Otra fase de la crisis política en Uruguay

La lucha de los bancarios estatales

El 15 de diciembre se reunió la asamblea general de los bancarios estatales. La lista 98 -perteneciente a la oficialista corriente ‘Articulación’ en el PIT-CNT, mayoría absoluta en el Consejo Central del sindicato bancario (Aebu)- impulsaba una moción para levantar las medidas de lucha. Las listas 17 (PCU, MPP e independientes de izquierda) y 810 (constituida fundamentalmente por militantes que rompieron con el Frente Amplio) proponían continuar con los paros y movilizaciones, y reclamaban al gobierno resolver la plataforma del conflicto previamente a ingresar a negociar la renovación del convenio colectivo.

Para lograr su objetivo, la 98 movilizó a todo su aparato -centenares de funcionarios de nivel jerárquico y cargos de confianza, incluyendo carneros. También realizó una campaña, en directa connivencia con el gobierno, que amenazaba con la posibilidad de perder todas sus conquistas si se llegaba al vencimiento del convenio (cosa que ocurrió el 19 de diciembre).

Los principales dirigentes de Aebu salieron a atacar a la lucha de la banca estatal, alineándose con el gobierno. El propósito era levantar la lucha “desde adentro” del sindicato. El operativo fracasó. El propio presidente Mujica, en el Consejo de Ministros, definió el camino a seguir: dejar caer el convenio colectivo, congelar el salario y eliminar algunas de las conquistas históricas del sindicato.

Mientras la moción que triunfó en la asamblea propone al gobierno prorrogar el convenio y negociar los puntos en conflicto -para ingresar, luego, a la discusión de un nuevo convenio. Desde el gobierno se afirma que cayeron todas las conquistas a partir del 20 de diciembre. La ley de negociación colectiva votada en 2009 (N° 18.566) establece, sin embargo, que “el convenio colectivo cuyo término estuviese vencido mantendrá la plena vigencia de todas sus cláusulas hasta que un nuevo acuerdo lo sustituya, salvo que las partes hubiesen acordado lo contrario”.

De esta forma, el gobierno está arrinconando a los dirigentes de Aebu en la banca oficial y, en particular, a los integrantes de la lista 17 del PCU.

La asamblea de la banca oficial votó “generalizar las medidas de lucha” (por ejemplo, afectando el comercio exterior, las colocaciones de la banca privada a través de paros en el Banco Central, etc.), pero todavía se mantienen expectativas, disminuidas, en una negociación “de buena fe”.

El gobierno está empeñado en regimentar al movimiento obrero para producir un giro radical en el desarrollo político de Uruguay. O los luchadores sindicales frentamplistas rompen con el gobierno y defienden la independencia de los sindicatos o sacrifican el movimiento sindical. Mujica quiere ‘tranquilidad’ hasta el fin de su mandato, para cumplir con los planes de ‘austeridad’ que le exigen las calificadoras internacionales. La embestida contra Adeom se traslada a los bancarios: se trata de forzar al partido comunista a abandonar su política de escaramuzas dentro del gobierno. ¿No deberían aunar fuerzas los sectores combativos de Adeom y Aebu? De otro modo, los sectores que reclaman un paro general contra las medidas de excepción adoptadas contra los sindicatos en lucha quedarán aislados, como ocurrió en la mesa representativa del PIT-CNT. El gobierno quiere disciplinar a los sindicatos a la tutela de Articulación, nada menos que la corriente que se opuso a la candidatura de Mujica y levantó la de su rival Astori. La derrota de las luchas significaría la victoria de la orientación fondomonetarista que impulsa el vicepresidente. El PC, adversario de Astori, se enfrenta a una disyuntiva indeseable: hacer el trabajo de su enemigo con su política de condena de la lucha de Adeom.

En el aislamiento de la lucha de los municipales de Montevideo jugaron un rol fundamental algunos de los principales dirigentes del PCU, como Juan Castillo. Pero la lucha de la banca estatal está dirigida por militantes del Partido Comunista y del MPP (el partido que integran los tupamaros). Por ello, a la burocracia del PIT-CNT le resulta más complejo aislar a los bancarios.

La asamblea repudió los “servicios esenciales” y la solidaridad con Adeom (véase “Moción”). Aún más significativo fue que, al día siguiente, el Consejo de la Banca Oficial -con los votos de los dirigentes del PCU y el MPP- hizo suya esa moción que había sido presentada por la lista 810, dándole un apoyo expreso.

La asamblea también votó la censura al presidente y secretario general de Aebu por sus declaraciones contra la lucha del sector estatal del sindicato (ver recuadro), marcando lo que es una creciente polarización -a nivel de dirección y también a nivel de las bases- entre los agentes abiertos del gobierno (Articulación) y las corrientes a su izquierda.

Mientras en los sindicatos de base se está profundizando la brecha que los separa del gobierno y de los sectores más oficialistas, Castillo (PCU) impulsa junto a Articulación el ataque a Adeom y la regimentación del movimiento obrero.