Airbus iraní

Otro crimen del imperialismo mundial

El lanzamiento de un misil yanqui contra un avión civil de Irán provocó la muerte de 75 niños, 8 bebés y 209 adultos. ¿“Error humano”? El Pentágono ordenó una “investigación” que no tiene ningún valor, sin embargo, porque Reagan ya dio por “cerrado el incidente” que antes había calificado como un “accidente comprensible” y hasta como producto de “una adecuada acción defensiva”.

Otras explicaciones para velar este crimen tampoco resisten la más mínima prueba. El Airbus iraní volaba sobre aguas territoriales, iba en dirección ascendente y no descendente y llevaba una senda y velocidad completamente diferentes a las informadas pérfidamente el domingo por la comandancia militar del Vincennes, la embarcación yanqui “más sofisticada del mundo” desde la que se disparó el misil.

¿Por qué entonces un acto tan macabro?

El Golfo Pérsico se ha transformado en la zona más militarizada del mundo, si se tiene en cuenta que están instaladas las poderosas flotas yanqui, francesa y británica. Esta presencia ha servido para acentuar aún más la guerra entre Irán e Irak y la presión militar directa sobre el primero. La finalidad de todo esto es agotar económica y físicamente a los contendientes y convertir al Golfo en un enorme protectorado del imperialismo. El derribamiento del Airbus es parte de una escalada que en los últimos cuatro meses ha provocado un vuelco fundamental en la guerra a favor de Irak, precipitado directamente por la flota yanqui, que ha estado cubriendo las espaldas de Irak y de sus aliados Kuwait y Arabia Saudita. Comentando la destrucción por parte de la flota norteamericana de dos plataformas petroleras y de seis embarcaciones de Irán en abril pasado, “The Economist” decía que “No debe sorprender que el combate se haya producido, sino que tardó tanto en desencadenarse” (El Economista, 6/5).

El crimen contra el Airbus civil tiene lugar en vísperas de la entrada en operaciones de una base permanente y subterránea de lanzamiento de cohetes Silkworm de Irán en el estrecho de Ormuz, que representaría una gran amenaza para la flota norteamericana.

Es precisamente en respuesta a esta situación que los Estados Unidos han enviado al USS Vincennes que derribó al avión iraní.

Irak ha recuperado en los últimos i meses la iniciativa de la guerra y también todos sus territorios, merced a un i enérgico rearme apoyado por Estados Unidos, Francia y la URSS, especialmente. Hace unas semanas, “The Economist” llamaba la atención sobre la oportunidad que todo esto i presentaba a los yanquis. “Quizás el momento sea éste” rezaba el título de una nota que reclamaba terminar con una situación que “mientras dure, la estabilidad de todo el sudoeste asiático correrá peligro” (ídem, 17/6).

¿En qué consiste el supuesto “plan de paz” por el que el imperialismo declara su interés, luego de haber alimentado esta carnicería durante seis años? Este “plan” fue discutido recientemente por Reagan con Gorbachov, cuyo régimen no ha condenado el siniestro suceso del Airbus y hasta “aseguró que su país no usaría el caso ‘con propósitos propagandistas’” (Clarín, 4 y 5/7).

Indudablemente, el imperialismo trata de explotar el retroceso militar de Irán y el agotamiento político, psicológico y físico de su pueblo para imponer un acuerdo que consolide a los emiratos petroleros del Golfo, al Estado sionista y aún promover el ascenso al poder de la fracción más procapitalista de los “ayatollahs”. Esto transformaría al imperialismo en el dueño de la situación, pues además ha convertido a Irak en una semicolonia financiera que le debe cerca de 100.000 millones de dólares. El imperialismo ha provocado vía Arabia Saudita, una reducción aun mayor de los precios del petróleo, para cortarle a Irán su principal yugular financiera.

Bien mirado, sin embargo, este “plan de paz” es un arma de la guerra que va a seguir librando el imperialismo en el Golfo. Lo revela el hecho simple de que equivale a reclamar la rendición de Irán y de que se instrumenta en el cuadro de la ocupación militar extranjera de la región. Es esto lo que permite suponer que el atentado criminal contra el avión iraní ha sido premeditadamente planificado por la “inteligencia” dé Estados Unidos para advertir contra la instalación de la base misilística iraní y crear un cuadro de guerra abierto en el Golfo, que serviría, alternativamente, para polarizar la situación y forzar a Irán a una “pax reaganiana” con la tolerancia de Moscú.