Internacionales
31/10/2002|778
Masacre en Moscú
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Excepto dos, los 150 rehenes muertos en Moscú durante la toma del teatro ocupado por guerrilleros chechenos murieron por efecto de los gases paralizantes y neurotóxicos utilizados por las tropas del Ministerio del Interior y los servicios secretos rusos. A cada hora, se suman nuevas víctimas a la lista de muertos, como consecuencia de los efectos de esos gases. Incluso se anticipa que habrá rehenes que sufrirán deficiencias neurológicas de por vida.
Putin, con el apoyo incondicional de las “democracias” y el “mundo libre”, ha perpetrado una verdadera masacre contra la población civil rusa para seguir con la masacre que viene desarrollando en Chechenia. En los últimos tres años, la guerra del régimen de Putin contra el pueblo checheno causó 100.000 víctimas (Le Monde, 28/10). Como las de Moscú, las víctimas chechenas no cayeron en combate: fueron víctimas de los “escuadrones de la muerte” del Ministerio del Interior y de los servicios de inteligencia. Los secuestros, las torturas, los asesinatos a sangre fría, las violaciones, los fusilamientos colectivos y el bombardeo de aldeas desarmadas son la “norma” de las fuerzas rusas en Chechenia.
La masacre de Moscú también le sirvió a Putin para justificar la “vasta ofensiva militar” que lanzó en Chechenia apenas finalizaron las “operaciones” en Moscú.
La barbarie de los restauracionistas rusos contra el pueblo checheno, sin embargo, no ha logrado doblegar sus aspiraciones independentistas. “La nueva generación – indica una corresponsal – se radicaliza en la guerrilla (…) que se compone de pequeñas unidades fundidas con la población” (Le Monde, 25/10). La miseria, la represión, las humillaciones y las vejaciones alimentan la rebelión de la juventud chechena contra el régimen de los restauracionistas rusos, aliados al imperialismo norteamericano. Desde hace tiempo, Rusia y Estados Unidos han llegado a un acuerdo sobre el control del Cáucaso: mientras los rusos aceptaron la presencia de tropas norteamericanas en Georgia (Cáucaso del sur), el imperialismo le ha dado “carta blanca” a Putin para masacrar al pueblo de Chechenia (Cáucaso del norte).
Reivindicamos el derecho del pueblo de Chechenia a su autodeterminación y a su independencia nacional. Putin masacra a la población chechena y a la población rusa en defensa de los intereses de la camarilla restauracionista que gobierna en Moscú.