Internacionales
9/6/2023
¿Qué pasó en Turquía?
La experiencia electoral del SEP (Partido Socialista de los Trabajadores) en las recientes elecciones.
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Erdogan logró la reelección en las elecciones turcas
Erdogan ganó las elecciones de mayo, por delante de su rival Keman Kılıçdaroğlu, cabeza de la coalición liderada por el CHP [Partido tradicional de la burguesía laica - kemalismo], con un porcentaje entre el 52% al 48% [en el ballotage, Erdogan obtuvo poco más del 52% frente al casi 48% de su rival]. En las elecciones parlamentarias, la AKP [Partido de Erdogan] obtuvo 35.6% (-6.9); CHP 25.3% (+2.7); el MHP -los aliados fascistas del AKP- 10% (-1); el Partido Izquierda Verde, donde participaba el nacionalismo kurdo - YSP 8.8% (-2.9); los islamistas aliados a Erdogan del YRP 2.8%; la ultraderecha anti refugiados ZP obtuvo un 2.2%; y el aliado del YSP afín a Syriza Partido de los Trabajadores -TIP- 1.7%.
Estos resultados muestran que el régimen de Erdogan se consolidó, pero que no sería correcto analizar unilateralmente la situación como un panorama oscuro. Los resultados electorales revelaron que los sectores dinámicos de la sociedad se están desvinculando de AKP y de toda la infamia que acarrea. Las grandes ciudades se están convirtiendo en centros anti-AKP. A su vez, la oposición al AKP en las grandes ciudades rebalsa los barrios de clase media tradicional y llega hasta los barrios obreros. Además de los trabajadores de cuello blanco, hay sectores de vanguardia entre los trabajadores de cuello azul que se oponen ferozmente a Erdogan. En el período venidero, con un agravamiento de la crisis económica, sería esperable que el giro en los trabajadores se extienda hacia el campo. Los trabajadores kurdos y la juventud, cuya situación es inconciliable con el sistema, constituyen una tremenda fuerza de oposición. Otra situación que cabe esperar es que la dinámica de la problemática kurda alcance ribetes internacionales y revolucionarios. Por su parte, sectores de clase baja y media, sensibles al problema democrático y secular, además de la reacción ante la persecución a la minoría religiosa aleví, también se enmarcan en esta dinámica. Si continúan creciendo los ataques islamistas contra las mujeres, la fuerza de su lucha también se incrementará. La juventud, que no tiene futuro en el infierno de la explotación brutal, es otro grupo donde la oposición al AKP se incrementa.
Todas las contradicciones sociales agudizadas por el AKP, especialmente la crisis económica, serán más fuertes en el próximo periodo. El problema es la emergencia de una locomotora que impulse estas fuerzas sociales. Naturalmente, esta locomotora debe surgir entre las fuerzas socialistas revolucionarias. Hay condiciones objetivas para que los socialistas, montándose sobre estas dinámicas sociales, se abran camino como pioneros de los pueblos. Hay condiciones excepcionales que forzarán que esta posibilidad se desenvuelva. Si los revolucionarios pueden demostrar perspectiva política, superioridad moral y éxito organizacional, se beneficiarán de estas dinámicas. Sin embargo, no son las organizaciones tradicionales de la izquierda socialista las que están llamadas a crear esta alternativa. No puede esperarse que sean los actores izquierdistas tradicionales del stalinismo, que ya sufrieron derrotas ideológicas y organizacionales decisivas hace muchos años, quienes abracen el futuro. No puede esperarse que estos partidos, que han sostenido una política identitaria de izquierdas o al kemalismo durante el último cuarto de siglo, impulsen una construcción revolucionaria e independiente centrada en la clase obrera. Por otro lado, existen condiciones para que la izquierda socialista se transforme en favor del marxismo revolucionario, y esto es posible.
El frente de la clase dominante
Las elecciones del 2023 consistieron en definir si Turquía podría retomar un funcionamiento democrático burgués. Los 21 años ininterrumpidos de liderazgo del AKP pusieron todos los resortes del Estado al servicio de Erdogan. Su fuerza tomó el control de los medios masivos de comunicación, utilizó los recursos económicos a su arbitrio y digitó el poder judicial y el cumplimiento de la ley como él quiso. La burguesía turca tradicional, históricamente oportunista, buscó asociarse con Erdogan o simplemente someterse a él. En términos generales, alrededor del mundo, los sistemas liberales parlamentarios están perdiendo terreno, mientras que el autoritarismo crece. En otras palabras, la emergencia de Erdogan como líder autoritario está en consonancia -y a la vez alienta- estas tendencias globales. Además, hay un fuerte apoyo de países extranjeros hacia Erdogan. Entre ellos, Rusia. La crisis económica puso a Erdogan al borde del colapso, lo cual pudo sortearse manteniendo el movimiento económico hasta las elecciones con el salvataje de dólares afluyendo desde el exterior. Rusia, Azerbaiyán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita son responsables de una gran porción de la victoria electoral, esto debido a los 10 mil millones de dólares que aportaron. El imperialismo de la Unión Europea también apoyó, indirectamente, a Erdogan en las elecciones. La principal razón fue que el líder de la oposición declaró su intención de modificar la política hacia los refugiados sirios, lo cual habría desencadenado un aluvión de emigrantes hacia Europa.
La situación de la Izquierda
Erdogan ganó las elecciones con una campaña muy similar a la de Bolsonaro y Trump. Su campaña se basó en la polarización en términos identitarios y culturales, en mentiras y en políticas de odio. Pero también se sirvió del reverso de la moneda. Las fuerzas de la izquierda, quienes no pudieron anotar la lucha de clases en la agenda del país, pavimentaron el camino a la victoria de Erdogan. De este modo, son los principales perdedores de estas elecciones. El CHP y el YSP, los dos sectores determinantes, no mantienen ninguna relación con el clasismo. El CHP se convirtió por completo en un partido de las grandes patronales. El YSP está muy lejos de un abordaje desde la óptica de la lucha de clases. Los puestos directivos en los sindicatos ligados a la izquierda, como KESK y DISK son ocupados por los cuadros del CHP y del YSP. Sirviéndose de estas posiciones, prosiguen una política de parálisis en el movimiento obrero. A pesar del aumento del costo de vida en Turquía, estos sindicatos no llevaron adelante ninguna acción significativa. Los referentes de la vieja generación de la izquierda socialista juegan un rol similar. El TKP [Partido Comunista de Turquía], un importante actor en la izquierda, aplica una línea kemalista sostenida en los prejuicios reaccionarios de las clases medias. Su papel en la lucha de clases no es progresivo.
El CHP
El kemalismo, el partido más importante de una oposición que incluye a los socialdemócratas, los nacionalistas y los liberales, fue derrotado de nuevo. La línea de populismo moderado sostenida por el candidato Kemal Kılıçdaroğlu no logró contrapesar la campaña de Erdogan, que se apoyó en la polarización cultural y religiosa. Esta campaña de orientación burguesa, que pretendía ser moderada y complaciente con todos los sectores, reposó en su delicadeza como única estrategia para liderar las encuestas. La política del CHP y de sus voceros públicos, que durante años se dedicaron a asustar a las masas con la posibilidad de un estallido social, tuvo como correlato el bloqueo hacia aquellas acciones que habrían colocado la lucha de clases en el centro de la escena. Esto colaboró con la victoria de Erdogan.
El YSP
Los resultados electorales del YSP, que estuvo presionado constantemente por el Estado, fueron peores de lo esperado. La pérdida de votos, cercana a los 3 puntos, constituye una caída mayor de lo que parece si se toma en cuenta que se registró un incremento de la participación electoral entre la juventud kurda. Debe constar el hecho de que la política del YSP llegó a un punto muerto, sin otra línea que su discurso nacional kurdo y sin posibilidades de obtener progresos en relación a los derechos nacionales kurdos, todo lo cual lo vacía de contenido. Como resultado, el pueblo kurdo está en la búsqueda de alternativas.
El TIP
Como el TIP formó un bloque electoral con el YSP, pudo sortear el problema del piso proscriptivo del 7%. Que el bloque como tal supere el 7% significa que cada uno de los partidos que lo componen también lo pasan. De este modo, el TIP, que recibió un total de 950 mil votos, un 1,7%, logró obtener 4 diputados. En el periodo anterior, el TIP también tenía 4 diputados, pero ellos habían sido electos como parte de la lista del HDP [Partido Democrático de los Pueblos, liderado por la izquierda kurda]. Estos diputados ganaron mucha popularidad por sus discursos contra Erdogan en sus intervenciones televisivas. Pero no tienen ni la intención ni la habilidad de convertir esta popularidad en organización. Así, el TIP no se corporiza en las luchas del momento, más bien opta por intentar transformarse en un partido electoral en los marcos del sistema. En línea con esta estrategia, sus posicionamientos se vuelven, gradualmente, más moderados. Tanto es así que, para el balotaje presidencial, continuaron sosteniendo la campaña por la candidatura de Kılıçdaroğlu en forma incondicional, incluso cuando este se inclinó decididamente hacia medidas antiinmigrantes y antiterroristas para captar los votos de la ultraderecha. A pesar de que aún no se refleje en la lucha de clases, la atención y apoyo recibido por el TIP en capas populares da cuenta en qué medida las masas están abiertas a las ideas de la izquierda socialista.
La campaña del SEP
Nuestro partido estableció su estrategia electoral primordialmente en una línea de independencia política revolucionaria. Rechazamos el apoyo al bloque de la oposición burguesa liderado por el CHP. Tomamos distancia del YSP y del TIP, cuyo sostén a la oposición burguesa fue incondicional. Apoyar la línea nacionalista del TKP y su bloque, que levanta una política en favor del Estado central al abordar la cuestión kurda, tampoco era posible. Por esta razones, nuestro partido intervino en las elecciones nominando a nuestra referente Güneş Gümüş como candidata independiente de Ankara al parlamento.
Así, nuestro partido participó por primera vez de una elección con candidato propio. Nuestra campaña electoral fue exitosa en nuestros términos, y nos brindó importantes experiencias. Cerca de 100 miembros del partido militaron día y noche durante 40 jornadas en una circunscripción electoral muy vasta, haciendo de nuestra campaña, tal vez, la de mayor visibilidad en Ankara. Además, lo hicimos con un presupuesto muy acotado. Establecimos puestos simultáneos en diferentes puntos de la ciudad. Distribuimos folletos en los centros neurálgicos y en todos los barrios. Visitimos casas, comercios, lugares de trabajo, el campus universitario. Nuestro método fue difundir la propaganda del partido y hablar con cientos de personas todos los días. Recorrimos la ciudad con nuestra camioneta de propaganda, organizamos una caravana de autos, hicimos un picnic de campaña, concertamos reuniones abiertas, difundimos contenidos creativos en redes sociales, pegatinamos afiches en todas las esquinas de la ciudad, lo cual nos hizo atractivos para un importante sector de la izquierda, y ganamos simpatías. Como resultado, no obtuvimos demasiados votos, algo que ya nos veíamos venir en una elección que se desenvolvía bajo una atmósfera muy polarizada, volviendo muy dificultoso el voto hacia una candidata independiente. No obstante, reclutamos nuevos miembros, ganamos la simpatía de los trabajadores, promocionamos a nuestra referente y a nuestro partido, y tuvimos la oportunidad de extender la propaganda partidaria hacia nuevas áreas de la ciudad. Durante este periodo, estuvimos bajo constante hostigamiento policial. Fuimos atacados dos veces por los fascistas y dos veces por operativos policiales a gran escala. Compañeros nuestros fueron detenidos, y algunos de ellos recibieron golpes que les abrieron la cabeza y que les provocaron múltiples heridas. Pero nos ganamos un fuerte prestigio en toda Turquía por haber repelido a la policía en dos ocasiones.
El hecho de que los revolucionarios y su color rojo estuviesen tan activos en las calles puso a la policía en una situación de mucha incomodidad. El hostigamiento fue resultado de esto, pero sabemos cómo continuar con nuestra militancia en forma efectiva. Ganamos la admiración de vastos sectores con nuestro trabajo duro, nuestro esfuerzo y nuestra resiliencia ante la presión del Estado. Esto fue posible gracias a la sólida perspectiva marxista de nuestro partido en la cual están formados nuestros cuadros. Nuestro partido dio muestras de qué tan efectivo puede ser en todo el país si continúa reforzándose. Hacia los nuevos desafíos, confiamos en nuestro partido y vemos el futuro con optimismo. Continuaremos organizando nuevos cuadros entre los sectores sociales más dinámicos de Turquía. En la medida en que el SEP continúe fortaleciéndose, avanzará hacia su objetivo de convertirse en el partido que lidere la oposición en la sociedad.