Internacionales

26/11/2025

No a la tutela sobre Gaza, no a un nuevo Mandato sobre Palestina

Declaración del Sindicato de Profesores y Empleados de la Universidad de Birzeit, Palestina

La guerra genocida de Israel ha buscado borrar al pueblo palestino

Mientras la guerra sionista continúa en todas las geografías de la Palestina histórica, del río al mar —incluidos los actos continuos de genocidio y el asedio en Gaza, la intensificación de la expansión de asentamientos y la violencia generalizada de colonos en Cisjordania y Jerusalén, las flagrantes y horrendas violaciones contra los presos políticos en las cárceles israelíes, y la ampliación del alcance de los asesinatos que ha llegado a los campos de refugiados de la región, particularmente en Líbano y contra la resistencia— la complicidad global con la violencia genocida también persiste, en lugar de perseguir a sus perpetradores. Esto se evidencia en el fracaso continuo y la clara falta de voluntad para detener los actos de genocidio a pesar del levantamiento de la opinión pública mundial en su contra. También es evidente que las salidas políticas y legales presentadas al mundo han sido diseñadas para profundizar aún más el imperialismo y eximir al Estado colonizador y a sus criminales de cargar con las consecuencias de sus crímenes.

Han pasado más de dos años desde la intensificación de la más reciente y brutal guerra genocida contra Gaza y toda Palestina —ejecutada, y aún en curso, por la entidad sionista con el apoyo y financiamiento de las potencias imperialistas, sus sistemas de gobierno y sus élites dominantes en Europa y Estados Unidos. Esta guerra genocida —enraizada en la esencia misma del proyecto colonial de asentamiento y del orden capitalista global salvaje— ha buscado borrar al pueblo palestino, arrancarlo de su tierra, destruir las bases de su existencia presente y futura y liquidar su causa en los planos material, político y jurídico.

Ya no es un secreto para nadie que estas potencias, con cada acto colonial sionista sobre el terreno —ya sean ataques genocidas sobre Gaza, maniobras políticas en el parlamento de los colonos para anexar y profanar Cisjordania, o medidas legales en sus sistemas judiciales para legitimar la ejecución de prisioneros— persiguen pasos internacionales destinados a consolidar la injusticia, garantizar la impunidad de los criminales de guerra y normalizar el genocidio en sus diversas formas.

Este mes, con conmemoraciones que no traen más que pesadillas del injusto orden internacional al pueblo palestino —desde la Declaración Balfour del 2 de noviembre de 1917, que legitimó el Mandato colonial británico sobre Palestina, hasta el Plan de Partición del 29 de noviembre de 1947, que condujo al establecimiento del Estado sionista genocida sobre la tierra de Palestina y a la Nakba infligida a su pueblo—, en lugar de tomar decisiones para responsabilizar a los perpetradores del genocidio y a sus cómplices (las mismas demandas que los palestinos, sus aliados y los pueblos del mundo vienen planteando desde hace mucho), el Consejo de Seguridad de la ONU, bajo descarada presión estadounidense y sionista, emitió el 17 de noviembre de 2025 la Resolución 2803 adoptando el “Plan del Presidente de Estados Unidos”, compuesto por veinte puntos.

Este plan llama a establecer el “Consejo de la Paz (BoP)” como “autoridad transitoria de gobierno” en Gaza y otorga la autorización para que la “Fuerza Internacional de Estabilización (ISF)” opere bajo dicho consejo. No cabe duda de que esta resolución —que abandona el derecho internacional, socava la Carta de la ONU y contradice decisiones inequívocas que afirman el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación— representa una reformulación reciclada del pensamiento colonial destinado a dominar pueblos, reprimir sus aspiraciones de libertad y liberación, y lucrar con las guerras que los devastan bajo el pretexto de la “paz”.

En lugar de cumplir su papel de impartir justicia y permitir la libertad de los pueblos, el Consejo de Seguridad de la ONU se ha alineado con un proyecto conjunto estadounidense-israelí para borrar la esencia de la causa palestina —poner fin al colonialismo, garantizar el derecho de retorno y el derecho a la autodeterminación— mediante una tutela política, de seguridad y económica. Además, ata la reconstrucción de lo destruido por la guerra genocida a la detención de la resistencia al colonialismo por un lado, y a un supuesto “programa de reformas” por el otro —claramente orientado a eliminar lo que queda de los elementos unificadores del pueblo palestino, en particular su narrativa histórica forjada por el sufrimiento, los sacrificios y la dignidad de refugiados, prisioneros y mártires.

En consecuencia, nosotros, el Sindicato de Profesores y Empleados de la Universidad de Birzeit, afirmamos nuestro rechazo a la tutela sobre Gaza y a convertirla en un sitio para proyectos económicos y de seguridad, y en un laboratorio político destinado a fragmentar aún más al pueblo palestino. También afirmamos nuestro rechazo absoluto a la tutela no declarada sobre nuestra narrativa nacional, promovida bajo consignas de reforma constitucional, curricular e institucional —una agenda que ya ha apuntado y seguirá apuntando contra la narrativa de la patria, los derechos de los ciudadanos y la definición de identidad nacional preservada por mártires, prisioneros y refugiados.

Al tiempo que llamamos a nuestro pueblo —sus masas, sus fuerzas políticas y sus cuerpos sindicales— a no caer en las trampas coloniales que han socavado nuestra existencia nacional por más de un siglo, a rechazar la división catastrófica y manufacturada que se nos impone, y a buscar la unidad; también llamamos a los solidarios con nuestra causa a continuar su movilización contra el genocidio, a trabajar para responsabilizar a sus perpetradores, a boicotear a las entidades que lo apoyan, a seguir presionando por el levantamiento inmediato del asedio a Gaza, incluida la apertura plena y permanente de los cruces, la reconstrucción incondicional y el apoyo al derecho del pueblo palestino a liberar su tierra y ejercer su autodeterminación.

Y porque estamos seguros de que el poder que no protege la verdad no puede abolirla, estamos igualmente seguros de que nuestro pueblo y quienes apoyan nuestra causa —en nuestra región árabe y en todo el mundo— escucharán nuestro grito y lo repetirán con nosotros:
 no a la tutela sobre Gaza; no a un nuevo Mandato sobre Palestina.

24 de noviembre de 2025

No existe ningún “plan de paz”. Para detener el genocidio en Palestina, ¡debemos destruir la máquina de muerte sionista-occidental!
Declaración internacional. -
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