Internacionales
29/8/1996|508
Programa del Labor Party
Ratificado por la Convención fundacional del Labor Party, 6 al 9 de junio de 1996
Seguir
• Garantizar a todos un empleo con un salario que les permita vivir.
• Dos meses de indemnización por cada año de servicio para los trabajadores despedidos.
• Restaurar los derechos de los trabajadores a organizarse, a la negociación y a la huelga.
• Terminar con la intolerancia: la ofensa contra uno es una ofensa contra todos.
• Garantizar el acceso universal a un servicio de salud de calidad.
• Más tiempo libre para la familia y la comunidad.
• Protección de nuestras familias.
• Asegurar a todos el acceso a una educación pública de calidad.
• Parar los abusos de las corporaciones contra los gremios.
• Terminar con el bienestar social de las corporaciones tal como lo conocemos.
• Hacer que los ricos paguen su justa parte de los impuestos.
• Revitalizar el sector público.
• Terminar con la dominación de las corporaciones sobre las elecciones.
• Construir un justo movimiento de transición para proteger los empleos y el medio ambiente.
• Inspectores obreros para reforzar las regulaciones de seguridad y salud.
• Recuperar el control del diseño y la tecnología de los talleres y fábricas.
Introducción
Somos la gente que construye y mantiene a la nación, pero que raramente goza de los frutos de su trabajo. Somos los empleados y los desempleados. Somos la gente que hace funcionar al país, pero cuya opinión no cuenta en su manejo.
Nos hemos reunido para crear este Labor Party, para defender nuestros intereses y aspiraciones de la voracidad de los intereses de las corporaciones multinacionales. Décadas de concesiones a las corporaciones por parte de ambos partidos políticos no han producido la economía de pleno empleo que nos han prometido. En realidad, las disparidades de ingresos y riquezas se han ampliado hasta extremos vergonzosos. Ofrecemos una visión alternativa de una sociedad justa que valoriza a los trabajadores, sus familias y comunidades.
Nosotros, los miembros de este Labor Party, nos vemos a nosotros mismos como los portadores del sueño americano de oportunidad, honestidad y justicia.
En nuestro sueño americano, tenemos el derecho:
• a un trabajo pagado decentemente y un lugar decente para vivir.
• a unirnos libremente a un sindicato sin temor de ser despedidos o represaliados.
• a hacer huelga sin miedo a perder nuestro trabajo.
• a no ser discriminados a causa de nuestra raza, género, origen étnico, discapacidad, origen nacional u orientación sexual, ni en nuestros empleos ni en nuestras comunidades.
• a una educación pública gratuita y de calidad para nosotros y para nuestros hijos.
• al acceso universal a un servicio de salud de calidad, amplio, financiado públicamente para todos los residentes.
• a un retiro con un decente nivel de vida después de una vida de trabajo.
• a una calidad de vida en nuestras comunidades mejorada por un sector público con pleno financiamiento.
Los partidos Republicano y Demócrata sirven a los intereses de las corporaciones que los financian.
• nos oponemos al poder de las corporaciones, que debilita las instituciones democráticas y al gobierno.
• nos oponemos a los políticos y partidos de las corporaciones que proveen miles de millones en reducciones impositivas a las corporaciones y subsidios a los ricos, vendiéndose al mejor postor.
• rechazamos la falsa opción entre empleo y medio ambiente. No seremos tomados como rehenes por los contaminadores de las corporaciones que envenenan nuestros trabajos y nuestras comunidades.
Rechazamos la redistribución de miles de millones de dólares de riqueza de los pobres y los trabajadores hacia los ricos.
Y rechazamos a todo oportunista que juega la carta de la raza, el género o de los inmigrantes para impedirnos satisfacer nuestras necesidades, y las necesidades de nuestras familias y comunidades.
Nuestro Labor Party comprende que nuestra lucha por la democracia nos enfrenta con la elite corporativa que luchará duramente para retener sus poderes y privilegios.
Esta es la lucha de nuestra generación. El futuro de nuestros hijos y de sus hijos está en juego. Es una lucha que no podemos permitirnos perder.