Lucio Gutierrez, agente del Plan Colombia

El presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez impulsa decididamente la intervención del imperialismo en la guerra civil colombiana. Fue el promotor de la propuesta – aceptada por los presidentes latinoamericanos en la Cumbre de Cuzco – de que la Onu “invite” a las organizaciones guerrilleras a desarmarse unilateralmente y a iniciar un “diálogo” con el gobierno en las condiciones impuestas por éste. Si la guerrilla rechazara este “ofrecimiento”, la moción presentada por Gutiérrez prevé que la Onu busque “otras alternativas de solución”. En pocas palabras, amenaza con la intervención militar internacional para acabar con las Farc y el Eln.


A su regreso a Ecuador después de la “Cumbre de Cuzco”, Gutiérrez calificó la aceptación de su propuesta como “uno de los más grandes triunfos de los últimos años” (Quincenario Tinjai, 24/6). ¿Triunfo de quién?


En primer lugar, del imperialismo norteamericano, ya que se abren las puertas a una intervención militar exterior en Colombia y, tanto más importante, le permite forzar a todos los gobiernos de la región, bajo el paraguas de la Onu, a involucrarse directamente en la guerra civil colombiana.


Triunfo también del imperialismo europeo, que hace rato venía reclamando la intervención de la Onu en Colombia, y en particular, de España, que se candidatea para organizar y dirigir la “fuerza de paz internacional” que actuará.


Finalmente, un triunfo para el presidente colombiano Uribe, que avanza con su política de “solución militar” a la crisis.


La intervención imperialista, incluso por la vía militar, en Colombia va mucho más allá de la pretensión de derrotar a las Farc y al Eln. Por esa vía, el imperialismo busca forzar a los gobiernos de la región a una “fuerza de paz” bajo su directa tutela, es decir a forzar la regimentación política y la militarización de los regímenes latinoamericanos. La intervención en Colombia es, al fin de cuentas, un “modelo” contrarrevolucionario para enfrentar las crisis revolucionarias que crea en el continente la crisis capitalista; es el antídoto a la “crisis de gobernabilidad” sobre la cual la Oea debatió en su reciente reunión de Santiago de Chile.


Lucio Gutiérrez es, simplemente, un títere del imperialismo. Pero no está solo: su propuesta fue aprobada por el brasileño Lula, el chileno Lagos y, tengámoslo en cuenta, por el argentino Kirchner.