México: base electricista reclama huelga general indefinida

Huelga general! ¡Huelga general! ¡Huelga general! Este fue el grito dominante durante la “Asamblea Nacional de la Resistencia Popular”, convocada por el Sindicato Mexicano de Electricistas. La asamblea tenía por objeto expresar la solidaridad de las organizaciones populares en la lucha del SME contra la ‘extinción’ de Luz y Fuerza Centro, el despido de sus 44.000 trabajadores y la consiguiente desaparición del SME. El voto, en los últimos días, de la iniciativa oficial de aumentar los impuestos al consumo y crear otros nuevos, echó leña al fuego: resulta transparentemente claro que el ataque de Calderón contra el SME anuncia una ofensiva general contra el pueblo trabajador. La asamblea desbordó todas las expectativas. Se realizó en el enorme auditorio del SME “lleno a reventar, con altoparlantes para las miles de personas que escuchaban en la calle” (todas las citas corresponden a La Jornada, 25/10).

En la asamblea se enfrentaron claramente dos posiciones. Por un lado, la dirección del SME, que buscó por todos los medios dilatar la convocatoria de la huelga general exigida por la base sindical y reducir los alcances políticos de la convocatoria. Por otro lado, la base sindical que exigió a los gritos que se le pusiera fecha a la huelga.

“…los electricistas que presenciaron la asamblea exigieron a sus líderes y a las organizaciones solidarias que las acciones fueran inmediatas. Primero con expresiones aisladas y luego al unísono, clamaron por la huelga nacional y por impulsar otras acciones ‘más contundentes’ (…) los electricistas insistieron en llevar el plan de acción a otro terreno. Unos exigieron la huelga, mientras otros propusieron – con gritos desde su asiento o en corto frente a su líder–  la toma de carreteras o apersonarse en las instalaciones de LFC, enfrentar a las fuerzas federales y recuperar su fuente de empleo”.

“¡Huelga! ¡Huelga! ¡Huelga!, clamaban miles de gargantas, lo mismo dentro del nuevo auditorio del SME como afuera” (…) Entre los cantitos, sobresalían “los que en los últimos días han cobrado popularidad, como el de ‘¡El SME se queda, Calderón se va!’ o el de ‘si no hay solución, se va Calderón’…”.

El momento culminante de la asamblea fue cuando uno de los asistentes propuso: “… ‘tomar el Distrito Federal el 5 de noviembre’, paralizando fábricas y centros de estudio en todos los niveles; organizar caravanas informativas que en esa fecha partieran de todos los estados hacia la capital del país y estallar una huelga nacional indefinida con tres demandas: ‘abolición del decreto que extinguió a Luz y Fuerza; rechazo al paquete fiscal que aumenta y crea nuevos impuestos y renuncia de Felipe Calderón por traición a la patria’….”. La Jornada no puede dejar señalar que “la ovación que produjo este discurso fue trepidante”.

La dirección de la asamblea le recordó entonces a los presentes que, “a fin de cuentas, serían los líderes del SME los que definirían el plan de acción”. Esta expropiación de la soberanía de la asamblea, “en lugar de enfriar los ánimos, arreció el coro multitudinario que pedía ‘¡huelga!’…”.

Finalmente, la dirección sindical logró evitar que se pusiera fecha a la huelga e indicó que el 5 de noviembre se reunirán nuevamente las organizaciones presentes para determinar la fecha y las modalidades de la eventual huelga, “que levantará dos únicas demandas: abolición del decreto que acabó con Luz y Fuerza y rechazo al paquete económico de Hacienda. Esas eran dos de las tres exigencias que habían planteado distintos oradores, pero a la hora de sintetizar las propuestas, el SME eliminó la tercera, es decir, la relativa a la renuncia de Calderón”.

La huelga general con fecha a determinar que aprobó la asamblea no estaba en los planes de la dirección del SME. No se la menciona en la convocatoria. Tampoco en el “Oficio circular 23233”, que establece la “estrategia a seguir en la lucha por detener y revertir el ilegal decreto de Felipe Calderón por medio del cual se extingue Luz y Fuerza del Centro” (página web del SME). Esa “estrategia” tiene sólo dos capítulos: uno, referido a la “estrategia jurídica”; el otro, referido a la “estrategia legislativa”. La consigna de la huelga general viene de abajo.

En la “Asamblea Nacional de la Resistencia Popular” participó una treintena de organizaciones populares, campesinas, estudiantiles y de izquierda y se leyeron cientos de adhesiones. El diario La Jornada, que informa abundantemente sobre todo esto, cree oportuno puntualizar que “quienes no enviaron delegados o siquiera un saludo fraterno fueron los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.