Internacionales
28/9/1988|243
Por una Armenia independiente y socialista
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La movilización del pueblo armenio en favor de la transferencia de la región Nagomo Karabaj (de población mayoritariamente armenia) a la República Soviética de Armenia ha vuelto a cobrar grandes dimensiones. Una huelga genera) paraliza desde hace dos semanas el territorio de Nagomo-Karabaj, y en la propia República Armenia se suceden manifestaciones y asambleas de decenas de miles de armenios.
Después de un cuarto Intermedio, motivado sobre todo por el envío de fuertes contingentes de tropas a la región y por la detención de los principales dirigentes del movimiento, las masas armenias volvieron a ganar la calle “La revuelta —informa Página 12 (20/9)— detalló de nuevo a los pocos días de que fueran retiradas las tropas que ocuparon Erevan todo el verano”.
La experiencia del pueblo armenio
La nueva etapa de las movilizaciones armenias no es una simple repetición de la anterior.
“Las pancartas en favor de la perestroika y los retratos de Gorbachov que presidieron las primeras manifestaciones masivas, de febrero a junio, habían desaparecido. “Después del 18 de julio”, fecha en que el Soviet Supremo rechazó la petición armenia de reunificación con Nagorno – Karabaj, “volver a alzar esas pancartas sería una hipocresía” explicó uno de los participantes en la manifestación” (Página 12, 20/9).
Frente a la Plaza de la Opera, “la multitud abucheó al jefe del PC en Armenia, Suren Arutinian” (Página 12,20/9). Los manifestantes no olvidaron que “el buró político del PC armenio aceptó por unanimidad la resolución del Soviet Supremo de la URSS (de desconocer el reclamo armenio)” (Clarín, 26/7).
“Ante los cordones militares se formaron “piquetes de obreros” veteranos para Impedir las provocaciones” (Página 12, 23/9).
La expresión más alta de la experiencia política que están recorriendo los trabajadores armenios es el fortalecimiento del Comité Karabaj, reconocido dirigente de las huelgas y manifestaciones, que actúa como contrapoder del burocrático soviet oficial.
Represión
La burocracia del Kremlin reaccionó militarmente frente a la nueva movilización del pueblo armenio.
Inmediatamente fue dispuesto el toque de queda y pocas horas después “tropea soviéticas y vehículos blindados, bloquearon el centro de Erevan” (Clarín, 24/8). “Testigos presenciales revelaron que unos 2000 soldados patrullan las calles de Stepanakart, procediendo a controles de identidad y que las autoridades militares habían tomado el control ejecutivo de la dudad, que tiene 50.000 habitantes” (Página 12, 23/9).
“Sin embargo, la presencia de los soldados no ha coartado los mítines de decenas de miles de personas en la Plaza de la Opera de la capital armenia, mientras la huelga general toma aún más tuerza, con una adhesión del 80% en Erevan y del 100% en Stepanakart” (Página 12, 23/9).
La represión militar es una demostración de lo más elemental de que la URSS burocrática no es una unión libre de pueblos.
Autodeterminación
La vitalidad del movimiento armenio es la expresión más desarrollada de un vasto proceso político que se desarrolla en todo el territorio de la URSS: la revolución política contra la burocracia.
Fronteras fuera de la Rusia Central, decenas de pueblos, malones de almas, son víctimas del yugo brutal de una burocracia “extranjera”, la burocracia moscovita. Armenios, letones, lituanos, georgianos y otros han sufrido el pillaje y el pisoteo de sus derechos nacionales por una casta privilegiada que ha expropiado a los malones de obreros y campesinos de su poder político.
Los pueblos de la URSS, Armenia en el primer lugar están luchando por sacudirse este yugo insoportable. La reivindicación de la “Independencia” (la bandera tricolor en la Plaza de la Opera) no está (fingida contra las bases sociales del Estado Obrero (estatización de la propiedad y planificación económica) sino contra el dominio despótico de la burocracia y sus servidores locales.
Es por este motivo que Gorbachov, quien con la “economía de mercado” y al “derecho de propiedad” plantea la “emancipación” de las tendencias capitalistas en la URSS, se opone al surgimiento de una Armenia independiente y socialista.