“Mi gobierno no va a tener invasiones de tierra”

El PSol de Heloísa Helena, como lo comprobaron las encuestas de opinión, le ha sacado votos a Geraldo Alckmin del PSDB, gracias al carácter abiertamente derechista de su campaña. Sus apariciones y propaganda no sólo no están centradas en ninguna defensa de las reivindicaciones de los trabajadores sino que, además, están enderezadas a levantar reivindicaciones abiertamente patronales, como la reducción de tasas de interés, los subsidios para los empresarios, el desvío de las partidas públicas para las terminales a través del BNDES, y al tiempo que levanta planteos contra la organización de los trabajadores para atraer un electorado de derecha. Una de las últimas declaraciones de Heloísa Helena en la prensa es que su gobierno “no va a tener invasiones de tierra” (www.ig.com.br, 1/8). Se justificó enseguida diciendo que hará un gobierno “más competente” y que hará la reforma agraria conforme lo establece la ley, y que para el PSol “los criterios definidos por la legislación son exactos, objetivos, no cabe especulación ideológica o programática (…) Hay que hacer como manda la ley, que no es genérica” (ídem). Vale aquí resaltar que las “leyes” fueron elaboradas durante el período de la dictadura militar y que están lejos de significar alguna solución para los sin tierra.


Completó diciendo además que “infelizmente, la reforma pasó a ser vista como una bandera de izquierda por la incompetencia, irresponsabilidad e incapacidad de los gobiernos de cumplir lo que manda la Constitución, el orden jurídico vigente”.


Fue a mediados de los años ’80 cuando el gobierno de José Sarney del PMDB, aprobó el estatuto de la Reforma Agraria que se encuentra vigente en la legislación asumiendo así, bajo la crisis del gobierno militar, el papel de defensor de las clases dominantes y de los elementos de la dictadura, en una supuesta apertura del régimen político, contra decenas de miles de huelgas que paralizaban la producción del país. Desde entonces se ha puesto en práctica el programa que el PSol defiende hoy.


La completamente fracasada distribución de algunas tierras improductivas, mientras en el campo se les dan los mayores subsidios de todos los tiempos al agronegocio y al latifundio, es el programa sin excepciones de todos los gobiernos burgueses desde entonces.


La única propuesta en defensa de las familias sin tierra es la defensa de la movilización de millones de familias contra el latifundio para tirar abajo la verdadera barrera que impide actualmente la distribución de tierras. La verdadera reforma agraria supone, por lo tanto, la expropiación de todas las tierras de los latifundistas a través, no sólo de ocupaciones de tierras, sino de una revolución social en el campo contra la burguesía, cuyos pasos deberán ser definidos y organizados por los propios trabajadores de la ciudad y del campo, que deberá poner por encima de todo la supervivencia de la inmensa mayoría explotada del campo en primer lugar.