Internacionales
31/5/1989|269
Murió Raúl Sendic
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Raúl Sendic, el fundador de los Tupamaros, sólo pudo sobrevivir un tiempo a los terribles padecimientos que sufrió en la cárcel bajo la dictadura uruguaya. Lo tuvieron enterrado en calabozos y aljibes durante 14 años, enfermo y herido, sin ver el sol durante largos períodos, confinado luego a la tortura de una lámpara prendida permanentemente en la celda.
Un balazo le había arrancado la lengua y la mandíbula lo que le quitó prácticamente la posibilidad de hablar, y en esas condiciones lo trasladaban de prisión en prisión en calidad de rehén, que sería represaliado con la muerte. Salió con la frente alta de este tormento indescriptible, pero como le ocurrió a muchos otros compañeros en todo el mundo, su cuerpo no aguantó las secuelas del cautiverio.
Sendic se incorporó a la lucha política como abogado y organizador de sindicatos agrarios luego de abandonar el super aburguesado Partido Socialista. Promovió huelgas y manifestaciones de los cañeros y lideró el combate contra los latifundios. A principios del 60 —bajo el influjo general del foquismo en Latinoamérica— estructuró en Montevideo los “Tupamaros" y condujo una sucesión de acciones armadas de gran espectacularidad: asaltos a bancos, fugas masivas de presos políticos, secuestro de agentes de la CIA. Estas acciones prestigiaron a la organización, que alcanzó cierto predicamento entre el estudiantado y la clase media. La clase obrera permaneció ajena a la política de los Tupamaros, que no se apoyaba en la lucha de clases de los trabajadores, o más precisamente que pretendía dictar una alternativa política confusa y ambigua desde el plano de acción de un sector de la pequeña burguesía.
El proletariado como clase no figuraba en el horizonte político de tos "Tupas", apegados a un programa nacionalista. No se propusieron la organización independiente de los trabajadores, por eso no desarrollaron a la vanguardia obrera ni plantearon una delimitación de principios con relación a la burocracia stalinista que controlaba los sindicatos, a la que tampoco caracterizaba como tal. Cuando en la década del 70 emergió una situación revolucionaria en Uruguay estas limitaciones políticas aparecieron con total nitidez. Los "Tupas" no pudieron conformar una dirección para la huelga general, que fue derrotada desde adentro por el PC.
La audacia y el heroísmo no pudieron reemplazar la ausencia de una estrategia socialista.
Los "Tupas” elaboraron una "autocrítica” en los últimos cuatro años, en la que se cuestiona el método guerrillero, como si un método de lucha fuera intrínsecamente útil o no, y no dependiera de la situación política y de la estrategia. También mencionaron su aislamiento de las masas, aunque sin comprender que de lo que se trata es de ligarse a la tendencia revolucionaria que anida en ellas, y no en un sentido general, porque esto último es base de la demagogia o del electoralismo.
En la nueva etapa, Sendic se pronunció a favor de constituir un “Frente grande” con sectores de los partidos burgueses tradicionales, orientó el trabajo de los "Tupas” hacia el campo, las reivindicaciones agrarias, la formación de cooperativas y bregó por una salida nacionalista a la crisis de la deuda externa latinoamericana. El intento tupamaro de ingresar al “Frente Amplio" fue frustrado al principio por la oposición de quienes para hacer buena letra con la burguesía (PC) no querían ser vinculados a un movimiento que inspiró terror a la burguesía. Pero ahora, la evidencia de que el MLN(t) se ha domesticado al ambiente oficial uruguayo, produciría un acuerdo para ingresar al FA.
Sendic murió pocas semanas después del triunfo del voto amarillo. El régimen democratizante que ya había dejado en libertad a sus torturadores consagró la impunidad de los asesinos de todos sus compañeros. El stalinismo, el FA y la burguesía “democrática" en quienes depositó sus expectativas frentistas, fueron los principales responsables de esta política amnistiadora. En Montevideo más de 70 mil personas despidieron al líder guerrillero. La comprensión y superación de las limitaciones políticas de los "Tupas" es el mejor y más sincero homenaje de la vanguardia revolucionaria al luchador Raúl Sendic.