¡No a la nueva fuerza de ocupación de Haití!

Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU aprueban el despliegue de 1.000 efectivos de Kenia

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, junto al presidente de Kenia

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó esta semana el despliegue de una nueva fuerza multinacional en Haití, bajo el pretexto de enfrentar a las bandas criminales que controlan buena parte de la capital, Puerto Príncipe, y zonas del interior de la nación antillana.

La misión estará liderada por 1.000 policías de Kenia y contará con financiamiento estadounidense por cerca de 100 millones de dólares. En las vísperas de la resolución de Naciones Unidas, el secretario de defensa norteamericano, Lloyd Austin, visitó el país africano y declaró: “estamos agradecidos con Kenia por su liderazgo al abordar los desafíos de seguridad en la región y en el mundo” (BBC, 3/10). Al igual que ocurrió con la Minustah entre 2004 y 2017, asistimos a una tercerización de la ocupación de Haití por parte del imperialismo. Si, en aquel momento, los gobiernos yanqui y europeos estaban demasiado ocupados en Afganistán e Irak, ahora lo están en Ucrania.

La misión de Kenia contará con algunos socios menores, como Bahamas (prometió 150 efectivos), Belice (50), Surinam, Guyana, Jamaica y tal vez Antigua y Barbuda. Circulan versiones de una participación de otros países, pero no han sido confirmadas por sus gobiernos.

La resolución del Consejo de Seguridad se aprobó con el apoyo de 13 miembros (entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, Ecuador y Brasil) y las abstenciones de China y Rusia. En el caso del gobierno brasileño, que lideró la misión anterior, esta vez no enviará tropas, pero brindará apoyo logístico y de inteligencia, entrenando a la Policía Nacional haitiana (Resumen Latinoamericano, 3/10). La conducta del gobierno de Lula, en el poder entonces y ahora, es el caso más notable de una colaboración que involucró también a otros gobiernos “nacionales y populares”, como el de Néstor Kirchner.

A lo largo de su trayectoria, la Minustah fue denunciada por hostigar a la población civil, por la práctica de violaciones y la reintroducción del cólera, con 800 mil casos y 10 mil muertes entre 2010 y 2019. Bajo su égida, se agravó la situación de uno de los países más pobres del hemisferio. “Los últimos 20 años de presencia de la comunidad internacional en Haití significan uno de los fracasos más fuertes y manifiestos que se haya implementado y ejecutado en ningún marco de cooperación internacional”, reconoció la OEA en un comunicado de agosto de 2022. Admitió, incluso, que fue bajo el paraguas de esa presencia internacional que “fermentaron y germinaron las bandas criminales que hoy asedian al país y a su pueblo, bajo ese paraguas germinó y se gestó el proceso de desinstitucionalización y de crisis política que hoy vivimos”. Sin embargo, el imperialismo reincide.

La policía de Kenia, a cargo de la nueva misión, está acusada de múltiples violaciones a los derechos humanos. En el curso de 2023, hubo cerca de 30 muertos en la represión de las manifestaciones contra la introducción de un impuesto en los combustibles. Con su presencia en el Caribe, el gobierno de William Ruto busca congraciarse con el imperialismo. Desde sectores de la oposición, sin embargo, hay reservas sobre el envío de las unidades. “Cuando empiecen a llegar ataúdes aquí, nos arrepentiremos. Haití es peligroso y existe la posibilidad de que nuestra policía tenga problemas allí”, señaló Raila Odinga, un miembro de la etnia luo que concurrió a las últimas elecciones, en 2022, con el apoyo del presidente saliente Uhuru Kenyatta (Diario Libre, 5/10).

La radicación de una nueva fuerza de ocupación en Haití había sido solicitada ya el año pasado por el primer ministro Ariel Henry, del PHTK, quien se convirtió en el nuevo hombre fuerte en el país tras el asesinato del expresidente Jovenel Moïse, en 2021. Su mandato es considerado ilegítimo por la oposición. Haití vivió en septiembre de 2022 grandes movilizaciones contra la duplicación del precio de los combustibles y el gobierno. Con la nueva misión, el imperialismo le da un espaldarazo a Henry.

Se estima que las fuerzas keniatas desembarcarán en el territorio en 2024. Es necesario organizar una gran campaña internacional contra esta nueva fuerza de ocupación imperialista y en apoyo al pueblo haitiano.

https://prensaobrera.com/internacionales/la-responsabilidad-del-imperialismo-norteamericano-en-la-catastrofe-de-haiti