Puerto Rico: las masas voltean al gobernador proimperialista

El pueblo boricua, un ejemplo para una Centroamérica encendida.

Fruto de las protestas masivas, el gobernador portorriqueño “Ricky” Roselló anunció su renuncia, que se hará efectiva el 2 de agosto.


El pueblo boricua se ha constituido en un formidable ejemplo para una Centroamérica encendida, que se niega a continuar siendo víctima de la devastación del imperialismo y viene protagonizando formidables irrupciones populares contra los gobiernos fondomonetaristas en Nicaragua, Costa Rica, Haití y Honduras. Durante  doce días, los trabajadores de la isla coparon las calles para denunciar a un gobierno corrupto y responsable -como lacayo de la Junta de Supervisión Fiscal, impuesta por Obama y continuada por Trump para imponer el ajuste y garantizarse el pago de una deuda externa colosal- de una masacre social sin precedentes: privatización de las escuelas, despidos en masa en el Estado, altísimos niveles de pobreza y la multiplicación de los estragos resultantes del Huracán María, que han obligado al éxodo a centenares de miles.


Previo a la caída de Roselló, la marea se había llevado puesta a una gran parte de su gabinete -incluido su jefe, tras el paro general y movilización de entre medio y un millón de personas. Desde la filtración de los chats infames que despertaron la ira popular, fueron 14 los que dejaron el barco (a las que deben sumarse las dos privatistas al mando de Educación y Seguros de Salud, caídas previamente por una corruptela multimillonaria).


Crisis en el oficialismo


Entre ellos se encontraba el continuador de “Ricky” en la línea de sucesión, su secretario de Estado. La siguiente en fila es la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced, quien, repudiada por el pueblo movilizado por estar involucrada también en los casos de corrupción, desistió del cargo, por lo que Roselló designó como reemplazante al ex congresista estadounidense Pedro Pierluisi. El oficialista Partido Nuevo Progresista (PNP) se encuentra cruzado por todo tipo de reyertas internas.


Estados Unidos y la oposición


Trump, que  ha venido cacareando, tanto contra la opositora alcaldesa de San Juan -del Partido Popular Democrático y ligada a Bernie Sanders- como contra Roselló, saludó la partida del gobernador, interesado en montarse sobre los escándalos de corrupción para ajustar más aún los ya escasos fondos que Estados Unidos envía a la isla. Pero la movilización contra Roselló, como ya han destacado numerosas figuras públicas, aparece como un peligroso ejemplo para los vecinos trabajadores de Estados Unidos.


La izquierda demócrata norteamericana ha hecho su propia demagogia con saludos a la caída de Roselló, aunque el portavoz de la mayoría demócrata en la Cámara Baja de Estados Unidos, Steny Hoyer, ya anunció que trabajará “en estrecha colaboración con el sucesor” del renunciado, revelando el interés del establishment por contener el proceso popular en curso.


Algunos analistas, dando cuenta de la crisis política, destacan que las próximas elecciones “podrían amenazar al bipartidismo” (del PNP y el Partido Popular Democrático -PDP-) y significar un mayor crecimiento de candidaturas independientes, recordando el 16% obtenido en 2016 por la empresaria Alexandra Lúgaro (del recién fundado Movimiento Victoria Ciudadana). Todavía falta para ello un intenso año y medio, que podría ver una multiplicación de la agitación popular. Atento a ello, Lúgaro ha cifrado como punto de llegada de las movilizaciones que sea nombrada en la Gobernación “una persona competente y una persona honesta”. A estos planteos de contención se suma el socialdemócrata Partido Independentista, cuyos referentes insisten por los medios en su planteo de un “pacto político” por el que el PNP designe a alguien “con probidad moral” (si es que lo encuentra).


A fuego


Las masas movilizadas han puesto en la mira no sólo a Roselló sino también a la Junta de Supervisión, impuesta por el imperialismo, que viene de pactar con los acreedores de los bonos de deuda una profundización del plan de ajuste, con nuevos golpes a las jubilaciones y 30 mil despidos en el Estado entre otras medidas. Aparece con toda su intensidad la necesidad de un planteo de poder de los trabajadores, ligado directamente a la histórica bandera de la independencia de Puerto Rico.


¡Viva la lucha de las masas portorriqueñas! ¡Fuera el imperialismo! ¡Por la independencia de Puerto Rico y un gobierno de trabajadores! ¡Por la unidad socialista de América Latina!