‘Pax americana’

“La dramática intervención personal de Clinton permitió asegurar la firma del acuerdo histórico”, informa el Financial Times (11/4). El norteamericano pasó en vela la noche de la última jornada de negociaciones, pegado al teléfono y ‘apurando’ a los negociadores, en particular a Gerry Adams (del IRA-Sinn Fein) y a David Trimble (dirigente del ‘unionista’ UUP). Cuando todo parecía fracasar, las ‘garantías personales’ que Adams y Trimble recibieron de Clinton ‘salvaron’ el acuerdo.


La vigilia de Clinton fue el último paso de una concentrada intervención política. Su ‘enviado especial’, George Mitchell, dirigió las negociaciones, que realmente comenzaron cuando el IRA declaró un ‘cese el fuego’ unilateral bajo la presión norteamericana. Desde entonces, todos los políticos de Irlanda del Norte, de la República de Irlanda y de Gran Bretaña fueron citados a la Casa Blanca para escuchar, de boca de Clinton, el ‘especial interés’ de Estados Unidos en la ‘pacificación’ de Irlanda.


El gobierno norteamericano dictó los términos de las negociaciones. Le impuso a los británicos y a los ‘unionistas’ la participación del Sinn Fein (aunque el IRA no entregara las armas); impidió que los británicos convocaran a elecciones generales en el Ulster antes de la firma del acuerdo (para presentarlas como un hecho consumado a los nacionalistas); impuso a los ‘unionistas’ la formación del ‘Consejo inter-irlandés’, al que éstos se oponían cerradamente porque lo consideran un ‘embrión’ de un Estado unificado.


Todo esto pone de manifiesto la matriz imperialista del acuerdo irlandés.