Internacionales
1/5/2020
Perú: un sistema de salud en ruinas
Vizcarra abandonó a la “primera línea de combate”
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Agrupamiento Vilcapaza
Protesta de las enfermeras del Hospital María Auxiliadora
“Somos el personal de primera línea, pero nos deben cuatro meses de salario. Algunos vienen prestándose pasajes. Improvisan materiales de protección porque no les dan…”, declaró Evelyn Gómez, dirigente de enfermeras del Hospital Loayza (La República, 15/4).
"Hablo por el Hospital Regional de Lambayeque. Nosotros tenemos habilitados en la emergencia aproximadamente capacidad de atención de alta enfermería para aproximadamente 60 pacientes. Considerando que, de estos, cuatro o cinco no tendrían acceso al oxígeno, porque no tenemos más puntos disponibles. En el cuarto piso, todo está lleno. Un promedio de 40 camas con punto de oxígeno. Aparte de ello, tenemos 60 camas libres en el tercer piso, todas con puntos de oxígeno. No las podemos usar. ¿Por qué? ¡Porque no tenemos gente! (…) ¡Cómo pueden decir que no queremos atender a las personas! Por favor, por el amor de Dios, ¿por qué mentir? ¡No tenemos gente! ¡No tenemos gente! ¡No tenemos gente!”, declaró, entre sollozos y rabia, Rodolfo Cruz, jefe del cuerpo médico del hospital de Lambayeque (Perú21, 29/4).
Vizcarra coadyuvó a la desfinanciación y colapso del sector salud
Y no es para menos. La administración de Martín Vizcarra, que todavía tiene el apoyo de la Casa Blanca, las mineras y el capital financiero internacional (AFPs), así como de la mayoría de oenegés (aunque la dinámica genera contradicciones con la pro yanqui IDL-Reporteros por, al parecer, la liberación de Keiko Fujimori), y de la “intelectualidad peruana”, y que siempre se jactó de la importancia de la primera línea de combate, pues, en la práctica, desde su asunción al poder, le recortó presupuesto a la salud (447 millones de soles al SIS -Seguro Integral de Salud- según Pedro Francke; Otra Mirada, 08/08/19), y precarizó más la situación laboral de lxs trabajadorxs con leyes como el DL 728 – “Ley de Productividad y Competitividad”.
Y a pesar que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomendó a los gobiernos dedicar mínimamente el 6% del PBI a la salud, pues, Vizcarra miró para otro lado, para seguir quitándole presupuesto hasta dejarla con el 2.4% del PBI (La República, 22/11/19). Entonces, son las políticas pro capitalistas aplicadas por todos los gobiernos, en general, y el de Vizcarra, en particular, las que han desarrollado las condiciones actuales de colapso del sistema sanitario y de desborde de contagios y muertos (1.051), con cientos de trabajadores de la salud contagiados, llegando a la suma total más de 500 (entre médicos y enfermeras).
Los piquetes de lucha marcan el camino
Esta desfinanciación y colapso del sistema de salud, generó desde hace semanas atrás varias protestas del personal de salud (Lima, Ayacucho, Cajamarca, Chiclayo, Ancash, etc.), demandando más presupuesto, mascarillas N95, camas UCI [terapia intensiva], respiradores, y uniformes de bioseguridad, las cuales fueron respondidas con retórica, desidia o represión. Además, le deben salarios de varios meses a centenas de trabajadores que están por “terceros” como sucede en Ayacucho (Perú 21,0 9/4). El Sindicato Nacional de Enfermeras del Seguro Social de Salud (SINESSS) es uno de los gremios que está liderando las protestas formando piquetes a las afueras de los nosocomios.
Por estas razones, cientos de trabajadorxs se están contagiando con el Covid-19 a la vista y paciencia del gobierno. Según la técnica nutricionista, Sonia Huamanì, le pidieron al director del INSN -Instituto Nacional de Salud del Niño- que fumigue la cocina y éste hizo la vista gorda (“El drama de las nutricionistas del Hospital del Niño, Domingo al Día, Perú 21). “Estos son ocho compañeros infectados por el Covid 19 expuestos a toda esta contaminación por imprudencia e ineficiencia de nuestra jefatura y nuestras autoridades…”, denunció la enfermera. En el Hospital del Niño, los pacientes son atendidos en la canchita del futbol ya que la institución se encuentra colapsada.
En el Hospital Arzobispo Loayza, aproximadamente 300 trabajadorxs de salud reclamaron al grito de “Queremos seguro, tenemos familia”, “sin seguro, sin contrario, sin derechos, terceros nunca más”, que se encuentran bajo la modalidad de terceros y no contaban con un seguro de vida o salud (15/4). “Solo están dando EPS (equipos de protección de salud), pero realmente todo el hospital está contaminado por pacientes con Covid-19 en todos los pabellones. Si no son pacientes, son sospechosos de la enfermedad y no nos brindan EPS, a menos que vayamos a atender a los que tienen coronavirus. Pero, a los que aún no sale su resultado, no” (La República, 15/4).
“…Somos el personal de primera línea, pero nos deben cuatro meses de salario. Algunos vienen prestándose pasajes. Improvisan materiales de protección porque no les dan… no nos falta vocación, nos falta protección…”, declaró Evelyn Gómez, a la vez que denunció el abandono gubernamental de Widmer Pomasunco, técnico enfermero, también contagiado de Covid-19.
Un gobierno desbordado por la crisis sanitaria capitalista
El día domingo 26/4, la gran prensa difundió, por sus propias contradicciones, reportajes en los hospitales, afirmando lo que señalamos en estas líneas. Pero omiten señalar que el recorte del presupuesto vino de todos los gobiernos “neoliberales” incluido el actual. Esta situación, aunada a la corrupción en la compra de utensillos de salud (cambio de ministro del interior); a varios días sin tests y muestras rápidas que no son efectivas; mentiras del gobierno; las contradicciones con las AFPs; el contagio de presos y policías, militares; el pedido del Colegio Médico de decretar tres días de inmovilización sin que Vizcarra tome nota; la liberación de Keiko Fujimori y varios presos por el affaire Lavajato, etc. está desarrollando una crisis política peculiar, con tendencias militaristas en el régimen político, liderada por Phillip Butters y el almirante en retiro, Jorge Montoya, para que el gobierno active el Comando de Emergencia de Frente Interno (COFI), que se operó en la lucha antiterrorista de los 80s. Pero Vizcarra es consciente que de ceder puede acabar aislado.
El Colegio Médico Peruano
En este nuevo escenario político, “el Colegio Médico del Perú ha decidido hacer llegar una carta dirigida a la Fiscal de la Nación, Dra. Zoraida Ávalos Rivera con el fin de iniciar las acciones de acuerdo a las competencias del Ministerio Público, exhortando al ministro de Salud a dar estricto cumplimiento a las disposiciones legales que establecen de manera clara e indubitable, brindar a los médicos y personal de salud, los equipos de protección personal EPP, con los que deben enfrentar desde la primera línea de batalla al Covid-19, por ser una situación de vida o muerte para los médicos”, (web del CMP, 30/4). Pero lo más probable es que Vizcarra haga oídos sordos, demostrando una vez más que al gobierno retórico de Vizcarra le importa muy poco la “primera línea de combate” (que es una inspiración para el resto de la clase trabajadora peruana).
Una salida a la crisis
Por tanto, este 1° de mayo es fundamental que el personal trabajador de salud, solo confíe en su lucha organizada a través de asambleas y piquetes, que deberían desarrollarse a nivel local, regional y nacional, vinculándose al resto del pueblo trabajador, para dar una salida a la crisis sanitaria.