Movilizaciones y paros contra las reformas previsionales antiobreras

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

Los gobiernos se han lanzado, cada vez con más furia, a liquidar el sistema previsional público y a privatizarlo en beneficio de la clase capitalista.


Lo hacen luego de haber vaciado los sistemas públicos, por medio de subsidios y de créditos que nunca fueron devueltos.


Es uno de los ejes del ‘ajuste’ que promueven el Banco Mundial y el FMI.


Promueve la suba de la edad de retiro; un período mayor de aportes de los trabajadores; y una reducción del poder adquisitivo de la jubilación.


El desarrollo de Fondos de Previsión privados apunta a financiar al capital por medio de los aportes de los trabajadores.


El resultado general es un alargamiento de las horas de trabajo a lo largo de la vida del trabajador; la reducción de los salarios reales e incluso nominales; una mayor tasa de explotación de la fuerza de trabajo y un aumento de la pauperización social.


Para los organismos capitalistas, el aumento de la expectativa de vida de la población lleva a la quiebra al sistema de previsión estatal. Falso. La quiebra del sistema público obedece al incremento fenomenal de la desocupación y del trabajo en negro. Por estas dos razones, una gran parte de los trabajadores no alcanza a reunir los requisitos para jubilarse.


La privatización de las jubilaciones en Chile, por parte de Pinochet, ha provocado una miseria enorme en la población trabajadora. Los llamados gobiernos democráticos han defendido con uñas y dientes este ataque pinochetista. Gran parte de los jubilados chilenos cobra por debajo de la línea de pobreza. Hace un año y medio más de un millón de trabajadores y sus familias manifestaron en las calles de Santiago y las principales ciudades del país bajo la consigna “No más jubilación privada”. El próximo 31 de marzo el movimiento contra la jubilación privada volverá a manifestar masivamente en Chile.


El sistema de jubilaciones vigente considera a las jubilaciones un gasto social al que ya no puede financiar con los métodos actuales, cuando se trata en realidad de un salario que el obrero cobra en forma diferida, y que por lo tanto ha sido cobrado por la patronal en los precios de producción.


La privatización es un gran salto en la confiscación de la fuerza de trabajo, pues se apropia de una parte del salario para financiar, por medio de los Fondos de Pensiones, al capital privado o al pago de la deuda pública del Estado. Una crisis capitalista o un colapso de la deuda pública tienen el efecto de barrer con todos los aportes obreros a esos fondos privados. Es lo que ocurrió en 2008/9 en Estados Unidos y otras naciones. La jubilación privada oficializa la desaparición del aporte patronal y es una fuente parasitaria de negocios del capital financiero.


Los intentos de imponer la destrucción de la previsión social del Estado han sido respondidos con grandes huelgas y levantamientos en Nicaragua, Haití, Panamá, Argentina y otras naciones latinoamericanas (y del mundo).


Los capitalistas atribuyen la crisis mundial al sistema previsional, al cual hacen responsable de los déficits del Estado. Falso: la crisis fiscal es la consecuencia de una política de rescate del capital por medio de dinero público obtenido de los contribuyentes, en su mayoría trabajadores.


Brasil paga 100 mil millones dólares anuales y la Argentina cerca de 25 mil millones de intereses por una deuda externa usuraria. El FMI plantea disminuir el monto de las jubilaciones y alargar la edad para el retiro del trabajador para garantizar el pago de estas deudas usurarias e ilegitimas. Por medio de la privatización procuran una nueva fuente de financiamiento de la deuda pública, que redunda en un agravamiento de la crisis fiscal.


Ya en la actualidad las cajas previsionales son saqueadas por los gobiernos con el objetivo de pagar la deuda externa y cubrir los déficits fiscales. Al mismo tiempo, se viene disminuyendo sistemáticamente el monto de los aportes patronales a las cajas jubilatorias. Y se permite el robo de que los empresarios capitalistas directamente no paguen, ni sus aportes, ni los que descuentan a los trabajadores. En Brasil las deudas empresarias con el sistema jubilatorio (INSS) se duplico en los últimos 10 años pasando de 175 mil millones de reales en el 2008 a 477 mil millones en el 2018. Y el gobierno Bolsonaro quiere legalizar este robo a la previsión social descargándolo sobre los trabajadores.


En la reforma reaccionaria que presento ahora Bolsonaro se aumenta el porcentaje del descuento previsional para los trabajadores estatales 11 al 14% (pudiendo llegar hasta el 20%) y se apunta a eliminar por completo el aporte patronal para la jubilación.


En Uruguay, todos los partidos políticos patronales discuten y defienden la necesidad de la reforma reaccionaria del sistema previsional. Desde la propuesta de la senadora Alonso (Partido Nacional) de “incrementar la edad de jubilación de 60 a 65 años”, al gobernante Frente Amplio que también declaro su apoyo a “una alteración de las edades de retiro”.


En la Argentina, Macri y el FMI quieren convertir en un retiro obligatorio a los 70 años, lo que hoy es sólo una posibilidad ‘voluntaria’ para los trabajadores. Las edades de retiro de las mujeres han sido llevadas a los 65 años. También está en marcha un proyecto para crear fondos privados ‘complementarios’.


En Brasil la reforma propuesta por Bolsonaro y su ministro Guedes, eleva las edades para el retiro jubilatorio a 62 para las mujeres y 65 para los varones, pero el presidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia, dijo que ¡“hoy en día todos pueden trabajar hasta los 80 años”!


Hoy, la campaña anti previsional en toda América Latina se concentra en Brasil. Es necesario su derrota y la defensa de las conquistas previsionales de los trabajadores brasileros. En oposición al plan Bolsonaro, los abajo firmantes reivindicamos el control obrero del sistema jubilatorio.


La única forma de derrotar estos planes antiobreros, es con la acción directa de los trabajadores, con paros activos y la huelga general. Solo mediante la movilización y la huelga el movimiento obrero podrá involucrar y organizar a todo el pueblo. No será frenado con la confianza en una oposición parlamentaria a la derecha. El PSL de Bolsonaro afirmo que ya tiene garantizada la compra de los diputados para obtener la mayoría necesaria que le apruebe su reforma reaccionaria.


Las centrales obreras dirigidas por burocracias, subordinadas a los gobiernos y a los partidos pseudo nacionalistas, capitulan frente a estas ofensivas antiobreras. Se justifican planteando que intentan negociar la reforma previsional para quitarle alguno de sus puntos más reaccionarios. Por eso -dicen- no convocan al paro activo y a la huelga general. La dirección nacional de la CUT y demás centrales brasileras, inclusive Conlutas, han convocado a una jornada nacional de lucha contra la reforma previsional para el 22 de marzo, sin trazar una estrategia. Dicen que la están ‘construyendo’. Es necesario rechazar, en los lugares de trabajo, cualquier conciliación de las burocracias sindicales con los patrones y el gobierno de turno. Con este marco, la Huelga General es nuestra arma.


Por el rechazo de cualquier aumento de la edad de retiro jubilatorio.


No a la reducción de los haberes previsionales. Jubilación mínima no menor al costo de la canasta familiar.


No a la jubilación privada: nacionalización de todo el sistema previsional bajo control de los trabajadores.


Restitución de los aportes patronales, disminución sistemática del aporte obrero hasta su eliminación total. La jubilación es un salario diferido que debe estar cubierto íntegramente por los patrones.


Restitución de todas las conquistas previsionales anuladas por los ataques gubernamentales (pensiones, accidentes de trabajo, etc.).


Las cajas y los sistemas previsionales deben estar dirigidos por los trabajadores. Fuera las manos de los estados y capitalistas de los fondos previsionales.


No al pago de la deuda externa


Elaborar un Plan de Lucha y la Huelga General para defender el programa previsional de la clase obrera. Impulsar congresos de delegados electos por la base de las Centrales Sindicales y los diversos sectores del movimiento obrero para superar los bloqueos burocráticos. Solo la clase obrera movilizada, en forma independiente, podrá derrotar los planes antiobreros del FMI, el imperialismo y los gobiernos burgueses cipayos.


Por la unidad de la clase obrera y los explotados de Latinoamérica. Por la unidad socialista de América Latina.


 


Luta Pelo Socialismo (Brasil)


Partido de los Trabajadores (Uruguay)


Partido Obrero (Argentina)


17/3/2019