Internacionales

27/12/2022

Perú: el imperialismo y las elecciones

La mayoría congresal golpista aprobó que las elecciones sean en abril del 2024.

Dirigente de la Agrupación Vilcapaza.

Dina Boluarte

Al final, la mayoría congresal golpista aprobó que las elecciones sean en abril del 2024, luego de haber votado en contra días antes. Como ya hemos denunciado, se trata de una maniobra para descomprimir las protestas, copar los entes electorales y operativizar un fraude electoral. Por supuesto, hicieron oídos sordos a la demanda popular de libertad de Pedro Castillo y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Esta convocatoria de “elecciones anticipadas” fue presionada por el Imperio del Norte que, a través del secretario de Estado, Antony Blinken, solicitó “a los diferentes actores políticos que multipliquen esfuerzos para hacer las reformas necesarias con el objetivo último de salvaguardar la estabilidad democrática del país”. En otras palabras, EE.UU. dio la orden al bando golpista fujimorista y militar del Congreso de “que se olvide de defenestrar a Dina Boluarte porque eso podría envalentonar a las masas en lucha”.

Con 93 votos a favor, 30 en contra y 1 abstención, se aprobó la extensión del gobierno golpista hasta julio del 2024. No obstante, el ente electoral no puede todavía organizar nada porque el mismo tiene que ser ratificado en segunda votación en una nueva sesión de la legislatura. En el interín se buscarán acuerdos para parir una “reforma política” entre la derecha y la centroizquierda, de manera de garantizar una “salida institucional” proscriptiva, antidemocrática y proimperialista.

En varias provincias como Sicuani (Cusco), Puno, etc. las movilizaciones continúan. En Kepashiato, Cusco, se informa que la policía habría reprimido violentamente la toma de la empresa de gas Camisea por parte de cientos de pobladores dejando varios heridos. En el segundo caso, las movilizaciones continúan en la frontera con Bolivia (Desaguadero, demandando una nueva constitución ya y el levantamiento del Estado de Emergencia).

Es en este marco que se comprendería el giro pragmático de Boluarte al plantear que, “la discusión sobre el referéndum a una Asamblea Constituyente no estaría cerrado”, (Correo, 24/12/22). Es otra maniobra distraccionista: se podría llegar a proponer que en la elección dentro de un año y medio se ponga una urna paralela para habilitar este referéndum. Por supuesto que se trataría de una Asamblea Constituyente no soberana, amañada por el poder del gobierno de turno. Una Constituyente a lo Boric. Un fraude antidemocrático que busca reforzar los esfuerzos por desmovilizar a las masas y darle estabilidad al gobierno golpista.

Se ha anunciado que el 28 de diciembre se va a realizar una reunión de los llamados “frentes de defensa” (coordinadoras multisectoriales) de las regiones de la Macro Sur para tomar medidas de lucha. Pero la dirección burocrática de la Central Obrera (CGTP) ha salido de una entrevista con la presidenta golpista Boluarte, declarando: “Lo calificamos como una reunión positiva y lo que podríamos decir de la presidenta es que la hemos notado con disposición de diálogo y de escucha. Lo que le hemos pedido es que ojalá que este diálogo tenga resultados” (Radio Exitosa).

Días después se “rectificó” al votar el Congreso que las elecciones “adelantadas” serían en abril del 2024 y no a fines del 2023, pidiendo la renuncia de Boluarte y del Congreso. Estas idas y venidas de la CGTP no la concentran en el problema fundamental de avanzar en unificar el proceso de sublevaciones y resistencias populares al golpe derechista. Para ello es necesario romper con toda política de colaboración de clases con los gobiernos y partidos burgueses.

El problema fundamental es producir un reagrupamiento de los trabajadores y los sectores en lucha contra el golpe de todo el país (particularmente en Lima y el norte del país). Es necesario impulsar la realización de una Asamblea Popular Nacional de trabajadores para avanzar en la coordinación de la lucha por terminar con el gobierno golpista y elaborar un pliego reivindicativo nacional (aumento general de salarios a nivel de la canasta familiar, presupuesto para las ollas comunes, construcción de escaleras, dotación de agua y desagüe en los cerros, vivienda para los Sin Techo, etc.), y que coloque a las masas en forma independiente frente a las coaliciones burguesas.

En este proceso se plantea la necesidad estratégica de poner en pie un partido obrero revolucionario.