a darle a la burocracia restaucionista musulmana los medios [Si proseguir las masacres contra los bos­nios de origen serbio y croata. Ni qué decir que mediante la provisión de ar­mas, el imperialismo norteamericano le impuso a la burocracia musulmana su propia política y sus propios intereses, convertirse en el árbitro balcánico y monopolizar los beneficios de la restau­ración.


La única salida progresista para los pueblos de los Balcanes es su unidad para luchar por la expulsión del imperia­lismo y las camarillas restauracionistas. La “federación” inspirada por el impe­rialismo norteamericano, una nueva y artificial partición de Bosnia, será una fuente de nuevas guerras y masacres contra los pueblos.