Qué hay detrás de la suba del oro

La onza de oro superó los 3.500 dólares

En esta semana la onza de oro superó los 3.500 dólares acumulando una suba en el año del 33 por ciento y superando a los índices de Wall Street (Dow Jones, S&P 500), e incluso el Bitcoin. Aunque más relevante, aún, es que avanza como uno de los mayores activos de reserva en los bancos centrales; en este año superó al euro como activo de reserva y ahora se dirige a superar los bonos del Tesoro emitidos por Estados Unidos (según el analista Crescat ya habría superado a los bonos del Tesoro).

Es una nueva señal que el dólar está perdiendo protagonismo como reserva del sistema monetario global; su debilidad frente a las divisas del G7 se mide en una caída superior al 10 por ciento desde inicios de año. A esto  se suma la debilidad en las cotizaciones de los bonos del Tesoro, lo que explica el escaso o nulo interés en mantener bonos como “reserva” que se están desvalorizando debido a la enorme deuda que acumula Estados Unidos. Mientras que las tenencias de oro, al aumentar su precio (más del 30 por ciento en el año), tienen un peso creciente en las reservas de los bancos centrales.

Los bonos del Tesoro que financian a Estados Unidos no tienen demanda

Desde que el presidente Richard Nixon abandonó unilateralmente el acuerdo de Bretton Woods en agosto de 1971 el oro subió desde 35 dólares a los 3.500 actuales; la decisión de romper la convertibilidad del dólar con el oro permitió una emisión monetaria y endeudamiento que llevó a una devaluación del dólar (frente al oro) que sigue hasta nuestros días. Ahora esa emisión indiscriminada de deuda saturó el mercado y ya no tiene demanda acorde a las necesidades de financiamiento del Tesoro de Estados Unidos.

Los bancos centrales están reduciendo sus tenencias de bonos del Tesoro de Estados Unidos desde la crisis financiera de 2008, cuando los bancos centrales extranjeros acumulaban el 56 por ciento de las emisiones, y ahora no llegan al 30 por ciento.

La Reserva Federal sustituyó la reducción de demanda con compras directas luego de la crisis del 2008 (programas llamados Quantitative Easing) hasta acumular 5,7 billones de dólares; desde allí fue disminuyendo sus tenencias hasta los actuales 4,2 billones.

Esa reducción de la demanda de los bancos centrales y de la Reserva Federal, dejó licitaciones semi desiertas de compradores.  Es lo que ocurrió en mayo de este año, lo que hizo necesaria una suba de la tasa de interés que dio un salto desde 4,61 a 5,02 por ciento. Este incremento tuvo un impacto en Wall Street con caídas de precios y se trasladó a las tasas hipotecarias, de préstamos y créditos.

Ese aumento también se traslada al servicio de una deuda que ya supera los 37 billones de dólares. Las renovaciones de los vencimientos se realizan a tasas más altas en un mercado reducido, lo que aumenta el costo de intereses que ya alcanza a 0,881 billones de dólares anuales superando el gasto en defensa que insume 0,855 billones en el presupuesto 2024.

Trump va por el control Reserva Federal

Lo descripto da contexto a los enfrentamientos de Donald Trump con Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, para que baje las tasas de interés que la Reserva Federal cobra a los bancos para su financiamiento.

Powell se resiste ante el impacto inflacionario de los aranceles que se está trasladando a los precios, ya que una rebaja de los tipos puede incentivarla. Los ataques de Trump no se detienen:   lo  ha calificado de “estúpido” y “lento” y dijo que Powell tiene un “coeficiente intelectual bajo” al negarse a seguir sus indicaciones. En síntesis los continuos ataques buscaban su renuncia o sumisión a sus requerimientos, entre ellos  que reduzca las tasas de interés (CNN, 25/6). Powell  ha insinuado que podría reducir las tasas en septiembre; abrió la puerta para un recorte, aunque no llegó a indicar que sea algo seguro.

A la batalla con el presidente de la Fed se suma el reciente despido de la gobernadora de la Fed, Lisa Cook (la primera mujer negra que llega a ese destacado puesto), una funcionaria que tiene mandato vigente hasta 2038. Cook se pronunció por retrasar las reducciones de tasas hasta observar las consecuencias inflacionarias de los aranceles.

Cook está dispuesta a resistir su destitución y ha iniciado una demanda contra el gobierno para continuar en el puesto. Los argumentos de la destitución (una supuesta falta en la otorgación de hipotecas) debe ser probada, lo que judicializa la destitución. Es una situación sin precedentes. Y generó una ola de protestas contra Trump en defensa de la destituida.

Los especialistas consideran que las presiones de Trump  son una intromisión inadmisible en la Reserva Federal. Una institución donde la influencia de los bancos de Wall Street sería reducida o anulada. El plan de Trump es dominar la Reserva Federal, tener mayoría en su dirección, dice el Wall Street Journal.  “¿Qué pasaría si Trump dirigiera la Reserva Federal?”, se pregunta, y agrega que si lo consigue “el país lo lamentará”.

Si Trump prevalece, esencialmente controlará el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que es el principal órgano de la Reserva Federal de Estados Unidos responsable de la tasa de descuento que se otorga a los bancos para financiarse.  El despido de Lisa Cook es una prueba; si es exitosa Trump despedirá a otros miembros de la junta a voluntad, dominando el comité (WSJ, 26/8).

Si Trump logra controlar la Fed, Wall Street pierde su principal sostén

Wall Street desde su creación (1913) ha sido una agencia del Estado  donde los bancos de Wall Street tienen gran influencia. Lo demuestran los auxilios a los grandes bancos en las crisis financieras.

En 2008 puso toda su capacidad de intervención en el salvataje del sistema financiero. Redujo las tasas de interés; compró masivamente bonos desvalorizados en poder de los bancos para evitar su insolvencia y realizó préstamos para otorgarles liquidez.

Los montos de esta ayuda corrieron a cuenta de los contribuyentes que pagaron el salvataje. Mientras que el Estado no otorgó ayudas a los desalojados cuando las propiedades cayeron de precio y los préstamos hipotecarios eran superiores a las deudas; millones de familias sufrieron desalojos y quedaron en la calle.

Otro auxilio al sistema financiero ocurrió en el inicio de la pandemia de Covid-19, cuando se produjo una falta de liquidez global con el hundimiento de bonos y acciones. La Reserva Federal actuó como prestamista de última instancia a los bancos, lo que incluyó grandes compras de valores del gobierno estadounidense y valores respaldados por hipotecas, y préstamos de participantes del mercado financiero y gobiernos estatales y locales. "Estamos desplegando estas facultades crediticias a un nivel sin precedentes [y] continuaremos utilizándolas de manera enérgica, proactiva y agresiva hasta que estemos seguros de que estamos firmemente encaminados hacia la recuperación", declaró Powell, en abril de 2020.

Cuando quebró Silicon Valley Bank en marzo de 2024, la Reserva Federal actúo con un plan de financiamiento para proporcionar liquidez a los bancos y elevó el seguro de depósitos para las cuentas del SVB y Signature Bank impidiendo una extensión de la corrida bancaria.

Sin la Reserva Federal los bancos hubieran estado en grandes problemas. Pero esos auxilios han generado el crecimiento de la deuda pública, que ahora Trump quiere renovar reduciendo las tasas de interés y dando cabida en el financiamiento del Estado a los criptoactivos (Bitcoin, Etherum, etc) mediante emisión de monedas estables (stablecoins). Para eso necesita el manejo de la Reserva Federal, o sea que seguirá en la búsqueda de su control y subordinación al gobierno.

La Reserva Federal es el prestamista de última instancia global

El intento de Trump de tomar el control del principal banco central del planeta ha generado un rechazo de voceros de Wall Street. El Financial Times y el Wall Street Journal en sendos editoriales se pronunciaron contra el despido de Cook.

Es un “ataque a la credibilidad de Estados Unidos”, dice Janet Yelen, que fue presidente de la Reserva Federal y Secretaria del Tesoro. “No se trata de un solo gobernador de la Reserva Federal. Se trata de intimidación. Al atacar a Cook, Trump envía un mensaje intimidante a todos los miembros de la junta de la Reserva Federal y a los presidentes de los bancos regionales de la reserva que participan en el Comité Federal de Mercado Abierto: si expresan su desacuerdo con las opiniones del presidente, serán los siguientes” (Financial Times, 27/8).

Luego de declarada la pandemia, el 15 de marzo de 2020, para  evitar una crisis económica mundial, la Reserva Federal actuó inyectando miles de millones de dólares en la economía global a través de las llamadas líneas de intercambio de dólares (Swaps),  con los bancos centrales de la Unión Europea, Japón, Inglaterra, Canadá y Suiza.

Luego, el 19 de marzo, amplió los acuerdos de liquidez en dólares estadounidenses (líneas de swap) con otros bancos centrales: el Banco de la Reserva de Australia, el Banco Central de Brasil, el Danmarks Nationalbank (Dinamarca), el Banco de Corea, el Banco de México, el Norges Bank (Noruega), el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, la Autoridad Monetaria de Singapur y el Sveriges Riksbank (Suecia).

La función de la Reserva Federal supera los límites de Estados Unidos, es el sostén del sistema monetario global del dólar. Y las presiones y despidos del gobierno de Trump están cuestionando esa función en búsqueda de someterlo a las necesidades de su gobierno.

Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo, advierte de los riesgos de una Fed intervenida políticamente: podría desestabilizar tanto la economía de Estados Unidos como la global (The Guardian, 2/9).

Esos temores sobre el destino de la Fed alimentan la búsqueda de un refugio en el oro.  

Europa aumenta el gasto en “defensa” pero no tiene como financiarlo

Las recientes decisiones de los miembros de la Otan de incrementar los gastos en defensa al  5 por ciento del PBI quedó en una declaración, porque las dificultades de realizarlo son crecientes.

En varios países, la capacidad de endeudamiento se agota con la suba de las tasas de interés. El Reino Unido anuncia que las tasas han subido al mayor nivel desde 1998, acercándose al 6 por ciento. Mientras tanto, la libra esterlina continúa en declinación (Financial Times, 2/9).

Algo similar ocurre en Francia. “Los activos franceses se ven afectados por la perspectiva de un colapso gubernamental”. La posibilidad que en una votación parlamentaria el 8 de septiembre caiga el primer ministro François Bayrou es creciente, ante la oposición a un paquete de aumento de impuestos y reducción de gastos. Los bonos se desplomaron ante la posibilidad de búsqueda de mayor endeudamiento.

Alemania planifica emitir “nueva deuda” para destinarla al aumento del gasto en defensa. Como la coalición oficial acordó no aumentar los impuestos, esto probablemente requerirá profundos recortes en los ministerios y reformas del sistema de bienestar, agregó el  ministro de finanzas alemán, Lars Klingbeil.

Las decisiones de Trump no logran estabilizar la economía

Los anuncios que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) produciría un recorte a los gastos que reduciría el déficit fueron un fracaso y Elon Musk, su gestor, quedó fuera del gobierno y enfrentado con Trump por la ley de impuestos, por los aranceles y por retirar los subsidios a los programas de energía no contaminante y a los automóviles eléctricos.

Luego, los aranceles implementados el 4 de abril fueron eliminados ante el hundimiento del mercado y, por sugerencia de representantes de Wall Street, modificados, y se abrió un debate y  negociación con cada país.

La novedad es que un tribunal de apelaciones de 15 jueces acaba de declararlos ilegales el 29 de agosto,  al considerar que exceden la autoridad presidencial y ha dado plazo hasta el 14 de octubre para que el gobierno apele la medida, abriendo un nuevo frente que pone otra cuota de suspenso sobre la viabilidad de la política arancelaria.

Los beneficios de la política arancelaria han sido escasos. Hasta julio de 2025, se estiman ingresos aduaneros de  $108 mil millones netos solo en lo que va del año, representando entre el 5% y 6% de los ingresos federales mensuales. Aún están distantes de cubrir una parte significativa del déficit presupuestario. Lo que obligará a buscar financiamiento en mayor endeudamiento.

El oro es un producto fuera del sistema financiero, que los bancos centrales y grandes inversores demandan ante la creciente duda que los planes de Trump logren hacer crecer la economía y estabilizar el sistema financiero más endeudado del planeta.

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