Piquetes indígenas en Ecuador ante el alza en el costo de vida

Uno de los reclamos es que baje el precio del combustible

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) inició este lunes una serie de movilizaciones y piquetes en numerosos puntos del país, con la perspectiva de trasladarse en algún momento de la semana a la capital, Quito, si no obtiene respuestas del gobierno. La razón principal de las medidas es el aumento del costo de vida.

El gobierno del banquero Guillermo Lasso montó una campaña feroz contra la convocatoria y detuvo en uno de los bloqueos a Leónidas Iza, el mayor dirigente de la Conaie [nota del 15/6: liberado algunas horas después].

La central indígena había presentado un plan de diez puntos que reclama una reducción en el precio de los combustibles, control de precios, mejores precios para pequeños productores (de leche, arroz y banano, entre otros productos), mayor presupuesto para salud y educación, y una moratoria en la “ampliación de la frontera extractiva minero-petrolera” -que hace estragos en las comunidades.

La víspera del inicio de las medidas de fuerza estuvo marcada por las declaraciones intimidantes del ministro del interior, Patricio Carrillo. La Conaie le respondió acusándolo de estar preparando una represión y de la instalación de cámaras de vigilancia para monitorear su sede en la capital del país. Carrillo fue uno de los funcionarios involucrados en la represión del levantamiento popular de 2019, bajo el gobierno de Lenín Moreno, con un saldo de más de una decena de asesinados. Recientes revelaciones periodísticas indican que autorizó la llegada de balas de goma y gases lacrimógenos desde Perú y Colombia (El País de Madrid, 7/6). Posteriormente, Ecuador envió armamento para apoyar el golpe de Estado en Bolivia, al igual que el gobierno de Mauricio Macri. La colaboración estatal en la represión de los pueblos.

Al igual que la Conaie, hay otros sectores que han anunciado medidas. El Frente Unitario de Trabajadores, que incluye al sindicato de maestros, se moviliza el próximo 22, demandando que se apliquen los cambios a una ley que favorece a la docencia, así como también mayor presupuesto para salud y educación. Las federaciones estudiantiles de secundarios y universitarios acompañan el reclamo, que también coloca en primer plano el problema del aumento del costo de vida.

Lasso viene aplicando una política de entrega, que tiene como eje el cumplimiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) suscripto por su predecesor en el cargo. Impulsa una política de privatizaciones y reformas reaccionarias indicadas por el organismo financiero. El ingreso de dólares petroleros por encima de lo proyectado en el presupuesto, a raíz del incremento de los precios que trajo aparejado la guerra en Europa, no ha ido a mejorar las condiciones de vida de las masas sino que ha quedado en un fondo de reserva para brindar garantías al capital financiero.

Esta orientación se complementa con una política represiva. La Asamblea Nacional votó una ley de “uso legítimo de la fuerza” que refuerza las atribuciones del aparato de seguridad. Uno de sus artículos habilita expresamente al “uso excepcional de la fuerza en reuniones, manifestaciones o protestas sociales”. Lasso viene de reunirse con Joe Biden en la Cumbre de las Américas, donde le pidió al mandatario estadounidense reforzar la cooperación en materia de defensa.

La Conaie rompe, con su movilización del lunes, un largo período de tregua con el gobierno. Como lo han subrayado sus dirigentes, “acudimos por un año a diálogos cerrados sin resultados”. Para Lasso, ha sido inestimablemente valioso ese tiempo de gracia, sobre todo considerando su debilidad de origen -su bloque en el parlamento es minoritario.

En el plano político-parlamentario, el bloque de Pachakutik -brazo político de la Conaie- se ha roto. Algunos de sus legisladores votaron (junto al correísmo, el Partido Social Cristiano y parte de Izquierda Democrática) la destitución de su par Guadalupe Llori como titular de la Asamblea Nacional, acusada de respaldar a Lasso (quien de hecho expresó su apoyo a la legisladora), y su reemplazo por Virgilio Saquicela, de la pequeña formación Democracia Sí. Pachakutik ha quedado así entrampado en las disputas de los partidos patronales.

Contra todo colaboracionismo, es necesario un plan de lucha por el salario y todas las reivindicaciones planteadas, en el camino de la huelga general, para derrotar al gobierno ajustador.

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