Paraguay: #NiñaenPeligro


El caso de una niña de 10 años embarazada por su padrastro, quien abusó de ella en múltiples ocasiones, ha desatado una crisis política y diplomática en Paraguay.


 


La pequeña mide 1,40, pesa 37 kilos. La médica de la Cruz Roja a cargo informó que al momento de la internación estaba desnutrida. Según el observador de ONU, la madre denunció al abusador ante la fiscalía en febrero; sin embargo, la jueza interviniente la encarceló por no haberla protegido. Su abogada reclama que el gobierno autorice la interrupción del embarazo para preservar la vida de la niña, un pedido que el gobierno y la Justicia buscan deslegitimar manteniéndola en prisión.


 


Amnistía Internacional ha lanzado una campaña mundial bajo la consigna #NiñaenPeligro, organizaron movilizaciones y una intervención en el Parlamento planteando que ninguna niña debe ser madre. La moción ya reunió medio millón de firmas en todo el mundo.


 


El Estado paraguayo se alinea con el Vaticano


 


El gobierno de Cartés se niega a autorizar el aborto argumentando que el Código Penal sólo lo permite en caso de riesgo de vida y que el embarazo ya lleva 23 semanas. El ministro de Salud viajó a la ONU en Ginebra y declaró “que tiene la esperanza de que esta historia tenga un final feliz (sic)” (Colpisa/AFP, 7/5). La jueza de la causa intentó excusarse planteando que en Paraguay nunca se ha permitido que una niña aborte. El arzobispo de Asunción declaró que “interrumpir la gestación es un retroceso hacia la barbarie” y denunció la “cultura de la muerte” (El País, 21/5).


 


Pero la vida que está en riesgo es la de la niña, que estuvo bajo la tutela del Estado desde la semana 20, mientras se dejó pasar el tiempo. Su futuro puede ser el de la nena correntina de 10 años que dio a luz hace unos días, y se debate entre la vida y la muerte. En Holanda se practican abortos hasta las 23 semanas de gestación, por lo que técnicamente es factible.


 


La impostura de la ONU es total, si inicialmente reclamaba contra las torturas, ahora plantea una posición de “equilibrio entre el derecho a la vida y el derecho de la niña” (El País, 21/5).


 


Infancia en peligro


 


América Latina ocupa el segundo lugar a nivel mundial por embarazo infantil y adolescente luego de Africa. Este fenómeno, estrechamente asociado al abuso infantil, es común a todos los países del subcontinente, lo que explica el silencio cómplice de los gobiernos frente a un caso que ha desatado un escándalo internacional.


 


La OMS indica los riesgos de las menores embarazadas: enfermedades de transmisión sexual, hipertensión, fístula obstétrica. Las gestantes con dos años posteriores a la menarquia corren cuatro veces más riesgo de morir que las mujeres mayores de 20 años y, aún si sobreviven, quedan las secuelas físicas, psicológicas y sociales.


 


La ONU marca un incremento del incesto, sobre todo en las capas más pobres de la población, en las zonas rurales el abuso de menores se relaciona con el derecho de pernada. En 2005, la Justicia salteña otorgó la libertad condicional al empresario tabacalero de Cerrillos Simón Hoyos, argumentando que esta prerrogativa suprime el derecho de niñas y mujeres en beneficio de los patrones.


 


Por una acción de solidaridad continental en defensa de la vida de la niña


 


En Paraguay, un fuerte movimiento social reclama por la interrupción del embarazo y por una ampliación de las causales de aborto no punible que contemple la violación. Plantean la educación sexual desde la infancia que dé herramientas a los niños para defenderse.


 


Alcemos nuestra voz por la niña en peligro y preparemos una acción de solidaridad a la Embajada de Paraguay.


 


Por la unidad continental de las mujeres que luchan por el derecho a decidir.