Portugal: la izquierda en su laberinto


Once días duró el gobierno derechista del primer ministro Pedro Passos Coelho, depuesto por la mayoría de diputados que propusieron, en cambio, un gobierno del Partido Socialista de Portugal (PSP) con apoyo parlamentario del Partido Comunista, Bloco de Esquerda y Verdes. El acuerdo de estas fuerzas consta de tres pactos bilaterales negociados por separado por cada uno de los partidos con el PSP. Se trata de medidas cambalachescas, sin una sola línea sobre el euro, la Unión Europea, la OTAN o la deuda (130% del PBI luso), ejes estratégicos en la actual situación. El saliente gobierno firmó un Tratado Presupuestario que subordina la economía portuguesa al diktat de las instituciones europeas. Este tratado es defendido por la izquierda.


El presidente Aníbal Cavaco Silva designó primer ministro, el martes 24, al socialista António Costa, tras el fracaso de Coelho. La fuerza que ganó la elección hace dos meses será desplazada del ejecutivo por la coalición de izquierda, liderada por el PSP. La derecha entendió que no se podía llamar a unas nuevas elecciones, que socavarían aún más su base electoral según indican las últimas encuestas. Catarina Martins, líder bloquista, había tranquilizado a la burguesía local y europea diciendo que el nuevo gobierno “no va a ser un gobierno de enfrentamiento inmediato, abierto, con las instituciones europeas” (El País, 13/11). Costa ratificó que el gobierno seguirá el mismo rumbo “(respetando) los compromisos internacionales del país y (aprobando) lo más rápidamente un presupuesto para 2016” (Página/12, 24/11).


El acuerdo marco propone el descongelamiento de pensiones, disminuir la precariedad y aumentar el empleo, reposición de 35 horas para estatales, ley de salud universal, reposición de feriados, reducción de 13% del IVA y un estímulo a Pymes. Sin embargo, la reducción de los cortes en las pensiones es sólo para el 8% del total, los contratos basura no se eliminan, y la suba del salario mínimo (600 euros -que no alcanza a la canasta básica) se completará recién para 2019. El resto son promesas que no tienen sustento real en el actual régimen fiscal del tratado presupuestario. Lo fundamental es que mantiene la subordinación a las instituciones europeas.


La CGTP (sindicato dirigido por el PC), se movilizó para defender esta coalición La firma del acuerdo pone al Bloco y al PCP en la misma línea que Syriza.


El partido socialista portugués es un agente de la Troika. Oponemos el planteo de un gobierno de los partidos de izquierda y de los sindicatos y organizaciones populares en la perspectiva de una salida a la crisis basada en la organización de los explotados y la movilización popular.