Internacionales

12/10/2015

Rebelión en Air France


Todo el aparato del Estado francés se encuentra al servicio de quebrar la resistencia estratégica de los trabajadores de Air France, que enfrentan los planes patronales de flexibilización laboral. El 5 de octubre, mil trabajadores movilizados interrumpieron la reunión del comité de negociaciones y expulsaron físicamente a ejecutivos de la empresa que planteaban la “necesidad” de 2.900 despidos. Por esta revuelta, a varios trabajadores se les abrió un sumario y una causa penal. Desde el comienzo de la reestructuración empresaria en 2010, 8.000 trabajadores (10% del personal) han sido despedidos.


El presidente Manuel Valls se ha transformado en el vocero contra los trabajadores, que pararon durante dos semanas en septiembre en rechazo a los distintos planteos patronales de ajuste (despidos, más horas de vuelo por el mismo salario, etc.). La derrota de estos planes abriría una perspectiva para toda la clase obrera.


Como el resto de la industria aerocomercial europea, Air France procura una reconversión frente a la crisis capitalista a costa de trabajadores y usuarios. La patronal, donde el estado posee el 16% del paquete accionario, apuesta al desarrollo de una línea de bajo coste (Transavia France) con condiciones laborales peores que en la empresa madre (en resumen, más horas de vuelo por menor salario). Estas líneas 'low cost' son un paraíso de la precarización laboral y adoptan una política de ahorro que va en desmedro de la seguridad (PO 1357). Los trabajadores de Air France oponen a la flexibilización laboral la defensa del contrato único.


El proceso de reestructuración en las compañías aéreas ha incluido también grandes luchas en Alemania, donde los pilotos de Lufthansa enfrentan los intentos de elevación de la edad jubilatoria.