Proponen un co-gobierno en Estados Unidos

Ya han comenzado a aparecer quienes, en Estados Unidos, comienzan a relacionar las investigaciones judiciales contra Clinton con el inminente desarrollo de una crisis política en Estados Unidos, especialmente de cara a la crisis económica mundial. Es el caso de alguien que en el pasado solía representar el punto de vista de los mayores monopolios del país y en particular de todo lo ligado al Pentágono. En un reciente artículo para The Washington Post (26/8), el ex presidente del comité militar del Congreso norteamericano, Sam Nunn, caracteriza que la presidencia de Clinton se encuentra “seriamente disminuida” y que existe una división creciente entre el ejecutivo y el parlamento. Para citar un solo ejemplo, el Congreso retiene aún un viejo proyecto enviado por Clinton para aumentar en 18 mil millones de dólares los aportes al FMI, debido a una radical divergencia dentro de la burguesía norteamericana acerca de cómo manejar el creciente derrumbe económico de varias naciones y, ahora, el estallido de la crisis en Estados Unidos.


La propuesta de Nunn para enfrentar este cuadro político mide por sí sola la gravedad con que los altos círculos imperialistas están percibiendo la situación. El ex senador propone crear dos paneles bipartidistas de parlamentarios, uno sobre política económica y otro sobre seguridad nacional, que incluso pueden ser independientes de las comisiones establecidas en el Congreso. “Estos dos paneles”, dice Nunn, “deben ser totalmente informados por el presidente, los departamentos de Defensa y del Tesoro y por el Consejo Nacional de Seguridad…”. El planteo equivale a transferir la responsabilidad del ejecutivo al Congreso y a organizar, como lo reclama el Citibank para Argentina, un co-gobierno republicano-demócrata.


La sola idea de que el Congreso pueda tomar para sí la co-responsabilidad ejecutiva, al menos hasta la finalización del mandato de Clinton, desmiente a todos los que presentan interesadamente a Estados Unidos como una isla de estabilidad político-económica rodeada por un mundo convulsionado. Como cuadra a una auténtica crisis capitalista mundial, su epicentro no se encuentra en los márgenes del sistema sino en el país que concentra todas las contradicciones de éste.