Masivas huelgas en Corea

La Hyundai es el pulpo capitalista más grande de Corea: produce y exporta los más variados productos, desde navíos a madera, y  emplea  en decenas de plantas, a más de 40.000 trabajadores, agrupados en ocho sindicatos de industria. Desde principios de julio, los trabajadores de las plantas del pulpo Hyundai, en la ciudad de Ulsan, vienen sosteniendo paros y quites de colaboración en reclamo de un aumento salarial del 20%, reducción de las horas de trabajo semanales y reincorporación de los activistas despedidos.


Las huelgas están dirigidas por una coalición de sindicatos que ha sido declarada ilegal por el gobierno, el cual, además, militarizó las plantas y encarceló a decenas de los principales activistas sindicales. El temor gubernamental es que una victoria en la Hyundai desate una seguidilla de reclamos que echen por tierra la política de “recuperación exportadora de Corea” (Business Week, 19/7).


Ni la represión policial ni las amenazas de lock-out patronal doblegaron a los huelguistas. Después de un mes aparecieron las primeras “ofertas” patronales, un aumento del 5%, endosada por la dirección sindical, que fue mayoritariamente rechazada en las asambleas sindicales. La votación de estas asambleas “sugeriría que las direcciones sindicales están perdiendo el control de los huelguistas” (Financial Times, 28/7).


Estos son los verdaderos obreros coreanos —que luchan por su salario, por su organización sindical y por sus horas de descanso— y no los mamarrachos que pretende “vendernos” Brunelli, que, según él, se dejarían superexplotar y trabajarían largas jornadas por salarios miserables…