“Por primera vez desde agosto del ’68, los tanques estaban en los puentes”

Queridos compañeros


Les envío rápidamente las primeras informaciones sobre nuestra participación en la movilización contra el FMI y el Banco Mundial en Praga. Para resumir en pocas palabras lo que ha ocurrido podemos decir que


 


Praga se convirtió en la Seattle de Europa


Durante una semana, del 21 al 28 de septiembre, miles de activistas de diferentes grupos y organizaciones, así como también jóvenes no organizados –la edad promedio de la mayoría de quienes participaron en las acciones era de 20/22 años– , llegados de diferentes países y continentes, participaron en una gran movilización contra la 55a Cumbre del FMI y el Banco Mundial en Praga.


Al comienzo, hubo talleres para activistas y una Contra-Cumbre, del 22 al 24 de setiembre, organizada por Inpeg (Iniciativa contra la Globalización Económica), una coalición laxa de anarquistas checos, ecologistas, cristianos, pacifistas y los seguidores del SWP de Tony Cliff (1). En la Contra-Cumbre participaron también dos dirigentes del Secretariado Unificado: Catherine Samary, de la LCR de Francia (2), y el belga Eric Toussaint, ambos como representantes de Attac (3), no en nombre de sus respectivas organizaciones.


El 23 de setiembre se realizó la primera manifestación, organizada por la juventud del Partido Com unista de Bohemia y Moravia y los sindicatos bajo su influencia.


Antes de la manifestación, tanto Franco Grisolía, de la Asociación Marxista Revolucionaria Proposta, de Italia, como Savas Michael, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) de Grecia, fuimos invitados a un lunch y discusiones por la dirección del PC checo, junto con las direcciones de los partidos comunistas presentes en Praga, como el PC de Francia, el PC de Grecia y el PDS de Alemania.


La manifestación del 23


La movilización fue una primera prueba tanto para los manifestantes como para las fuerzas estatales de represión (fueron movilizados 11.000 policías y 5.000 soldados del Ejército bajo la supervisión de una unidad especial del FBI norteamericano). Alrededor de 2.000 personas marcharon en forma disciplinada durante dos horas a través de Praga, desde Metro Florenc hasta Namesti Miru (Plaza de la Paz). Antes de la manifestación, hubo un acto público convocado por los stalinistas checos y sus aliados. Las fuerzas movilizadas por el propio Partido Comunista checo fueron unos pocos centenares –una gran contradicción para un partido que tiene el 12% de los votos y al que las encuestas le dan el 20% para las elecciones de noviembre próximo–. La mayoría de los manifestantes llegó de otros países, principalmente de organizaciones de procedencia trotskista como el grupo “Workers Power”, la tendencia Militant y las fuerzas del movimiento por la Refundación de la IV Internacional, así como militantes del PDS de Alemania y una pequeña delegación del KKE, el Partido Comunista de Grecia.


El Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK), el Centro Socialista Balcánico “Christian Rakovsky” y la Associazzione Marxista Rivoluzzionaria “Proposta” formaron una fuerte columna, independiente y llena de entusiasmo, con banderas y carteles contra el FMI, la Otan y la Unión Europea del imperialismo y por los Estados Unidos Socialistas de Europa, así como también por la refundación de la IV Internacional. Distribuimos durante la manifestación y durante toda la semana miles de volantes en inglés y en checo con nuestro “Llamado a la acción” (4) firmado por las organizaciones y partidos que luchan por la refundación de la IV Internacional. Nuestra intervención fue una implementación de las resoluciones tomadas en la última reunión internacional de Buenos Aires, en mayo de este año.


El 24 de setiembre, en la Contra-Cumbre de Inpeg, intervino el compañero Franco Grisolía, criticando agudamente las ilusiones difundidas por Attac y otros sobre el impuesto Tobin, y planteó la cuestión de la refundación de la IV Internacional.


Durante este último día de la Contra-Cumbre, llegaron noticias de que el “Global Action Express”, el tren que venía de Italia con 1.200 activistas, había sido detenido en la frontera checa. Una marcha de 2.000 personas se dirigió por las calles de Praga al Ministerio de Interior para reclamar la liberación del tren de pasajeros (mayoritariamente autonomistas y miembros de Rifondazzione). Después de la marcha, con la iniciativa de la AMR Proposta y del EEK, los griegos e italianos ocupamos el Puente de Carlos, el más importante históricamente de la capital de Bohemia, hasta que se anunció que las autoridades habían permitido seguir el viaje del tren a Praga.


El 25 de setiembre tuvo lugar la primera reunión de los trotskistas revolucionarios en Praga, organizada por la AMR Proposta y el EEK, en una sala del local central del Partido Comunista de Bohemia y Moravia, donde planteamos la cuestión de la necesidad de la refundación de la IV Internacional. Además de nuestras delegaciones, participaron también compañeros del PC checo, de la sección griega del Secretariado Unificado, de la ISWoR (Solidaridad Internacional con los Trabajadores de Rusia) y compañeros no organizados. Algunos “espartaquistas” vinieron para difundir sus calumnias y mentiras contra nosotros, sin éxito.


 


El “Día de Acción Mundial”


El 26 de setiembre fue el “Día de Acción Mundial”. Desde las 9 de la mañana nos reunimos en Namesti Miru. Veinte mil manifestantes marcharon a través de Praga hasta un punto donde la manifestación se dividió en tres para bloquear los tres puentes que conducían al Centro de Conferencias, donde comenzaba la Cumbre del FMI. Nuestra delegación junto a las fuerzas de los PCs, sindicalistas y autonomistas de ” ¡Ya basta!” fue hacia el puente principal, que estaba ocupado por una fuerte fuerza policial y vehículos blindados. Por primera vez desde agosto de 1968 los tanques estaban en las calles y en los puentes de Praga. Cinco ataques de la policía fueron repelidos exitosamente. El “Contingente Azul”, integrado principalmente por anarquistas, anarcosindicalistas y autonomistas, chocó violentamente con las fuerzas de represión, que tiraban cañones de agua, gas lacrimógeno y granadas de contusión. El tercer contingente se dirigió al tercer puente para dispersar a las fuerzas policiales.


Teníamos algunos compañeros dentro del edificio sitiado que nos dieron un informe de lo que sucedía allí dentro. La gente del FMI, los grandes banqueros estaban aterrorizados. El ruido de los gases lacrimógenos era mucho más fuerte dentro del edificio que en el espacio abierto donde estaban los manifestantes. Estuvieron bloqueados en el Centro de Conferencias por diez horas. A las 8 de la noche, las autoridades pusieron a los funcionarios del FMI y periodistas en el subterráneo (no abierto al público ese día) y los llevaron al otro lado de la ciudad.


Esa misma tarde tuvieron lugar violentos enfrentamientos entre las fuerzas policiales especiales y los manifestantes en el centro de la ciudad, frente al Museo.


En total, 850 personas fueron arrestadas y tratadas brutalmente por la policía; se les impidió tomar contacto con los servicios legales de Inpeg.


La represión continuó al día siguiente. Pero el FMI anunció que su trabajo “había finalizado” y canceló el último día de reuniones. Fue una clara victoria política de los luchadores contra el FMI.


El 27 de setiembre hubo otra manifestación de 3.000 personas vestidas como “hombres sandwich” con la misma leyenda escrita a ambos lados de sus cuerpos: “Lucho contra el FMI. ¿Esa es una razón para arrestarme?”.


Durante esos días, Praga fue una “ciudad muerta”. Las escuelas y universidades fueron cerradas; los estudiantes fueron amenazados con que si concurrían a las manifestaciones serían expulsados. Se creó una atmósfera de terror para intimidar a la población local y enemistarla con los manifestantes “comunistas extranjeros”. Al comienzo, parecía que habían tenido éxito. Muy pocos checos tomaron parte de las manifestaciones. Pero con el correr de los días, la población se volvió más amistosa y simpatizante. La evidencia son los centenares de jóvenes checos arrestados.


El capitalismo mundial recibió un gran golpe. Durante los últimos años preparó esta cumbre en Praga como prueba del “triunfo” del sistema capitalista y de la integración de la República Checa (y de Europa del Este) en el mercado mundial. Y Praga se convirtió en una pesadilla para el FMI y el capitalismo mundial.


Praga no fue y no podía ser una repetición mecánica, la continuidad lineal, de Seattle. Fue un nuevo desarrollo, un nuevo momento en el amplio proceso mundial de la lucha de clases, marcado por el viraje de Seattle, en la nueva fase de la crisis mundial después de las explosiones financieras de 1997/99.


Fue absolutamente importante que en esta Batalla de Praga las fuerzas que luchan por la refundación de la IV Internacional estuvieran presentes y ocuparan políticamente el primer plano. El SWP de Cliff mostró no sólo su relativamente fuerte número de simpatizantes, sino también su capitulación a una suerte de reformismo de izquierda. El Secretariado Unificado estuvo políticamente ausente, aunque estuvo presente físicamente con unos pocos militantes, casi simbólicos, y bajo la bandera de organizaciones amplias (como Attac, Euromarches, Red por los Derechos Democráticos y Políticos). Sin embargo, Francia no está más lejos de Praga que Grecia. El grupo Workers Power tuvo una representación más fuerte que la del SU, pero políticamente siempre propagandística. La CWI también estuvo presente en un número modesto e incluso en términos reformistas todavía más modestos. Nuestras fuerzas de Grecia e Italia se movieron como “pez en el agua” en el movimiento de masas, sin abandonar nuestra independencia política y levantando nuestro programa revolucionario y, sobre todo, el reclamo histórico de una Internacional Obrera revolucionaria, la IV Internacional refundada en el corazón del continente europeo.


Praga, la Seattle de Europa, se convirtió en un hito fundamental en la lucha por la Internacional.