México: gigantesca movilización

En defensa del Sindicato de Electricistas

México está conmovido por una enorme movilización obrera y popular en defensa del Sindicato de Electricistas (SME) que se extiende por todo el país.

El pasado fin de semana, por la noche, mediante un decreto inconstitucional, el presidente Calderón “extinguió” a Luz y Fuerza Centro (LFC), una empresa estatal autónoma que provee electricidad a 25 millones de usuarios en el centro del país. Inmediatamente, la empresa fue ocupada por tropas policiales y militares.

Con la “extinción” de la empresa, también quedó “extinguido” el SME y sus 46.000 trabajadores fueron despedidos.

Desde ese mismo momento comenzó la resistencia. En el sindicato se realizan asambleas y mitines que votan tareas de agitación y denuncias callejeras. La primera consigna de las asambleas fue rechazar el cobro de las indemnizaciones. Pese a que la mayoría de los trabajadores tiene más de un mes sin cobrar y las indemnizaciones superan holgadamente las establecidas por la ley, sólo cobraron 1.500 electricistas (sobre un plantel de 46.000).

El lunes 12, una primera manifestación, “mayoritariamente obrera y masculina” (La Jornada, 13/10) reunió 30.000 trabajadores en el centro del Distrito Federal. La consigna fue el llamado a apoyar el fondo de huelga del SME y a prepararse para una lucha prolongada: “Reunir frijoles y huevos, muchos huevos, porque la lucha apenas empieza”. Al día siguiente marcharon “las esposas del SME”, desde el Zócalo hasta la casa presidencial, para interpelar a la esposa de Calderón.

El jueves 14 tuvo lugar “la megamarcha del SME”: más de 300.000 personas marcharon durante ocho horas desde el sindicato hasta el Zócalo capitalino. Cuando finalizaba el acto en el Zócalo, la cola de la manifestación aún no había comenzado a caminar. LFC es una empresa “familiar”, en la cual trabajaron varias generaciones obreras de la misma familia. El día anterior a la marcha, el gobierno advirtió que no fueran niños ni ancianos porque podría haber “violencia”. Pese a las amenazas, en la “megamarcha” participaron miles de jubilados y miles de niños con sus madres, trabajadoras o esposas de LFC. Los estudiantes universitarios de la Unam marcharon al grito de “SME aguanta, la Unam se levanta”.

Desde el palco, distintos oradores propusieron “paro general” y un referéndum sobre la continuidad de Calderón. La principal consigna fue impuesta por Porfirio Muñoz Ledo, ex dirigente del PRD: impulsar “la huelga general de pagos” de los usuarios de LFC.

La movilización se extiende por todo el país, desde Baja California al sur de Puebla. En Cuernavaca (Morelos), miles de obreros reunidos frente al Congreso del Estado reclamaron un paro nacional de apoyo a los electricistas. En Nueva Necaxa, los 10.000 habitantes están movilizados. La ciudad nació hace un siglo con la construcción de una represa de LFC; el 80 por ciento de la población depende, directa o indirectamente, de Luz y Fuerza. La “extinción” de la empresa equivale a la desaparición del pueblo.

Provocaciones y represión

Desde que los militares ocuparon LFC, se quintuplicaron los cortes de energía, lo que acicatea la movilización. Luego de que 30.000 vecinos del sur del DF sufrieran prolongados cortes, salieron a cortar la Autopista DF-Querétaro, una de las principales de México. Un catedrático denunció el perfil fascistizante del gobierno de Calderón que, con el decretazo, pretende “levantar a la clase media contra los electricistas” (El Universal, 14/10). Aquí también falló: los que cortaron las autopistas contra los cortes no responsabilizaron a los electricistas sino al gobierno.

Los funcionarios de Calderón responsabilizan por los cortes al “sabotaje del SME”. El sindicato rechaza los cargos; denuncia que los cortes de energía son consecuencia de la falta de inversiones y de la expulsión de los trabajadores de los locales de LFC y advierte que es una provocación para inculpar judicialmente a los trabajadores.

Al mismo tiempo, el SME denuncia el secuestro y la detención de trabajadores de LFC, para obligarlos a operar las redes en dificultades. Un diario confirma la denuncia del SME: “A pesar de que esa empresa ha rechazado versiones en ese sentido, ayer este medio pudo observar a dos camionetas de esa empresa recorriendo las calles de diferentes colonias de este poblado en busca de operadores que sepan utilizar las máquinas que mueven las turbinas para generar electricidad (…) Las unidades iban escoltadas por dos patrullas de la Policía Federal (…) Este medio también constató cómo algunos de los operadores se mantienen escondidos en casas de sus familiares, pues temen ser detenidos por la Policía Federal para ser llevados a la planta contra su voluntad” (La Jornada de Oriente, Puebla, 14/10).

La lucha contra el despido de los 46.000 electricistas y contra la destrucción del SME tiene un carácter multitudinario: los obreros, sus esposas, sus hijos, las viejas generaciones de electricistas, las familias que los esconden, los usuarios que repudian al gobierno.

Pese al descomunal impulso de lucha que viene desde abajo, la dirección del SME anunció que presentará 46.000 demandas judiciales de reincorporación, una por cada despedido.