Nigeria también se rebela

Grandes movilizaciones contra el aumento en los combustibles.

Una de las movilizaciones

Desde el 1 de agosto, la juventud nigeriana se ha lanzado a las calles diariamente para rechazar las políticas del gobierno de Bola Tinubu, quien en poco más de un año de mandato aplicó un drástico recorte de los subsidios a la electricidad y los combustibles que agravó dramáticamente las penurias de la población. La inflación (del orden del 40 por ciento anual en los alimentos), la fuerte devaluación de la moneda (el naira) y el elevado desempleo configuran un cóctel letal para las masas, mientras las grandes compañías imperialistas y algunos empresarios locales se siguen enriqueciendo con la exportación de petróleo, que al interior del país escasea.

Bajo el hashtag #EndofBadGovernance, el movimiento de lucha realiza una intensa propaganda de sus acciones. Las protestas alcanzan a Abuja (la capital), la populosa Lagos y el norteño estado de Kano, entre otros territorios. Pese a una represión criminal que dejó ya 13 víctimas fatales, 700 detenciones, toques de queda en varios estados y la amenaza presidencial de apelar al ejército, las organizaciones no suspendieron las convocatorias y esperan cumplir diez días consecutivos de manifestaciones, llamados “días de la ira”. Uno de los voceros de Take It Back Nigeria, colectivo organizador de las protestas, condicionó cualquier diálogo con el gobierno a que sea en un lugar público y televisado. “No estamos interesados en ningún encuentro secreto”, puntualizó a la BBC.

Por el protagonismo de la juventud, el carácter decidido del movimiento y el alcance de la represión estatal, las manifestaciones se emparentan con las de Kenia (que frenaron un paquetazo impositivo) y el levantamiento en Bangladesh que derribó este lunes al gobierno. Si se va un poco más atrás, puede incluirse también en este registro la rebelión de Sri Lanka, en 2022.

Las políticas de ajuste de Tinubu apuntan a asegurar los pagos de deuda externa, que, según algunas fuentes, se llevan hoy el 68 por ciento de los ingresos nacionales (Al Jazeera, 4/8). El impacto sobre los sectores populares es demoledor: el litro de nafta saltó en unos pocos días de 0,35 a 0,78 centavos de dólar. Los testimonios de los manifestantes a las cadenas informativas son impactantes: afirman que se están casi literalmente muriendo de hambre.

Tinubu pertenece al Congreso de Todos los Progresistas (APC por sus siglas en inglés), una formación afín a la Internacional Socialista (socialdemócratas) que domina el país desde 2015. Tinubu ganó las presidenciales de 2023 con el 36 por ciento de los votos, en unos comicios en que la participación apenas rozó el 27 por ciento, lo que muestra su escasa legitimidad. Junto al conservador Partido Democrático del Pueblo (PDP), ambas formaciones se han repartido el poder desde 1999.

Además de la crisis económica y social, Nigeria se encuentra inmerso en agudos conflictos territoriales. Boko Haram y otros grupos islamistas dominan regiones enteras del norte, zona de mayoría musulmana (el sur, en cambio, es predominantemente cristiano), mientras que los Vengadores del Delta, banda que aspira a formar un nuevo Estado, tiene poder de fuego en las inmediaciones del río Níger, practicando atentados periódicos sobre instalaciones petroleras.

La movilización popular abre un nuevo cuadro político y muestra las tendencias a la lucha que engendran los ajustes brutales de los gobiernos capitalistas.

Un levantamiento popular derriba al gobierno de Bangladesh
El ejército busca quedarse con el poder y desactivar la rebelión. –
prensaobrera.com