Medio Oriente: “la madre de todas las movilizaciones”

Una semana atrás se inició en Egipto el juicio al carnicero Mubarak, que se transmite por TV y mantiene en vilo al país. En el mundo árabe, sin embargo, su transmisión está censurada. El nonagenario en prisión amenaza con ‘encender el ventilador’ y echar por la borda los planes de encubrimiento de sus sucesores. Mientras tanto, un alto oficial del ejército israelí ha revelado que el Estado sionista es uno de los pocos países del mundo que ha ofrecido asilo a Mubarak (Haaretz, 3/8).

En Turquía se acaba de producir un “terremoto de cuatro estrellas”, como describió la prensa la renuncia del alto mando militar turco ante la detención de 22 militares, “entre ellos, el comandante del Ejército del Mar Egeo y otros seis generales y almirantes”, acusados de complot en 2003 (Buenos Aires Herald, 31/7). El establishment turco parece creer que recurriendo, o al menos simulando, un vuelco más hacia el ‘islamismo’ (el ejército se escuda en una tradición laica, pero implacable en la represión), impedirá la entrada de las masas turcas en el torbellino revolucionario que envuelve a todo el Medio Oriente.

“La revolución israelí”

Así caracteriza el principal diario israelí a las movilizaciones multitudinarias contra la miseria social en ese país. Según su artículo editorial, “por más de tres semanas la sociedad y la política israelí ha(n) sido sacudidas por olas de protesta social de un tipo jamás visto antes (…). Es un despliegue de fuerzas que está muy lejos de haber concluido” (ídem, 8/8).
A la movilización de Tel Aviv, el sábado pasado, asistió “un cuarto de millón de almas” (Buenos Aires Herald, 8/8). Los israelíes salen a la calle al concluir el shabat con el mismo rigor que los árabes luego de las plegarias de los viernes.

Mientras en Israel el parlamento discutía una ley que niega por primera vez al idioma árabe el carácter de lengua nacional -en nombre del “carácter judío del Estado”-, en la movilización que venimos describiendo un cartel decía “(‘Bibi’) Renunciá (en árabe). Egipto es acá” (sic, Página/12, 8/8).

En esta misma semana previa a la movilización, el gobierno derechista había echado más leña al fuego: otro proyecto en la Knesset (parlamento) provocó la ira del movimiento juvenil en los acampes por la vivienda, cuando se informó la constitución de una comisión faraónica de ministros sin invitar a los representantes de los campamentos. Esto fue un factor que convirtió a la marcha del sábado 7 en “la madre de todas las movilizaciones”. Así los describían “los activistas” -dice The Jerusalem Post (8/8).

La burocracia sindical de la Histadrut tuvo que salir de su letargo: es que, vía Twitter y Facebook, estalló el reclamo de huelga general. Ofer Eini, el Moyano israelí, logró evitarlo sumándose a la convocatoria del sábado último.

Como en Argentina 2001, en la población crece la sensación de que los bancos son los grandes responsables de la crisis. Por lo pronto, en un país donde la bancarización de la población es equivalente a la de los Estados Unidos o Europa, “se ha lanzado una protesta adicional esta semana en Facebook, cuyo objetivo son los bancos israelíes”. La misma “se autoproclama -protesta contra los cargos (tarifas) de los bancos-” y convoca a retirar (el lunes 8) los fondos de las cuentas (The Jerusalem Post, 8/8).

La crisis de vivienda en Israel tiene como contrapartida el abultado financiamiento de la colonización de los territorios ocupados por parte del sionismo. La ligazón entre una cosa y la otra comenzaría a diseñar una perspectiva política profunda al movimiento. La consigna sería el desmantelamiento de los asentamientos coloniales. Llama la atención que ninguna organización palestina acentúe este planteo ahora, cuando las poblaciones judías y árabes se movilizan dentro de las fronteras de Israel. La unidad entre árabes y judíos por una Palestina única e independiente ha sido saboteada a lo largo de toda la historia del movimiento nacional en esa región, desde comienzo del siglo XX, por las clases poseedoras árabes y por el movimiento colonial sionista.