Origen de una política

Como se caracterizó en diversas oportunidades, la LCR, organización rectora del SU (Secretariado Unificado de la IV internacional), ha degenerado en una secta de la clase media académica , y el Movimiento por la Refundación de la IV ha planteado como eje fundacional la delimitación con ella.


En un sentido amplio, la base política de la abjuración de la dictadura del proletariado, viene de la evolución de la pequeño burguesía europea (casi toda ella stalinista luego de la segunda guerra) hacia la derecha, luego del estrepitoso fracaso del stalinismo y el derrumbe del “Este”.


Políticamente, el stalinismo de Europa occidental fue pionero en “reivindicar y redescubrir la democracia”, sus ideólogos fueron los dirigentes del PC italiano (Enrico Berlinguer). Esto hacia finales de los ‘70.


Cabe señalar que como parte del Plan Marshall (reclamado ahora por Kirchner) el imperialismo hizo un esfuerzo por reconstruir económicamente a los países que previamente había devastado (Europa, Japón). En ese proceso, las masas comenzaron una amplia lucha reivindicativa, evolucionando hacia la izquierda (en realidad habían comenzado ese movimiento hacia finales de la propia guerra mundial, levantamiento de Turín, etc).


Existía la posibilidad objetiva de que la posguerra imperialista se transformara en una guerra civil revolucionaria. Pero éste ascenso fue capitalizado por el stalinismo.


La diferencia con la primera posguerra (1918) era que no existían partidos revolucionarios insertados que desenvolvieran esta posibilidad. Y los PC actuaron en sentido contrario, las frenaron: el PC francés colaboró con el derechista De Gaulle, y sostuvo la opresión colonial en Indochina (Vietnam), y el PC italiano cogobernó con la DC y la “camorra”.


Contuvieron el ascenso de mediados de los ‘60, particularmente en Francia (Mayo francés).


Ante el ascenso revolucionario y en reacción al freno del PC, se formó una “Nueva Izquierda”, con base estudiantil, que ante el fracaso del movimiento no sacó como conclusión que era necesario formar un partido realmente revolucionario, sino… “la caducidad de los partidos”. Cabe señalar que el rol de freno a la revolución proletaria en Europa, el stalinismo lo cumplía también donde tenía el poder (levantamientos obreros reprimidos en Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, ¡la propia URSS!), donde aquí lo hacía con métodos un poco más “convincentes” (KGB; Gulags).


Es decir, teniendo muy en cuenta las diferencias de inserción y sociales de los países, el stalinismo defendía -como un todo- los acuerdos con el imperialismo de la “coexistencia pacífica”.


Esta burocracia “comunista” (los dirigentes de los PC Europeos y en la URSS ¡vivían en barrios privados y mandaban a sus hijos a escuelas privadas del extranjero!), blandió la zanahoria de la “democracia”, no contra los “excesos” de la revolución obrera (dictadura del proletariado), sino contra la tendencia a la revolución proletaria misma, que se empeñaron en contener.


Cuando el stalinismo colapsó, de ser burocracia de origen pequeñoburgués a sueldo de la burocracia soviética (esta, a su vez en acuerdo con el imperialismo) estas gentes eliminaron las intermediaciones: pasaron a ser ideólogos y escribas directos del imperialismo (los principales “nuevos filósofos” franceses y no sólo ellos pasaron casi todos por el stalinismo).


… Y pretenden presentar el espanto de sus propios fracasos y sus propias carnicerías como un mal congénito de la dictadura del proletariado (los principales “magnates” rusos son los viejos dirigentes del PC).


 


Reorganización de la sociedad


¡Como si la sociedad actual fuera democrática!, o como si el hecho del sufragio universal circunscribiera la lucha de clases a un plano racional.


Desde el punto de vista teórico, la presentación de la democracia como estadio final de la organización social significa una enorme regresión con respecto no ya a Lenin o Trotsky – sino a Marx.


La dictadura del proletariado es el período de transición en el cual el proletariado reorganiza la sociedad para liberar las fuerzas productivas, establecer la iniciativa de las masas en todos los ámbitos de la sociedad (no sólo elegir a un funcionario, sino deliberar y decidir sobre el plan económico, el destino de los recursos, etc.). La dictadura del proletariado es necesaria a su vez porque la historia no es automática, la hacen los hombres, que tienen conciencia, y ésta puede evolucionar o involucionar. La clase progresiva se impone por medio de la dictadura del proletariado.


La sociedad está compuesta por clases, definidas a partir de la posición en la producción y la distribución de la riqueza de la sociedad como un todo.


A su vez, estas clases tienen capas, que reflejan distintamente las presiones de las otras clases. La política es la expresión consciente (la conciencia que las clases tienen de sus intereses propios y distintos a las demás) de este proceso molecular.


En el capitalismo hay muchas clases oprimidas. Pero la clase progresiva y dirigente es el proletariado, es la clase que puede dirigir a las demás en una reorganización colectiva de la sociedad sobre nuevas bases. En esta reorganización, cada clase va a intervenir según sus intereses, sicología, etc, hasta tanto el desarrollo material e intelectual de la sociedad reabsorba a todas en una sociedad humana común, acabando con la “prehistoria humana” (Marx).


Entonces, la sociedad se sacará de encima el chaleco de fuerza del Estado, categorías “científicas” como la política y la economía pasarían al desván de los recuerdos.


Pero mientras tanto, la burguesía no va a entregar gratuitamente el poder, y si lo pierde va a complotar con el imperialismo (categoría históricamente dominante, aunque en descomposición) para recuperar su dominio. La lucha por ampliar las libertadas democráticas bajo el capitalismo, corresponde a la lucha instintiva del proletariado por ganar islas de socialismo bajo la dictadura del capital. No es casual que la lucha por la ampliación de los derechos civiles corresponda a los incipientes movimientos socialistas proletarios (este tema está magistralmente abordado en un artículo de Coggiola: “Engels: el segundo violín, publicado en PO en 1995, que sugiero a la redacción del periódico que republique, porque corresponde con el debate actual). El sufragio universal es una conquista de la Segunda Internacional (socialista) y la Tercera Internacional (comunista) en la mayoría de los países.


(Esto deja a tal respecto una conclusión: aún para obtener reformas bajo el capitalismo, “los mejores, los únicos” métodos son los revolucionarios.)


En la medida que estas organizaciones abandonaron la perspectiva revolucionaria, la lucha por las libertades democráticas bajo el capital pasó de ser una plataforma de lucha y organización a un estadio final desde el cual estos partidos se integraron al estado burguE8s, conteniendo al proletariado.


 


Conclusión


Este artículo pretende destacar en el debate los siguientes conceptos:


  • La inciativa de la política contrarrevolucionaria del “redescubrimiento de la democracia” estuvo en el stalinismo, enterrador de la revolución en Rusia y en el mundo. Los “trotskistas” del SU son subsidiarios de esta “contrarrevolución democrática”

  • La dictadura del proletariado es la última etapa de la lucha de clases, porque su instauración conlleva a la reabsorción de las clases en una sociedad humana común, no enfrentada por la embrutecedora y desgastante lucha por la subsistencia, liberando las fuerzas productivas de los límites que el sistema capitalista le impone.

  • La política stalinista de integración al capital ya no existe como aparato (los PCs), pero éstos se han reciclado en la centroizquierda y afines (el SU participa del gobierno de Lula, que liquida la jubilación y reprime a los piqueteros brasileños del Movimiento sin Tierra).

  • PO ha hecho un campaña de clarificación sobre el rol real del “trotskismo” europeo sobre su asimilación a esta política, y su irrecuperabilidad de tales organizaciones para la causa de la revolución (ver “El alcance de la crisis Mundial, de J. Altamira, EDM N° 23)