Rebelión en el paraíso de Suecia

El 27 de octubre de 2005, dos jóvenes musulmanes franceses de origen africano, que escapaban de la policía en un suburbio de París, subieron a un poste y murieron electrocutados. Rápidamente, miles de jóvenes salieron a las calles y chocaron con la policía durante varias jornadas, en enfrentamientos que se expandieron a otras áreas de Francia y que incluso tuvieron su réplica en otros países como Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, Suiza y Holanda. Los enfrentamientos se prolongaron durante tres semanas.


El 6 de agosto de 2011, la Policía Metropolitana de Londres abatió en Tottenham (Londres) a Mark Duggan, un joven británico de 29 años negro. Al día siguiente, y durante varias jornadas, hubo intensos choques entre jóvenes y la policía en varios barrios de la capital. El 19 de mayo pasado, la policía fusiló a un hombre de 69 años en Husby, barrio periférico de Estocolmo. Los pobladores de Husby reaccionaron inmediatamente. Así los describe el diario El País: "son jóvenes, muy jóvenes, por lo general de edades comprendidas entre 12 y 20 años, varones, encapuchados y con el rostro cubierto (…) por encima de la nariz. Gamberros, cada uno con sus motivos, que solo dejan a la vista los ojos, las piedras que agarran y el fuego que prenden para retomar el pulso diario y nocturno con las fuerzas de seguridad" (El País, 25/5). Durante más de siete días, los jóvenes de Husby y de otros tantos barrios periféricos sostuvieron los combates, que se extendieron también a ciudades del interior del país, como Örebro. Hay varias denuncias de complicidad policial con el accionar de bandas neonazis, que organizan grupos de choque para enfrentar a las bandas de "cerdos", en alusión a los suecos descendientes de inmigrantes recientes (Kaos en la Red, 26/5). Durante los disturbios de Francia, Sarkozy había calificado a los sublevados de "escoria".


Declive sueco y crisis europea


Desde fines de los '70 se ha desarrollado un fuerte movimiento inmigratorio hacia Suecia. En 2012, "casi la mitad eran de Siria, Afganistán y Somalía" (La Nación, 24/5). Un 15% de la población sueca es inmigrante y vive mayormente aglomerada en la periferia de Estocolmo, en virtuales guetos, con tasas de desempleo que duplican a las del resto del país, bajo el acoso policial, y con una masa de descendientes nacionalizados que no tienen posibilidades de estudio o de trabajo.


Suecia se ha visto afectada por la crisis capitalista. En 2009, el PBI se contrajo un 5%, y aunque hubo una relativa recuperación, hay preocupaciones por el eventual estallido de una burbuja inmobiliaria y el creciente endeudamiento de los hogares, que "representa 170% de su ingreso disponible, una de las tasas más elevadas del mundo" (http://comercioexterior.banesto.es). En los últimos años ha primado una política de ajuste y desmantelamiento de beneficios sociales. El deterioro social de Suecia explica el derrumbe de la socialdemocracia, que en las últimas elecciones (2010) hizo la peor elección en sus más de cien años de historia. En 2006 ya había perdido el poder a manos de una coalición de partidos de centroderecha.


La sublevación de los jóvenes suecos tiene un carácter elemental -carece de programa. La tarea de la izquierda es ofrecer una perspectiva política.