Marcha minera sobre Bonn

Varias decenas de miles de mineros del carbón, llegados de las cuencas del Ruhr y del Sarre, marcharon sobre Bonn. En la capital, los mineros ocuparon los accesos de los edificios públicos y de los partidos derechistas integrantes de la coalición gubernamental. Según un corresponsal francés, “Bonn está paralizada por las manifestaciones … el barrio de los ministerios está sitiado por los trabajadores”(L’Humanité, 12/3). Muchos de los pozos de estas dos cuencas carboníferas están ocupados por los trabajadores, así como también las rutas adyacentes. Los mineros del Sarre, por ejemplo, bloquean desde hace varios días una de las principales autopistas del país y el acceso a Luxemburgo.


La causa de tan excepcional movilización es el anuncio gubernamental de la supresión de subsidios a la industria del carbón, lo que provocará el cierre de numerosas minas y el despido de 50.000 mineros (sobre un total de 90.000) y la pérdida de otros 70.000 empleos en las industrias relacionadas. Los mineros denuncian que se los quiere reducir a las mismas condiciones de trabajo que sus ‘competidores’, los mineros de Polonia o Indonesia: allí, señalan, “hacen trabajar a los niños (y) no gastan casi nada en la seguridad del trabajo” (ídem).


En momentos en que el desempleo bate todos los récords en Alemania, el anuncio de nuevos despidos masivos en áreas ya profundamente deprimidas ha elevado la tensión social en una medida desconocida en la Alemania de posguerra. “La situación en el Sarre es explosiva y podría llegar a ser difícil de controlar. No puedo excluir que haya manifestaciones violentas”, declaró “el portavoz de la comisión obrera de las minas del Sarre” al ya mencionado corresponsal francés. “Hasta el presente, hemos estado en calma; pero si Kohl sigue terco, habrá rebelión, será la guerra civil. Podemos ir muy lejos, si es necesario, para hacernos escuchar”, declara un obrero de base (ídem).


También, alrededor de 10.000 obreros de la construcción comenzaron una acción de una semana en la Postdamer Platz, la mayor obra en construcción en Europa, en el corazón de Berlín, para protestar contra el desempleo que golpea al gremio. Según el sindicato, sobre un millón de trabajadores, 400.000 están desempleados. La supresión de la compensación pagada a los obreros por los días no trabajados por mal tiempo ha llevado a numerosas patronales a suspender a su personal durante la época invernal. El restablecimiento de la indemnización permitiría reducir a la mitad el número de desocupados.


Las grandes movilizaciones de los mineros y de los obreros de la construcción confirman lo que, hace ya un tiempo, señalaba el corresponsal de una revista francesa: “del otro lado del Rhin … la política de austeridad … choca con una oposición social creciente (y con) una movilización sin precedentes en los últimos veinte años” (Le Monde Diplomatique, diciembre de 1996).