Prensa uruguaya recoge posiciones del PO

En su edición del 1º de marzo, La República, de Montevideo, reprodujo extensos pasajes de un artículo de Prensa Obrera (Nº 380, 5/1), encabezándolo con el título “El Partido Obrero reclama el rompimiento del Frente Amplio y la creación de una nueva fuerza”. El artículo en cuestión desarrollaba una crítica al Movimiento Revolucionario Oriental por haber mantenido en secreto una decisión de anular el voto en el referéndum del 13 de diciembre pasado sobre la privatización “parcial” de empresas del Estado. Una de las conclusiones del artículo era que “la izquierda (Tupas, PC, Mro, 26 de Marzo) se convertirá, en caso de que no rompa (con el FA) en simple marioneta… de los agentes del imperialismo” (es decir, la derecha del FA compuesta por Seregni-Astori, el PS, los escindidos del PC, los ex izquierdistas de la IDI).


El interés de La República por las posiciones del PO tiene que ver con la crisis creciente del FA y con la instalación del tema de su ruptura como una posibilidad objetiva. En los últimos meses, la dirección derechista del FA ha estado llamando descaradamente a pagar la deuda externa, a formar un bloque de gobierno con el Partido Colorado, e incluso ha concurrido a Estados Unidos a rendir cuentas anticipadas ante el FMI (viaje de Adalberto Curiel de la Vertiente Artiguista).


Lamentablemente, la redacción de La República omitió el título que Prensa Obrera le puso al artículo y, con ello, la esencia de su contenido. El artículo se refería a las “Miserias  de la extrema izquierda uruguaya”, por la larga trayectoria de ésta como títere de la derecha y por su inquebrantable decisión de seguir por ese camino. Es oportuno recordar a este respecto, por lo que tiene de emblemático, que la dirección del MLN-Tupamaros justificó su apoyo al planteo del FA, que defendía la privatización “parcial” y “periférica” de las empresas del Estado, con la especie de que los defectos de una ley no deben poner en juego la unidad popular. De acuerdo con esto los Tupas han unido su suerte al carro del FA, no importa que lo conduzca, entre otras cosas mediante leyes, a los brazos del imperialismo.


La cobardía política extrema de la izquierda del FA ha trasladado a su seno la creciente crisis de éste. En el movimiento sindical y entre los secundarios, numerosos activistas, y en algunos casos agrupaciones enteras, han participado contra la posición del FA en el último referéndum, e incluso forman bloques independientes en los sindicatos y centros de estudiantes. Es necesario darle a este movimiento una perspectiva independiente, para lo cual resulta adecuado proponer abiertamente la formación de un frente de izquierda. Se trata de organizar un cuadro de desarrollo para lo más avanzado de los luchadores populares, asfixiados en sus posibilidades políticas por el proimperialismo de la dirección del FA. La dirección derechista ha seguido una estrategia muy calculada, nada ha dejado librado a la improvisación. En 1984 aceptó las exigencias del gobierno militar, entre ellas el pago de la deuda externa y la continuidad jurídica de los compromisos internacionales, apelando a la conveniencia táctica, para asegurar la transición a la democracia. Ahora defiende abiertamente las posiciones de los banqueros, sin alegar ya ninguna conveniencia táctica, sino directamente por razones de principios. Habiendo seguido la política de la derecha por todos sus vericuetos, las direcciones de la izquierda se encuentran hoy completamente desmoralizadas, y lo que es peor, sin ninguna idea política para oponer a sus adversarios. El PT de Uruguay tiene entonces la oportunidad de recoger los beneficios de un largo trabajo de denuncia y clarificación políticos.