Pablo Rieznik en Montevideo

La presencia de Pablo Rieznik en el seminario sobre “La crisis mundial y América Latina” organizado por el CECSo (Centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad estatal uruguaya), convocó a cerca de 250 personas, en su mayoría estudiantes, al debate sobre la caracterización de la crisis y las salidas a la misma. El martes 23, la actividad consistió en una exposición de Rieznik, que reunió a casi 150 personas, donde el panelista subrayó el carácter capitalista de la crisis mudial, que expresa el agotamiento de este régimen social y la necesidad histórica de la revolución socialista. Rieznik analizó el proceso histórico del capitalismo, desde sus orígenes hasta su etapa de decadencia, y mostró como a cada una de estas fases corresponde un tipo diferente de crisis. La charla estuvo centrada en el lugar histórico de la crisis, algo que llamó la atención a los jóvenes allí presentes porque prácticamente nadie analiza la crisis desde este punto de vista.

El miércoles 24 se realizó una mesa redonda a la que asistió un centenar de personas, en la cual intervinieron -además de Pablo Rieznik- dos economistas vinculados con el Frente Amplio: el senador Alberto Couriel (del sector de José Mujica) y Joaquín Etchevers (de la Red de economistas de izquierda del Uruguay -Rediu). Se produjo un hecho paradojal: la que en un principio parecía una polémica de dos economistas vinculados con el gobierno uruguayo contra el invitado, se reveló como un debate donde los economistas del FA discutían entre sí en torno de los supuestos “logros sociales” del gobierno. Etchevers presentó una serie de cuadros estadísticos que retrataban la gigantesca miseria social (el número de presos se duplicó bajo el gobierno del FA) y la transferencia realizada por ese mismo gobierno desde los bolsillos de los trabajadores a las cuentas de los capitalistas (la masa salarial pasó de un 31% del PBI en 1998-2002 -es decir, en plena crisis- a un 21% del producto en los cuatro años de gobierno del Frente Amplio -es decir, en la etapa de reactivación). Pese a estas evidencias irrefutables, Couriel pretendió defender al gobierno de Tabaré Vázquez afirmando que había producido una “redistribución del ingreso” en favor de los sectores populares, lo que fue nuevamente cuestionado por Etchevers. Rieznik señaló la completa bancarrota política de la izquierda “progresista”, algo que por otra parte mostraba la propia exposición de Couriel, quien reconoció no sólo que el FA no se planteaba el socialismo (algo por demás evidente) sino incluso que él mismo no sabía hacia dónde ir. El ambiente en el público era crítico con el gobierno, lo que llevó a que en varias oportunidades el propio Couriel se viera obligado a subrayar que él mismo era “crítico de la política económica”, aunque en todas sus exposiciones intentó una y otra vez defenderla.

Hay que destacar la reacción del público cuando Rieznik reivindicó la lucha por el socialismo y “la dictadura proletaria”: se produjo un aplauso general y espontáneo. Una joven estudiante -que seguramente votará al Frente Amplio en las elecciones- agradeció a Rieznik por su presentación, marcando que estaba harta de participar en seminarios que se centraban en el tema de “cómo atraer inversiones extranjeras” y que en cambio él había “traído a nuestro país la dictadura del proletariado”. Otros jóvenes defendieron algunas medidas del gobierno, pero igualmente se mostraron interesados en la discusión estratégica que había planteado el panelista invitado.

La actividad mostró el interés de una parte de la juventud uruguaya en debatir una salida a la crisis capitalista y a la situación desesperante de las masas, en el cuadro de la bancarrota política de la “izquierda” progresista, convertida cada vez más en gestora del capitalismo, como lo reconoció Tabaré Vázquez ante Obama, al declarar que “la izquierda gobierna mejor que la derecha”.

Hace unos meses, en la misma facultad se realizó otro debate sobre la crisis capitalista mundial con la presencia del revolucionario griego Savas Matsas, que también despertó un gran interés entre los estudiantes. La Juventud Revolucionaria, vinculada con el PT de Uruguay, se plantea continuar esta tarea conformando grupos de estudio y organizando nuevos debates.