Internacionales
16/12/2010|1159
Uruguay: Mujica militariza a los municipales de Montevideo
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El último en proceder a la militarización de la recolección de basura en la capital de Uruguay había sido el dictadorzuelo colorado Pacheco Areco, a finales de los ’60, quien gobernó bajo estado de sitio. No volvió a ocurrir desde entonces, a pesar de los varios conflictos que tuvieron lugar en Montevideo desde el llamado ‘retorno’ a la democracia -o incluso uno anterior, en 1982. En varios de esos conflictos, el sindicato apeló a la huelga indefinida -a diferencia de lo que ha ocurrido ahora, cuando la huelga es ‘perlada’ o rotativa, por sectores y jornadas. La acumulación de basura o el llamado ‘riesgo sanitario’ son por eso menores. El pretexto del gobierno ‘nac & pop’ a la uruguaya es menos permisible que nunca. Mujica y la intendenta Olivera han elegido golpear por razones eminentemente políticas: la necesidad de neutralizar al movimiento obrero en un período de convulsiones económicas, que se manifiesta por ahora en una inflación creciente. Uruguay acaba de ‘beneficiarse’ por una mejora de la calificación de deuda, por parte de Standard & Poors -un ‘tesoro’ que el tupamaro en la Presidencia quiere preservar a toda costa. Como en Argentina, el gobierno del Frente Amplio quiere aumentar su deuda extranjera -a este ‘noble’ propósito responde la declaración del servicio de recolección como ‘servicio esencial’, así como la posterior militarización de la tarea y la sanción de los trabajadores. El gobierno también sacó un decreto que prohíbe las ocupaciones de edificios públicos, incluso en condiciones de lucha sindical. Los patrones reclaman lo mismo para la industria privada.
Cuando lo esencial es visible
En honor a la verdad, incluso la negociación del convenio colectivo, que vence en diciembre, es también un pretexto. Lo mismo podría decirse hasta de la calificación de la consultora -que con todas sus rivales manipularon sus dictámenes para que los bancos pudieran descargar de sus balances los ‘activos tóxicos’ (títulos y préstamos desvalorizados), en las vísperas del estallido de la bancarrota capitalista. Bastante antes de asumir su cargo, la intendenta en cuestión, que pertenece al partido comunista, había complotado una destitución del presidente de Adeom, tildado de ‘radical’; después de un éxito parcial, el operativo fracasó por el rechazo de los propios militantes del partido comunista en el sindicato. Ocurre que, para esa época, la conflictividad sindical ya había alcanzado un buen ritmo y se habían producido paros generales. Mujica no gozaba de la ‘paz social’ de su antecesor, Tabaré Vásquez. Todo Montevideo sabe que Olivera responde a Mujica, quien la impuso como candidata, antes que al comité central del PC, al cual pertenece. En el reñidero del Frente Amplio, la intendenta es asignada a la derecha del partido comunista.
Todo esto explica el secreto que con tanto empeño intenta ocultar la prensa uruguaya, en especial la frenteamplista: por qué Olivera ha rechazado atender en todo momento el pliego de reivindicaciones de Adeom. Después de todo, este pliego plantea el ajuste de los salarios por la inflación pasada -un derecho adquirido hace mucho tiempo- más (esto por primera vez) un 2,5% de incremento real. ¿Ese 2,5% va a quebrar las finanzas del municipio? Curiosamente para un frenteamplista, el argumento oficial es que la mejora acentuaría las ventajas de los empleados públicos sobre los del sector privado. ¡Pues que les aumenten a estos un porcentaje mayor! El último cálculo de la canasta familiar ubica su costo en 40 mil pesos uruguayos, ¡ocho mil pesos argentinos! Incluso si descontamos un 20%, por el desnivel de precios entre los dos países, quedan unos 6,5 mil pesos argentinos, que no gana la inmensa mayoría de los uruguayos. La intendenta ‘comunista’ no quiere participar ni un pesito del crecimiento del PBI de Uruguay, entre el 6 y el 8%, a pesar de que su partido ‘disputa’ con Mujica y su vice Astori por una “redistribución de los ingresos”. La intendenta ‘comunista’ aboga por una mayor privatización del servicio de recolección (una forma de sacarse de encima a sus trabajadores), sin importarle que el costo para el municipio ha comenzado a superar al estatal. Mejor es aumentar la ‘remuneración’ del patrón que la de los obreros -en sintonía con S&P. Sea como fuere, los trabajadores de las privatizadas han hecho causa común con Adeom (¡sus salarios son inferiores!).
En resumen, asistimos a un intento de quebrarle el espinazo al movimiento obrero -como lo está intentando Rodríguez Zapatero con los controladores aéreos de España y como ocurre con toda la burguesía de la Europa en quiebra. Adeom es un conejillo de Indias, cuya derrota debería servir para disuadir al resto de los sindicatos. Es el caso de AEBU: los bancarios han resuelto impulsar la parálisis del ‘clearing’ (compensación de cheques) en su plan de lucha por el convenio (hay 130 mil cheques ‘trancados’). Ello, aunque su dirección -que pertenece a la corriente oficialista Articulación- se opone a la medida. El gobierno ha comenzado a amenazar a los bancarios con la declaración de ‘esencialidad’, lo mismo que a los controladores aéreos del aeropuerto de Carrasco. En una asamblea del miércoles 15, Articulación y parte del PCU intentaron negarle la palabra de saludo al presidente de Adeom, pero la moción fue rechazada por la asamblea. Juan Castillo (del PCU), secretario general del PIT-CNT, se ha convertido en el principal operador del gobierno, luego de un incómodo repudio inicial a la declaración de ‘esencialidad’ de los servicios de residuos. De esta manera, la Ejecutiva de la central obrera se ha convertido en una suerte de carnero político del movimiento obrero. Nada menos que en Uruguay, con el pasado que tienen sus fuerzas armadas, una central sindical apoya la militarización de sus propios afiliados. La integración del PIT-CNT al Estado está en la víspera de un salto cualitativo, como ocurriera con la CUT bajo Lula. Por eso crece el reclamo de que se convoque a la Junta Representativa de la Central y la expulsión de Castillo. El carácter político del enfrentamiento del gobierno del FA contra Adeom es inconfundible: se trata de someter al movimiento obrero en el marco de la crisis mundial.
Del “gobierno en disputa” a la “armonía”
El ataque oficial a Adeom es parte de una estrategia de conjunto, que apunta a poner fin a las rencillas en el FA y a disciplinar a sus integrantes. El más díscolo, el partido comunista, cuya dirección está empeñada en una pelea contra la fracción fondomonetarista del vice, Astori -de influencia creciente en el gobierno- se ha plegado al ataque contra Adeom. Sin el concurso del PC, ese ataque estaba condenado al fracaso. El partido comunista ha hecho causa común con sus adversarios a la hora de encontrarse con un movimiento obrero con características de independencia. El “gobierno en disputa”, como caracteriza el PC al que preside Mujica, se ha convertido en su contrario, en el gobierno ‘de la armonía’. Este pase de manos ‘dialéctico’ de parte de la dirección del partido comunista ha puesto fin a su fantasía emancipadora, pero ha suscitado una rebeldía sorda en sus activistas, que habían observado con entusiasmo el nuevo espíritu militante de la organización. El PC es aún el fiel de la balanza del movimiento sindical; la crisis que ha provocado su conducta se reflejará de inmediato en sus filas. Para esto hay incluso una razón adicional: la cúpula del FA quiere reorganizarse para quitar derechos a los comités de base, muy debilitados, donde es fuerte el PC; quiere verticalizar al FA aún más. La dirección del PC está siendo estrujada por los conflictos de clase y por la tendencia pro-imperialista de su gobierno ‘kerenskiano’ (calificado por Lenin como bonapartismo de centroizquierda).
La acelerada regresión del FA ha tenido otras manifestaciones, como la imputación de Mujica a Adeom de actuar como aquellos ultraizquierdistas que fueron funcionales al ascenso de Hitler. El hombre simplemente escupió para arriba, porque ese ultraizquierdismo fue protagonizado por el PC alemán y su tutor, Stalin -y combatido por Trotsky casi con brutalidad. De cualquier modo, Hitler subió al cabo de varios gobiernos que se caracterizaron por aplicar la ‘esencialidad’ y la suspensión de las garantías constitucionales -como lo hace Mujica, dentro de sus límites políticos e intelectuales. El exabrupto de Mujica es una declaración formal de repudio histórico a su corriente, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, que tuvo esa conducta en las vísperas del golpe militar en Uruguay, en junio de 1973. Con un pie en la tumba, Mujica se empeña en ensuciar su pasado y su reputación. ¡Qué enorme remoción de escombros ha suscitado la huelga de Adeom! ¡Cuánta conmoción sindical y política!
La asamblea de Adeom, el martes 14, decidió no continuar con la huelga intermitente en los servicios de recolección. Pero habilitó al ejecutivo de Adeom a instrumentar nuevos paros: a parar el jueves 16, concentrar en la Junta Departamental y luego en la IM para que los atienda la intendenta, con la esperanza de que el gobierno retire su decreto de militarización y la intendenta anule las sanciones. Sin embargo, las sanciones fueron ratificadas, lo que supone aplicar la decisión de la asamblea para ese caso, que es ocupar los lugares de trabajo. La concesión de la asamblea al gobierno no recibió del gobierno ninguna clase de concesiones. Es que los conflictos en otros sindicatos continúan, lo mismo que la política rompe huelgas del gobierno. En Montevideo se está discutiendo la realización de una marcha para quebrar la política oficial con un paro del PIT-CNT, que reclaman numerosos sindicatos a través de la convocatoria de la Mesa Representativa. Hay que cumplir las decisiones de ocupar en caso de sanciones; hacer un frente con los recolectores de las privadas y que se convoque de emergencia un Congreso de Bases del PIT-CNT; por un paro general de repudio a las medidas de excepción contra el movimiento sindical.
Uruguay comienza una nueva historia.