Javier Milei participó de un acto en Madrid organizado por el partido Vox. ¿De qué va este grupo y por qué su participación?

Vox es un partido español que creció en los últimos años ocupando el lugar de la extrema derecha española, con un tono fascistizante, en especial tras las reiteradas crisis del partido tradicional de derechas, el Partido Popular.

Uno de sus componentes distintivos es la exaltación de la supuesta grandeza histórica del reino de España, lo cual es traído a la actualidad en forma descontextualizada, con el fin de apoyar discursos políticos contra las minorías.

Por ejemplo, invocan la llamada “reconquista española” de 1492 –el triunfo final de los reyes católicos contra el califato de Granada- para, acto seguido, pedir la deportación en masa de los migrantes musulmanes y la promulgación de impedimentos legales para la práctica de su fe.

La reivindicación de la unidad española también es utilizada contra las nacionalidades. Vox propone suprimir el derecho de hablar y enseñar otras lenguas que no sean el castellano (catalán, vasco, gallego, etc.) y de sus símbolos culturales. También ilegalizar los partidos autonomistas.

Estas formulaciones vienen de desatar una crisis. El líder de Vox, Santiago Abascal, busca armar un acuerdo internacional de derechas en los territorios que él llama la “hispanoesfera” (las viejas colonias del Imperio Español). Pero su debut en México fue con cuestionamientos.

Tras una reunión con importantes referentes del partido de la derecha mexicana, el PAN, la dirección nacional salió a desmarcarse. Esgrimieron que no podían hacer un acuerdo con Vox, que plantea tópicos del estilo de que Hernán Cortés “liberó” a México de la “tiranía” de los aztecas y llevó la “libertad”.

Vox ha omitido cualquier condena a la dictadura de Francisco Franco –un régimen ultramontano que suprimió cualquier vestigio de “libertad” durante décadas- y tiene una postura negacionista sobre sus crímenes. Propuso derogar diversas medidas de reparación histórica y exculpa a los militares del golpe contra la república española.

En el plano de las libertades, Vox busca cercenar el derecho a decidir –está contra el aborto-. Se posiciona contra la educación sexual y contra la unión entre personas del mismo sexo.

A tono con otros grupos reaccionarios del continente, se muestra contrario a la Unión Europea, aunque se ha definido como atlantista (a favor de la Otan). Vox evitó la condena a Rusia en la guerra con Ucrania, lo cual no le impidió votar el aumento del presupuesto bélico español. Fuentes independientes indican que recibe financiamiento del “nada liberal” presidente ruso Vladimir Putin.

Por el momento, Vox es un partido afincado en las élites y las capas medias españolas, sin haber logrado el apoyo plebeyo de grupos similares, como el de Marine Le Pen en Francia o de Giorgia Meloni en Italia. Lo cual no lo ha privado de pasar a la acción y recurrir a manifestaciones y escaramuzas para expeler su odio contra las minorías. Una clara vocación fascistizante.

El acto en el cual participó Milei, y que contó con otros líderes de ultraderecha, se da como relanzamiento de Vox tras derrotas electorales y peleas internas. Lo cual, junto a la recomposición del Partido Popular, el partido tradicional de la derecha española pone en debate su rumbo actual.

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