Paraguay: el comienzo de la universidad que queremos

estudiante de Ciencias de la Comunicación

Las políticas neoliberales para la educación superior, pensadas y planteadas a nivel mundial por el imperialismo, han llegado a su climax más elevado en el Paraguay. En 2012, se aprobó la Ley de Educación Superior y se creó el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), representantes máximos del carácter privatizador y antidemocrático de la política de estado para la Universidad.

 

Varios fueron los intentos, movilizaciones, marchas, tomas y manifestaciones de todo tipo que se fueron dando en aquel entonces, pero las mismas no tuvieron efectos positivos en la búsqueda del objetivo coyuntural del momento. Sin embargo, la fuerte derrota no impidió que se fortalecieran las relaciones entre los distintos actores de las facultades.

 

A fines de 2013 y principios de 2014, este incipiente intento organizativo del movimiento estudiantil, tendría su primera prueba funcional, ante el segundo intento político por la inminente suba del costo del boleto de viaje en ómnibus. Multitudinarias marchas y masivos cortes de rutas se dieron en la búsqueda del siempre soñado, “boleto universitario”. Estas medidas de fuerza tuvieron bastante adhesión social, puesto que el pueblo a la par, buscaba frenar la suba del pasaje, teniendo como antecedente que hacía meses atrás lo había conseguido. El resultado, en líneas generales, fue otro fracaso para el movimiento, el boleto universitario no salió y el pasaje ha ido en aumento descomunalmente hasta la fecha.

 

A finales de 2014, el Frente Estudiantil por la Educación, empieza con diversas denuncias de nepotismo y prebendarismo en la universidad, todas las ligadas a movidas políticas gremiales justamente enlazadas al partido Colorado, que acababa de colocar tras varias negociaciones y cooptaciones al hoy preso, número 3.924 y ex rector, Froilán Peralta, a la cabeza de toda esa rosca.

 

Todo esto tiene su explosión más visible, el pasado 20/21 de setiembre, cuando se lleva a cabo la toma del rectorado de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), con posterior ocupación y resistencia antes los ataques del Cones y las presiones de los sectores ligados al partido de gobierno en las esferas estudiantiles, docentes y del funcionariado de la UNA.

 

A 45 días no se puede aún hablar de haber llegado a una victoria total, pues todavía quedan muchos pasos por dar, lo que sí se puede decir es que los estudiantes ya no parecen ser sujetos pasivos frente a las maniobras de las autoridades y por ende se ha empezado a discutir los cambios en los estatutos de la universidad, la revisión de las mallas curriculares en la carreras, etc.

 

Hasta el momento más de 50 personas imputadas y un sinfín de renuncias a sus cargos de personajes ligados a la misma rosca, son el resultado de esta lucha, con sus diversos mecanismos de presión, marchas y tomas que si bien comenzó en la Nacional de Asunción, se ha ido replicando a las nacionales del Este, Itapúa y Caaguazú y el proceso emancipador no da señales de quedarse estancado o terminar por el camino, pues busca el total saneamiento y renacimiento del modelo educativo, que es el principal espacio de disputa tanto en la primaria, la secundaria o la superior para la formación intelectual.