Internacionales
6/9/2001|720
Montevideo: Estudiantes secundarios ocupan los colegios
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Como un reguero de pólvora, el movimiento de ocupación de colegios secundarios se extiende por todo Montevideo. Empezó a principios de agosto en un barrio y, desde allí, se fue ampliando rápidamente a otros secundarios.
No es la primera vez que los estudiantes de Montevideo ocupan los liceos. El año pasado hubo un amplio movimiento de ocupaciones que, a su vez, repetía los de años anteriores. Desde hace cinco años, el movimiento de ocupaciones levanta las mismas reivindicaciones: fin de la “reforma educativa”; mayor presupuesto para la educación; derogación de las actas que impiden la actividad gremial de los centros de estudiantes. Las ocupaciones se repiten porque los secundarios enfrentan la política de destrucción de la educación pública que lleva adelante el gobierno fondomonetarista, que sólo puede pasar con la represión contra los centros de estudiantes.
Jorge Carbonell, el presidente de Secundaria, se creyó muy vivo cuando acusó a los estudiantes. “Estas ocupaciones, casi siempre en agosto y setiembre, son un poco demasiado reiterativas como para pensar que son un fenómeno espontáneo” (El Observador, 31/8). Haciendo omisión del pobre castellano de un funcionario del área educativa, Carbonell está en lo cierto cuando dice que las ocupaciones no son “espontáneas”: existe una juventud que no está dispuesta a permitir la destrucción de la educación pública y que se organiza para evitarla.
El principal responsable de estas ocupaciones es el propio gobierno, que ha incumplido sistemáticamente los acuerdos que permitieron el levantamiento de las ocupaciones anteriores y ha llevado la destrucción de la educación pública a grados increíbles. En el Liceo 12, de Parque Posadas, la ocupación empezó cuando, después de tres meses sin servicio de limpieza ni agua en los baños, los estudiantes de los primeros años se negaron a seguir limpiando la escuela y fueron reprimidos por las autoridades.
El Gobierno ha denunciado a los estudiantes ante la justicia, buscando una excusa ‘democrática’ que justifique, como en años anteriores, la represión y el desalojo violento. Sus ‘argumentos’ *que los estudiantes serían “antidemocráticos” porque “presionan a las autoridades constitucionales” o que “los estudiantes no son quienes para intervenir en la cuestión presupuestaria”* son simplemente fascistas.
La ocupación de los colegios ha obtenido un amplio respaldo popular: los padres y los vecinos de las escuelas ocupadas han formado piquetes que duermen fuera de los colegios (mientras los pibes están dentro) para impedir la represión policial. Es una expresión, otra más, del repudio de los trabajadores al gobierno que no sólo destruye la educación sino que además le ha metido el IVA a los alimentos, ha llevado la desocupación a niveles récord y está planteando la rebaja de los salarios de los empleados públicos.